Sin respiro se suceden, y acumulan, hechos e indefiniciones en un país desconcertado, tanto en el oficialismo como en la oposición. Con 18 proyectos en cartera, siguen esperando las Extraordinarias que terminan a fin de mes (11 días hábiles). La negociación con el FMI, con marcha en contra de la izquierda incluida, continúa en el centro de charlas y especulaciones, y hasta la oposición se contradice en este punto. Grave situación internacional por Ucrania y la OTAN. En Argentina, sigue el covid y ahora los incendios rurales asolan cinco provincias, mientras se mantienen las condiciones de sequía. Nueva disputa entre Nación y CABA por subsidios. Veamos:
Charlas de quincho
-
Reservas netas: BCRA admite que faltan u$s1.500 millones para cumplir la meta de septiembre con el FMI
-
Martín Guzmán se reunió con el FMI y el Banco Mundial para discutir los problemas de la deuda argentina
Silencios
Nuevamente días muy frescos sobre Buenos Aires, pero con lluvias escasas en las zonas rurales, dieron lugar a cantidad de quinchos de vacaciones en countries, en la costa, y hasta en una coqueta isla del Delta. En todos lados, sin embargo, las cuestiones fueron coincidentes y, como si hubiera transcurrido un año desde el viaje de Alberto Fernández a Rusia y a China, y la por momentos escandalosa “dispersión” posterior de varios miembros de la comitiva por Europa , y también Barbados, escala débilmente justificada de la tournée oficial, nuevos sucesos fueron opacando a los previos, aún los que están sin definición.
Por supuesto que en los quinchos empresariales, la principal inquietud es en torno a la economía: inflación, restricciones para importar, y (eventual) acuerdo con el FMI son los principales tópicos, y donde se centran los debates centrales con opiniones a favor y en contra. La preocupación no termina allí. No hay incertidumbre sobre el acuerdo con el FMI ya que el mundo económico sabe que, quizás más por pánico que por virtud en la negociación, el acuerdo con el organismo se va a firmar y hasta casi hay confirmación que será en dos semanas. También hay convencimiento sobre el apoyo que la oposición le dará a Alberto Fernández para conseguir el número en el recinto de Diputados.
El problema que hoy complica las cálculos a futuro del mercado es si ese acuerdo se cumplirá y cómo podrá manejar el Presidente la feroz interna que por este tema mantiene el Frente de Todos, donde el principal problema es que muchos, convencidos de la necesidad de cerrar con el Fondo, prefieren mantener el silencio y taparse la nariz, mientras por lo bajo y el off cuestionan el ajuste (calificado como insuficiente por muchos habitués de quinchos varios) que negoció Martín Guzmán. Por supuesto que el “silencio” de la vicepresidenta Cristina de Kirchner , incluido el lapso en el que ejerció la presidencia por el viaje de Alberto, no deja de llamar la atención y, además, genera resquemores varios.
“Es más peligroso su silencio que cuando habla”, reconoció un dirigente cercano. Contrariamente, la “locuacidad” de Alberto Fernández no sólo fue cuestionada por propios y ajenos en el oficialismo y en la oposición, sino que generó varias situaciones internacionales delicadas que el canciller Santiago Cafiero, uno de los pocos hombres de su confianza, no está en condiciones de solucionar.
De tal forma, también el ambiente diplomático está alterado, y desconcertado sobre el verdadero rumbo que se les quiere dar a las negociaciones y a tal punto que comenzó a aparecer un efecto clásico y conocido en las administraciones con problemas serios: la parálisis de acción ante un escenario de incertidumbre sobre quién comanda. Esto sucede en embajadas varias y no excluye las que controla el kirchnerismo a través sus embajadores dilectos. Son las plazas que se reservó la vicepresidenta cuando se armo el Gobierno.
Alarma
“Obvio que no llaman la atención los anuncios positivos, como los del próximo aumento de marzo para los jubilados, o los u$s23.000 millones en inversiones de los chinos. El Presidente tiene que dar ahora buenas noticias, y tratar de neutralizar las malas”, reconoció un colaborador de Balcarce 50, tal vez, adelantándose a lo que varios estiman que será la inflación de febrero, que complica la economía y que puede poner al primer trimestre bien por encima de los 10 puntos, ya que se espera un aceleración alcista sobre los últimos días, debido a la iniciación de las clases, que comienzan el 2 de marzo en todo el país, menos en CABA y Corrientes, que se iniciarán a fines de este mes. Y es bien conocido el efecto “freezer” que tiene en los precios al consumidor, la necesidad de reponer mercadería a la vuelta de las vacaciones y/o inicio de las clases.
