La inflación de abril fue del 6% mensual y en consecuencia hizo saltar la inflación interanual a su nivel más alto en 30 años llegando al 58% de abril a abril. Si bien la inflación mensual bajó con respecto a marzo, la tensión sobre el aumento de los precios sigue latente y aumenta la preocupación sobre los sectores más vulnerables.
Inflación, un problema que persiste
Si bien la inflación mensual bajó con respecto a marzo, la tensión sobre el aumento de los precios sigue latente y aumenta la preocupación sobre los sectores más vulnerables.
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El aumento de precios es diverso en las distintas divisiones donde el mayor aumento lo sufrió vestimenta con un alza del 9,9% y hoteles y restaurantes con un 7,3%. La variabilidad entre los sectores fue menor este mes que el anterior ya que la diferencia entre los distintos sectores fue mucho más dispar.
Las mejoras de las variables macroeconómicas en el sector externo con una balanza de pagos superavitaria y una base monetaria creciendo muy por debajo al ritmo que crecen los precios todavía no impactan en el nivel de inflación que lamentablemente se disparó interanualmente dado los últimos 3 meses con inflaciones en Febrero de 4,7%, Marzo 6,7% y 6% en Abril. La problemática se soslaya en el fuerte incremento de pesos en circulación durante 2021 que comenzaron a replicar en el índice de precios en los meses de menor alza de precios por factores estacionales que son diciembre, enero y febrero.
La inflación es un fenómeno multicausal que en principio su principal causa es el aumento de la base monetaria que durante 2021 fue del 49% y que desde las elecciones de Octubre pasado ha comenzado a bajar su crecimiento nominal lo que permitirá un alivio sobre la presión de los precios pero que aún no se refleja salvo por la caída de 7 décimas de marzo a abril.
Si bien la caída intermensual es una mejora macroeconómica, la realidad demuestra que si traspolamos los últimos 3 datos a un año la inflación sería de 3 dígitos. Este tipo de datos altera todo tipo de ecuación de costos y estrategia de inversión a 1 año o 2 años. Sabiendo que 2022 es un año complicado en materia financiera ya que la tasa de interés debe crecer a un ritmo mucho más veloz del que lo viene haciendo para que los pesos que se ahorran no vayan al dólar y provoquen un efecto de aumento del tipo de cambio. Lo que implicaría una dinámica mucho más compleja sobre los precios domésticos.
La presión que puede generar una inflación de 3 dígitos sobre el tipo de cambio con una tasa de interés que no acompaña de manera real la diferencia entre tasa e inflación generarían una doble presión sobre el tipo de cambio. Sin tasas de interés atractivas sobre los depósitos e inflación creciendo a un ritmo del 100% la presión devaluatoria es irrefrenable.
Como mencione al principio los buenos datos sobre balanza de pagos y evolución de la base monetaria todavía aún no se reflejan en una mejora de las cuentas fiscales y de índice de precios. Cuando todavía resta liberar aún más las tarifas de servicios públicos que pueden seguir impactando negativamente en el alza generalizada de precios.
La estrategia del ciudadano de a pie para los próximos meses debe ser de un ajuste aún mayor sobre los consumos y buscar alguna alternativa de financiamiento en pesos para poder paliar la dramática situación del poder adquisitivo, mientras esperamos que la tasa de inflación vaya cediendo en un contexto de mejora de cuentas fiscales y externas que todavía no se refleja en nuestra calidad de vida.
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