31 de agosto 2001 - 00:00

Sorprendente secuestro de magnate de la TV de Brasil

Sorprendente secuestro de magnate de la TV de Brasil
San Pablo (EFE, ANSA, AFP) - Los brasileños asistieron ayer en vivo al drama real del más popular presentador de la televisión nacional, el empresario Silvio Santos, retenido siete horas a punta de pistola en su mansión por el mismo hombre que hace una semana secuestró a una de sus hijas.

El secuestro de Santos, de 70 años, paralizó a todo Brasil, que siguió la retransmisión de su drama hecha en directo por al menos diez canales de televisión, entre ellos SBT, de su propiedad y segunda mayor red del país. Las operaciones de la Bolsa de San Pablo, la capital económica de Brasil, permanecieron prácticamente interrumpidas mientras duró el secuestro. La agonía terminó con la intervención del gobernador de San Pablo, Geraldo Alckmin, quien negoció con el secuestrador, Fernando Dutra Pinto. Incluso el presidente Fernando Henrique Cardoso se mostró aliviado por el fin del plagio y llamó a Santos para felicitarlo.

Silvio Santos es el nombre artístico de Senor Abravanel, descendiente de judíos griegos que construyó una de las mayores fortunas del país arrancando como vendedor ambulante en las calles Rio de Janeiro y hoy dirige un conglomerado de 34 empresas que el año pasado facturaron unos 1.200 millones de dólares. Su fortuna asciende a 360 millones de dólares.

• Síndrome

La pesadilla de Santos comenzó el pasado 21 de agosto con el secuestro de Patricia Abravanel, de 24 años, una de las cuatro hijas de su segundo matrimonio, raptada por varios hombres armados cuando salía de la mansión familiar para la universidad. La joven, liberada el pasado martes tras el pago de un rescate de unos 200.000 dólares, sufrió, según psicólogos, el «síndrome de Estocolmo», y en una rueda de prensa que dio ese día no ahorró comentarios elogiosos para los captores ni agradecimientos a Dios por su fe evangélica.

El mismo martes fueron capturados dos miembros de la banda, que señalaron a Pinto como su jefe, tras lo cual la policía puso en marcha una amplia operación de búsqueda. Dos policías que descubrieron el miércoles al fugitivo en un hotel fueron muertos a tiros por Pinto, quien además hirió a otro agente antes de romper el cerco policial.

Para sorpresa de las autoridades, el fugitivo decidió volver ayer a la escena de su primer delito y tras penetrar en la mansión, tomó como rehén a Santos para negociar su rendición.

El secuestro de Santos conmovió a Brasil, un país que lo admira no sólo porque ve en él un ejemplo de quien ha triunfado en la vida por sus propios medios, sino también por su sencillez, característica que le ha hecho dispensar el uso de guardaespaldas y otras medidas de seguridad.

Santos ha construido su popularidad con programas de concurso que él mismo presenta en SBT, como el «Show del millón» o «Todo por dinero», en los cuales reparte premios en efectivo entre el público participante, en su mayoría de escasos recursos.

Sus miles de seguidores vieron en él una figura de tamaño presidencial y en 1989 trataron de convencerlo de inscribir su candidatura, pero el empresario rechazó la idea.

Este año aceptó, en cambio, el mayor homenaje que puede recibir un carioca: ser el tema central del desfile de una escuela de samba en el Carnaval, y cerró la presentación de la escuela «Tradición» bajo una salva de ovaciones.

El drama de Silvio Santos ha sido el más sonado de una ola de inseguridad ciudadana que golpea al estado de San Pablo, donde en el primer semestre de este año fueron secuestradas 102 personas, 39 más que en todo el año pasado, según datos oficiales. La criminalidad es tal, que mientras cientos de policías tenían acordonada la zona donde está ubicada la mansión de Santos, a pocas cuadras de distancia hombres armados secuestraron al dueño de una red de joyerías por quien ya pidieron un cuantioso rescate.

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