16 de septiembre 2008 - 00:00

Deportivo, familiar y 4x4

Deportivo,  familiar y 4x4
La marca española SEAT pertenece al Grupo Volkswagen. Esta identidad le permite poder aprovechar varios componentes de su gama de productos, entre los cuales sobresalen los motores. En la Argentina está comenzando a moverse con mayor intensidad, a pesar de que la devaluación la ha dejado con unos precios más caros respecto de su competencia natural. Inclusive, llegó a ser una marca nacional cuando se fabricaban los modelos Córdoba e Inca.
En los últimos meses, uno de los rumores que más fuerza cobró fue la posibilidad de instalar una planta en el Mercosur o aprovechar alguna de las fábricas de Volkswagen, como ya lo había hecho en nuestro país.
La posibilidad de hacer realidad el rumor, si efectivamente se hace, tendrá lugar en las instalaciones de Volkswagen en Puebla, México.
En el país azteca ha llegado a colocar 20.000 unidades en un año, un número muy importante teniendo en cuenta que no es una marca con historia en la región.
En el mercado argentino, la reciente ampliación de la gama León y el nuevo Altea Freetrack pretende aumentar el volumen de participación de la marca en franjas de precios y segmentos donde no estaba presente.
Ambito Financiero ofrece una prueba exclusiva con el recién llegado Altea Freetrack 4.
Un aspecto interesante es su modernidad. Es un vehículo muy nuevo que comenzó su producción a fines de 2007 y su comercialización en los principales países de Europa se realizó en marzo de este año. La producción 2007 de SEAT fue de 417.364 unidades, de las cuales sólo 1.596 corresponden al Altea Freetrack, 28.635 unidades al Córdoba, 33.456 al Altea convencional, 118.705 al León, y 172.513 vehículos fueron del Ibiza, entre otros.

Dinamismo ejemplar

Una de las fortalezas de SEAT esta en la motorización. Entre ellos, dos de los más destacados que llegan a nuestro país son el turbodiésel de 140 CV y el naftero de inyección directa con turbo y 200 CV. El Altea Freetrack se comercializa con este motor. El mismo impulsor está presente en el SEAT León y en los Volkswagen Vento y Passat. Lo más interesante es su capacidad de reacción y su elasticidad. No existe ningún competidor que tenga un motor con características similares. Desarrolla una velocidad máxima de 214 kilómetros por hora y es capaz de acelerar de 0 a 100 en 8,2 segundos. Sus valores de elasticidad son sorprendentes y contundentes. Por ejemplo, necesita sólo 7,7 segundos para pasar de 80 a 120 kilómetros por hora con la cuarta marcha insertada.
A través de su empuje descomunal se obtiene un placer de manejo que no está presente en otros vehículos familiares de su competencia. Claro que semejante adrenalina y nivel de reacción se paga con consumo elevado en la ciudad. Solicita 14,6 litros cada 100 kilómetros, y en momentos en que la ciudad porteña está muy cargada nos llegó a promediar 16,2 litros para cubrir la misma distancia. La autonomía con su tanque de 55 litros tampoco ayuda. A cambio ofrece una agilidad digna de mención.
En ruta, es razonable empleando 10,4 litros para cubrir 100 kilómetros a una velocidad de 120 kilómetros por hora. La agilidad está respaldada por su equilibrio de suspensiones y el agarre al suelo. Sin duda, el comportamiento dinámico junto con el motor son sus mejores atributos. No hay otro familiar todoterreno que se agarre al suelo con tanta eficacia en su segmento. Sorprende el nivel de estabilidad y además es respaldado por numerosos elementos de seguridad que nos cuidan cuando aparecen los excesos de conducción, en esos momentos en que uno se cree la reencarnación de Fangio o de Ayrton Senna. El control de tracción sumado al de estabilidad más una función específica en la cual la dirección también colabora para ubicar al auto, junto con el ABS, 8 airbags, y el sensor de presión de los neumáticos son aliados para ofrecer una seguridad activa y pasiva en un gran nivel.
Para completar su rendimiento dinámico, la dirección es eficiente y los frenos logran detenerlo en distancias cortas, con un pedal de acción enérgica de entrada, como nos gusta.
El equipamiento en general es muy completo, pero debería tener el asiento del conductor con regulación eléctrica. Además, la rueda de auxilio temporal no es la apropiada para nuestros caminos, y mucho menos para un vehículo que pretende tener ciertas aptitudes para el off-road superiores a las de un automóvil convencional. Al respecto, su sistema de tracción es el Haldex.
Una vez activado éste (con el régimen del motor por encima de 400 rpm), la unidad de control para la tracción total activa la bomba para el embrague especial. A partir de ese instante analiza el comportamiento dinámico de acuerdo con ciertos parámetros como velocidad de cada rueda, velocidad en cada eje, ángulo de giro de las ruedas directrices y posición del pedal del acelerador y del freno. Cuando aparecen diferencias de deslizamiento de los ejes se inicia la regulación del par motor al eje posterior.
La garantía merece un replanteo urgente de la marca. Un año solo es insuficiente, en especial para un automóvil que cuesta 47.700 dólares, un precio que además lo pone entre los más caros de su clase.

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