Pero no es lo más grave. La prolongada sequía, ahora causante de incendios de miles de hectáreas en una decena de provincias (aunque las más graves son 5); la caída de producción que ya está sucediendo por todos estos efectos; y le necesidad de llegar a una definición respecto a un acuerdo con el FMI antes del 21 marzo, cuando se produce un nuevo vencimiento (que Argentina no estaría en condiciones de afrontar), tiene a mal traer a los cuadros técnicos.
Por eso también hay desconcierto por la falta de puesta en marcha de las sesiones extraordinarias, para las que esperan 18 proyectos de ley que envió el Poder Ejecutivo (aunque parece que algunos de ellos no reportarían para semejante categoría y urgencia. Tal sería el caso de la ley del cáñamo y otra de creación de nuevos Parques Nacionales que, según los rumores, están incluidas en el que, se supone, es un estratégico listado).
Renunciado
“¡¡Quedaron todos zombies…!! Máximo renunció, y todavía nadie sabe qué hacer, ni siquiera la oposición”, explicó un gran conocedor de los pasillos del Congreso, cuando en un quincho del Delta (bien abastecido y mejor regado) los asistentes lo inquirieron sobre por qué no comenzaban las sesiones extraordinarias. El caso es que el Congreso sigue inmovilizado. Las comisiones no se constituyen y quedan apenas 11 días hábiles para semejante trabajo que, aunque no incluye los temas del FMI, a nadie escapa que si los legisladores se reunieran formalmente, ese sería uno de los temas centrales y que derivaría, además, en los acuerdos internos para que no ocurra lo que viene sucediendo actualmente con opiniones voluntaristas, y no consensuadas. “¿Qué rol va a jugar la oposición finalmente respecto al FMI?”, es la pregunta que flota tanto en los sectores oficiales como en los privados. Pero, si bien de entrada se dijo que “no se iba a entorpecer el acuerdo”, también se aseguró que se iba a esperar que el oficialismo lograra el quorum, y se condicionó a que tanto la vicepresidenta Cristina Fernández como su hijo Máximo se pronunciaran respecto a la negociación (¿a favor o en contra?). “La política económica es responsabilidad del Poder Ejecutivo, y si hay que votar el eventual acuerdo, es porque modificaron una ley que ahora no quieren corregir, que planteó eso hace un tiempo, pero no debería ser necesario”. “Lo que es inclaudicable del Congreso, y más aún de Diputados, es lo que respecta a los impuestos, por eso el Congreso aprueba el financiamiento, pero no el programa. El resto es todo del Ejecutivo”, señaló terminante, Ricardo López Murphy, de Republicanos Unidos. Además, se sabe que el eventual acuerdo “no se puede abrir”, pero también se adelantó que “no se respaldarían más subas de impuestos”. Tal vez por eso mismo sorprendieron las contundentes declaraciones del ahora presidente de la UCR, y gobernador de Jujuy, Gerardo Morales, afirmando taxativamente el respaldo (al acuerdo), lo que inmediatamente mereció críticas desde Cambiemos sobre su “incontinencia verbal”; la “necesidad de prensa para posicionarse como candidato 23”, o “su rol de autito chocador”, entre otras, que le vienen atribuyendo dentro del grupo opositor, y hasta en la propia UCR. “¿Y si lo que se quiere es esperar a último momento, votar los proyectos de extraordinarias sobre tablas, y evitar una más que larga discusión en el recinto, por lo menos por dos semanas más?”, preguntó un exdiputado, y se hizo el silencio, a pesar de la ruidosa (y numerosa) marcha de los partidos de izquierda en contra del acuerdo con el FMI, que se producía en ese momento en el exterior.
Narcos y hackers
Que mientras crece la alarma por el aumento de fraudes informáticos que se multiplicaron exponencialmente a partir de la denuncia pública del humorista Moldavsky, pero que también ya alcanzaron a varios empresarios, al radical Facundo Suárez Lastra, y hasta al vocero de Julián Domínguez en Agricultura, buena parte de la gente sigue muy inquieta por el asunto del narcotráfico, la cantidad de muertos, la falta de datos ciertos sobre lo que ocurrió, aunque ahora se sabe que la droga fue mezclada con fentanilo, un poderoso opiáceo sintético, 100 veces más fuerte que morfina, y que se usa para voltear elefantes y rinocerontes.
