1 de octubre 2001 - 00:00

Guerra electoral entre el gobierno y el PJ por fondos a provincias

La crisis fiscal comenzó a afectar a las provincias, que recibieron menos recursos coparticipables en setiembre. El dato fue incorporado a la agenda electoral y los gobernadores del PJ preparan varios conciliábulos para esta semana con acusaciones contra el gobierno. Temen que Cavallo esté exagerando la falta de fondos y que la restricción en los giros sea una patraña para que los gobernadores de provincias opositoras no paguen sueldos en término.

La caída en los recursos de coparticipación y las dificultades de muchas provincias de alcanzar el déficit cero prometen convertirse en eje de un debate dramático y también exagerado entre el gobierno nacional y las provincias gobernadas por el peronismo.

Esta semana, casi seguramente el miércoles, la Capital Federal será el escenario de una reunión de mandatarios del PJ que pretenden la máxima discreción sobre sus movimientos. En ese encuentro piensan diagramar el discurso más adecuado para reclamar al gobierno por lo que más los inquieta: dicen que los recursos federales que deben enviarles mes a mes ($ 1.360 millones) disminuyeron en 40%. Para el oficialismo se trata de una acusación por lo menos exagerada: en Hacienda admiten solamente una merma de 10% en esa cifra. No se inquietan demasiado por el incumplimiento ya que Domingo Cavallo cree, aunque jamás lo vaya a confesar, que la única forma de obligar a las provincias al «déficit cero» es limitar sus ingresos.

La discusión, en otro momento del año, daría para idas y vueltas desde las capitales de provincia a las oficinas del gobierno central, sin demasiada estridencia. Sólo que esta vez se está frente a un proceso electoral cuyo resultado puede estar ligado en muchos distritos a un solo dato: si el gobierno local consiguió o no pagar los sueldos en término. Los gobernadores pretenden curarse en salud ante una «eventualidad»: que el Tesoro no les envíe fondos deliberadamente para provocar tensiones y cobrarlas después electoralmente.

La probabilidad de que las cosas ocurran de esta manera es bastante improbable y por eso se nota alguna sobreactuación en los jefes peronistas. En primer lugar porque la caída en la recaudación no es una excusa de Cavallo y Jorge Baldrich para remitir menos dinero al interior. Esa baja se produjo realmente.

Restricciones

En segundo lugar, si las restricciones de fondos tuvieron lugar en algún distrito fue en uno de la propia Alianza: los radicales temen por la fortuna electoral que los aguarde en Entre Ríos, donde Sergio Montiel pasó la tarde del viernes explicando que los disturbios que se produjeron frente a la Casa de Gobierno fueron inducidos por revoltosos y fuerzas de izquierda; es decir, no se debieron a la crisis que atraviesa la provincia por la falta de pago de salarios.

Sin embargo Montiel no acusó a «la herencia recibida» (peronista, claro) ni a los partidos revolucionarios por los insultos y protestas. Prefirió cargar contra el gobierno nacional, en la figura de Cavallo. Al contrario de lo que opinan sus colegas peronistas, el entrerriano dijo que «desde Economía se les giran fondos a las provincias peronistas y se les retacean a las de la Alianza». Hubiera hecho un buen dúo con el también aliancista Alfredo Avelín, gobernador de San Juan: «El hombre que fue culpable de la desgracia económica y moral de la República, que ha regalado al país, no puede ser redentor en estos momentos», dijo, hablando de Cavallo.

Favoritismo

Es dudoso que existe ese tipo de favoritismo de Economía a provincias de uno u otro color político, por más que se admita que Cavallo tiene un preferido en sus oraciones: se trata de José Manuel de la Sota, quien concurrirá a las elecciones del 14 de octubre asociado a Acción por la República. Habrá que observar su conducta si, como prometían algunos mandatarios del Noroeste, el 15 de octubre las provincias del PJ piden la renuncia del ministro de Economía.

En una línea más acuerdista que la de estos mandatarios, Carlos Ruckauf se pronunció en favor de que el gobierno llame a un acuerdo. Dijo que «el Presidente se tiene que hacer cargo, tiene que convocar a los gobernadores y disponer de un solo bono nacional, para evitar la proliferación de bonos». El gobernador viene de una experiencia exitosa con sus «patacones» y hasta se dice a su lado que «él ya pasó por la crisis en la que algunos todavía no ingresaron», referencia obvia a De la Sota, por la interna del PJ.

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