A pesar del fuerte aumento en los costos, los desarrolladores prevén un ciclo de recuperación del mercado constructor. Las expectativas de mayor estabilidad, el avance del crédito y la apertura del cepo alientan nuevas obras. Financiación directa, menor stock y materiales importados, son algunas de las claves de un nuevo escenario.
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Construir hoy no baja de u$s1.500 por m2: qué esperan los desarrolladores y por qué apuestan a un reacomodamiento de precios
El costo para edificar viviendas se duplicó en dólares en un año y medio, pero los desarrolladores prevén un reacomodamiento de precios. Anticipan más estabilidad, baja de insumos, apertura del cepo y financiamiento directo como claves para sostener obras nuevas y ampliar la oferta.
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Un edificio sobre la Avenida Cabildo en obras, a pesar de los costos en alza, la actividad sigue su curso
La construcción en la Argentina enfrenta uno de los momentos más desafiantes de los últimos años. El costo por metro cuadrado se duplicó en dólares en apenas 18 meses y hoy no baja de los u$s1.500 en ninguna tipología. Sin embargo, desarrolladores inmobiliarios afirman que el escenario comienza a mostrar señales de reacomodamiento. La combinación de mayor previsibilidad macroeconómica, baja de inflación, reactivación del crédito hipotecario y apertura del cepo cambiario empieza a modificar los cálculos del sector.
"Todavía estamos atravesando un proceso de acomodamiento de precios y costos. El salto fue muy fuerte, pero ya se nota una baja en insumos como hierro, metales o productos eléctricos", explicó Martín Piantoni, CEO de Alton Desarrollos.
Según su visión, la posibilidad de importar materiales y la aparición de opciones más competitivas en el mercado internacional, como los productos chinos, contribuirán a estabilizar los valores. "Se va a compensar con el aumento de la mano de obra, pero ese ajuste es lógico y necesario para sostener capacidad de ahorro y consumo interno", agregó.
El costo de construcción para un edificio en altura llegó a u$s1.500 por metro cuadrado, cuando hace un año y medio oscilaba entre u$s750 y u$s800. La explicación está en la inflación acumulada, que impactó en pesos sobre la mano de obra y materiales, mientras que el tipo de cambio oficial se mantuvo atrasado.
Beltrán Briones, gerente financiero de Estudio Kohon, detalló: "En ese contexto, el costo en dólares se duplicó, pero los precios de venta solo subieron un 15%".
Hoy, el precio promedio de venta en pozo en la ciudad de Buenos Aires ronda los u$s2.370 por metro cuadrado, con un costo total de obra e impuestos que supera los u$s2.500. "Esto significa que muchos proyectos están por debajo de su valor de reposición. Por eso el usado parece barato, pero ese stock se va a agotar y el mercado va a tomar como referencia al pozo, que hoy se comercializa en promedio a u$s2.900 el metro cuadrado", afirmó Briones.
Revertir el momento actual
A pesar de esta foto, los desarrolladores coinciden en que el ciclo puede cambiar. "El crédito hipotecario comenzó a moverse. Hoy representa el 20% de las operaciones en Capital, algo impensado hace un año. Y genera un círculo virtuoso: quien compra con crédito libera una unidad, y eso permite otra compra más", sostuvo Piantoni.
Alton ofrece incluso planes de financiamiento a 10 años para quienes buscan ingresar a proyectos en pozo sin esperar a la llegada del crédito para construcción.
"Queremos que todos tengan una opción para financiar su vivienda. Se puede pagar al contado, durante la obra, o con una financiación extendida que luego puede reemplazarse por un crédito bancario a 10 o 20 años", explicó.
En zonas como Villa Devoto, el valor de un departamento de tres o cuatro ambientes a estrenar parte de los u$s 2.300 el metro cuadrado, con anticipos de 30% a 50% y cuotas en pesos ajustables durante el avance de obra.
La vuelta de los tres y cuatro ambientes también refleja un cambio de demanda. "Durante los años sin crédito, se construía para inversores. Ahora vuelve a ser clave el usuario final, que necesita mudarse, agrandarse o bajar de una casa a un departamento amplio. Con crédito, ese salto vuelve a ser posible", dijo Piantoni.
Darío Balan, director de Grupo Uno en Uno, coincidió en que la herramienta crediticia ya tiene impacto, aunque todavía limitado a unidades terminadas. "Hay muchas operaciones encadenadas: se vende una unidad con escritura y se reinvierte en un desarrollo en obra. Cuando se habiliten las hipotecas divisibles (falta que los bancos se decidan prestar para comprar en pozo y financiar a desarrolladores), el efecto va a ser directo también en el pozo", anticipó.
Según Balan, la clave para sostener la recuperación está en el orden macroeconómico. "Hace falta inflación baja, tipo de cambio estable y previsibilidad política. Con esas condiciones, la gente invierte, y los bancos prestan", señaló.
En su caso, desarrollan unidades premium en zonas como Belgrano, donde el metro cuadrado se ofrece a u$s 4.500, con anticipos del 30% y 36 cuotas fijas.
Sobre el tipo de vivienda, destacó un cambio cultural. "Volvimos a construir departamentos grandes, con dependencia, family y espacios amplios. Ese público busca confort y no quiere convivir con tipologías chicas. Está presente tanto en CABA como en emprendimientos del Gran Buenos Aires bien posicionados", apuntó.
Qué puede ocurrir
Briones subrayó que más allá del encarecimiento de materiales y mano de obra, los fundamentos del mercado siguen vigentes. "El crédito genera demanda. Si de un millón de solicitudes se aprueba el 20%, hablamos de 200.000 personas en condiciones de comprar. Y cada operación con crédito genera dos o tres más. La oferta no alcanza", sostuvo.
A futuro, el desarrollador prevé una reactivación por varios factores: salarios que subieron en dólares, mayor acceso a materiales importados, repunte de la rentabilidad de los alquileres (que alcanzó el 5,6% anual en marzo) y una inflación que erosiona el ahorro en dólares en caja de seguridad.
"Las propiedades se vuelven refugio. Y como los costos están caros pero con expectativas de baja, el que puede construir lo hace, esperando mejores precios de venta más adelante", amplió.
El mercado atraviesa una transición. Construir cuesta más, pero los desarrolladores siguen adelante porque anticipan una recuperación. La clave está en el equilibrio: mayor estabilidad, condiciones más previsibles y financiamiento accesible. “La demanda empieza a activarse, el crédito reaparece y el ahorro vuelve a orientarse al ladrillo, que sigue siendo una forma confiable de preservar valor”, concluyó Balan.
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