Pero las certezas aún no van mucho más allá e, incluso, se acalló el asunto de la eventual rápida extradición a Paraguay de Joaquín “el Paisa” Aquino, quien hasta ahora se negó a declarar. Y, mientras esto también sigue pendiente, al menos el covid parece que comienza a aflojar nuevamente, aunque ya se está hablando de la cuarta dosis, aunque sea para mayores, o con enfermedades previas. Todo esto, sin embargo, ocupa un muy cómodo segundo (o tercer) plano detrás de la explosiva disputa que se dio por el tema del traspaso del transporte de pasajeros, con que la Nación amenazó a la Capital Federal y que volvió a reabrir una vieja grieta. Es cierto que la relación amor-odio con el jefe comunal Horacio Rodríguez Larreta está siempre pendiente, aunque esta vez, quien salió a respaldar tácitamente a la Nación es nuevamente el controvertido Gerardo Morales, que levantó polvareda con la indefendible frase de que “los porteños no producen nada”.
“No hay que llevarle el apunte. Está en campaña”, dicen otros miembros de Cambiemos que tratan de minimizar el asunto, aunque generó oleadas de reacciones dentro de la oposición también, entre otras cosas, porque se había decidido que por un tiempo, y hasta que pasen las negociaciones con el FMI, no se iba a hablar, ni a accionar, por candidaturas para el 23. Lo cierto es que la aparente intención del Gobierno nacional de cortar los subsidios al transporte de pasajeros en CABA, que ascendería a algo más de u$s13.500 millones, que puede tener alguna razonabilidad en término de los recortes de gastos que tiene que hacer el Gobierno, para algunos no resiste el análisis si no incluye al AMBA, y allí juega el gobernador Axel Kicillof.
En ese caso, el monto podría más que duplicar la cifra de CABA. “Es una medida muy dura, pero si hay que cortar, hay que hacerlo. Pero es imposible aplicarlo sin incluir al AMBA. ¿Cómo van a hacer?, ¿habría tarifas distintas, con y sin subsidios, para las distintas líneas que circulan en Capital y Gran Buenos Aires simultáneamente? ¿Quién va a tomar los colectivos sin subsidios?, y los que mantengan los subsidios ¿tienen capacidad para absorber semejante cantidad de pasajeros que forzosamente perderán los otros?, preguntaba un observador pragmático sobre una medida que en algún punto suena casi como un ensayo de reacciones, que puede verse replicada en mucho otros frentes.
Amenaza
Un poco más alejado de los comentarios generales, pero en el epicentro del desvelo diplomático, el conflicto entre Rusia y Ucrania mereció mucho tiempo en varios quinchos, como el que tuvo lugar en una amplia residencia de Martindale, adonde concurrieron varios diplomáticos de carrera, algunos aún activos. Allí, el conflicto internacional que se está dando entre las grandes potencias, y el sentido de “oportunidad” presidencial, tanto en los lugares a visitar como en varias de sus intervenciones, mereció críticas varias, y otras tantas “sugerencias”. El caso es que la “amenaza” rusa se estaría correspondiendo con cierto incumplimiento de compromisos previos, y no sólo de Ucrania, a impedir el avance sobre la frontera de Putin, sino también de las tropas de la OTAN acercándose demasiado al territorio ruso.
“Para Rusia, que Ucrania esté en la OTAN es lo mismo que si China estuviera en Canadá”, explicó uno de ellos de larga trayectoria en aquella región. “El este de Ucrania siempre fue ruso. Es ‘costa seca’”, agregó. La charla, a la hora de los aperitivos, concluyó en que es bastante improbable que se llegue a un conflicto armado, y que difícilmente China se vaya a involucrar en la disputa. Igual, los ánimos mundiales están bastante alterados, y el temor ya sacude a los mercados. Estados Unidos suma a esas preocupaciones otra realidad quizás mucho más peligrosa que esta: la situación del desarrollo nuclear en Irán y su habilidad técnica para desarrollar armas en corto plazo, después que el acuerdo nuclear se cayera, y el juego de provisión de armas que China desplegó en Medio Oriente, incluido a un aliado histórico de EE.UU. como Arabia Saudita.
Dejá tu comentario