Cristina, de cara a la segunda vuelta: "Necesitan dividirnos"
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Sin mencionar a ninguno de los candidatos que disputarán la segunda vuelta electoral, en la que se definirá a su sucesor, la Presidenta remarcó que en esa instancia se pondrán en juego dos "modelos de país" y remarcó: "Los nombres no importan, importan las políticas que se lleven adelante".
La jefa de Estado conminó a los jóvenes que escucharon su discurso en la Casa de Gobierno a dejar de lado cualquier "internismo" y los convocó a "redoblar los esfuerzos" y "seguir trabajando" para hacerle saber a la sociedad cuáles son los alcances de las políticas impulsadas por el kirchnerismo.
"Se han desgañitado y perdieron tiempo apuntando con los pibes que trabajan para que el proyecto crezca" afirmó en una crítica al interior de su partido, y trazando una parábola recordó que "tanto que alguno se quejaba de los pibes de La Cámpora, ahora resulta que tienen una piba gobernando la provincia de Buenos Aires", en alusión al reciente triunfo electoral del María Eugenia Vidal el domingo último.
"Intentaron debilitarnos de mil maneras, desde el parlamento, con lock-out patronales, con levantamientos policiales; y pese a todos los pronósticos apocalípticos aquí estamos garantizando todos los días nuevos derechos a todos los argentinos", enfatizó la mandataria.
"No quiero a ningún militante hablando mal del otro. Los quiero explicando y explicándole a la gente que estas cosas no son magia, no se mantiene porque sí", remarcó y más adelante retomó la idea: "Esas cosas no son irreversibles. Lo que es irreversible es la conciencia que hemos creado en los jóvenes. El progreso no es irreversible. Puede cambiar si cambian las condiciones macroeconómicas y el proyecto político".
La mandataria llamó a toda la ciudadanía a "la reflexión sobre cómo estamos y qué país queremos" y en otro tramo de su discurso sostuvo: "Estamos ante la paradoja de que tal vez los más beneficiados no se den cuenta y crean que solamente es producto de su propio esfuerzo".
"Quiero llamarlos a un gran proceso de reflexión nacional, no estamos en un partido de fútbol. Estamos ante la disyuntiva de elegir un modelo de país. El barco necesita a los 40 millones de argentinos adentro para que el motor siga andando porque si no nos hundimos todos".
"No somos todos iguales, es imposible en un movimiento de esta vastedad que todos seamos iguales. Los nombres no importan, importan las políticas que se lleven adelante", sostuvo.
La mandataria había comenzado su discurso con un agradecimiento "a la militancia por el trabajo", tras lo cual felicitó "a numerosos jóvenes cuadros de nuestro movimiento que han llegado a ocupar intendencias en lo que consideramos una verdadera renovación generacional".
Hacia el final de su discurso la mandataria retomó el tono con el que había comenzado y se despidió con una promesa: "Sepan una cosa, yo el 10 de diciembre dejo de ser presidenta de la Nación pero siempre voy a estar junto al pueblo cuando sea necesario".
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