Flavia Royon, consultora y secretaria ejecutiva de la Mesa del Litio; Nadav Rajzman, Economista Jefe en la Cámara Argentina de Empresas Mineras (CAEM); y Maximiliano Ramírez, Economista jefe de Indalo/ALPAT, participaron del tercer panel sobre Energía y Minería de Ámbito Debate.
La industria minera y el desafío de ser una solución para la economía argentina
Flavia Royon, de la Mesa del Litio; Nadav Rajzman, de CAEM; y Maximiliano Ramírez, de Indalo/ALPAT, participaron del tercer panel sobre Energía y Minería de Ámbito Debate.
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Durante el panel, titulado “Análisis, desafíos y oportunidades de la industria minera” y moderado por la Editor In Chief del Buenos Aires Herald, Estefanía Pozzo, el eje estuvo puesto en el potencial del sector para convertirse en un actor todavía más relevante en la economía argentina.
En primer lugar, Royon consideró que “el primer desafío es la comunicación, porque no podemos permitir que este sector, con la potencialidad y la calidad del recurso que tiene la Argentina, no sea un sector mucho más relevante en la producción y en la exportación argentina”.
“La minería es parte de la solución de los problemas macroeconómicos. Un sector que podría ser gravitante en diversificar nuestras exportaciones. Y ahí estamos hablando no solo de litio, sino también de cobre, oro y plata. Creo que la minería ha sido un sector olvidado”, cuestionó.
A su vez, la representante de la Mesa del Litio puso el jaque en la discusión entre ambiente y minería. “El desarrollo sustentable no implica sí o sí el concepto de preservación, sino que tenemos la responsabilidad de desarrollar nuestros recursos, tanto de minería así como también de oil and gas, de manera sustentable.
“Es un sector que trae empleo de alta calidad y desarrollo de proveedores”, valoró, para luego sentenciar: “Este debate se tiene que dar en toda la Argentina. Tenemos que pasar de tener provincias mineras a ser un país minero”.
En tanto, Ramírez consideró que existe “un punto fundamental que es la cadena de valor” y profundizó: “Hoy estamos hablando de minería en función de sacar un producto que sirva como insumo de otros productos a nivel internacional. Me parece que el gran desafío es no solamente armar, explorar y la producción, sino también la interrelación en la matriz productiva de las distintas cadenas de valor, ya sea litio, oro u otro”.
“Hoy nuestro principal problema macroeconómico es la falta de dólares. La diversificación, ya no depender solamente de un sector agrícola, sino empezar con oil, gas y también con el sector minero como parte de la atracción de exportaciones, me parece un punto fundamental”, indicó.
A la par, Rajzman aseguró que “tenemos los proyectos ya desarrollados y en condiciones de iniciar las inversiones”, pero consideró que “es un desafío porque tenemos que brindar las condiciones macroeconómicas y las condiciones de negocio general para que las empresas puedan dar ese paso final de toda la escalera de esfuerzos que vienen haciendo en las etapas de exploración, desarrollo del proyecto, dimensionar las plantas, las capacidades operativas”.
La importancia del litio y su cadena de valor
Al ser consultado por la cadena de valor del litio, Ramírez precisó que “el carbonato de sodio (Soda Ash) representa, dentro del costo, el 41%, o sea que es un insumo fundamental para la extracción de carbonato de litio, que es el paso anterior a formar lo que nosotros conocemos como el litio”.
En ese sentido, indicó que “el carbonato de sodio a nivel mundial está fundamentalmente dividido en la parte la natural del carbonato de sodio, que se produce fundamentalmente en Estados Unidos, Turquía y Botsuana, y la sintética” y agregó: “En Argentina tenemos a Alcalis de la Patagonia (ALPAT) que actualmente produce 250.000 toneladas de carbonato y tiene un proyecto de inversión como para que ese nivel llegue a 550.000 toneladas en 2027”.
“Hoy estamos poniendo mucho foco en una generación de dólares que no venga solamente de un insumo, sino un producto terminado. En ese sentido, la cadena de valor y la participación de ALPAT dentro de la cadena del litio, al ser una empresa argentina, genera un impacto muy positivo en la reducción de costos, porque la mayoría de las empresas importan desde EE.UU. y Turquía, lo que encarece”, explicó.
“Con una mejora en todo lo que tenga que ver con la infraestructura productiva, lo que vas a generar es una reducción en la cadena de valor para generar el bien final, que en este caso sería el litio”, resumió.
A su turno, Royon señaló que “hay mucha discusión sobre el valor agregado en la industria del litio” y aclaró que “si bien esa discusión instala automáticamente la idea de los autos eléctricos y de las baterías, me gustaría aclarar que agregar valor en la cadena de litio no significa solamente pensar en baterías”.
“Significa no tan solo para el litio, sino para toda la minería, el desarrollo de una cadena de proveedores tanto de productos y de servicios robusta en la Argentina, que es un país que tiene una gran calidad de mano de obra, de industria y de tecnología. Somos un país muy maduro, con un entramado industrial sólido para que esto se produzca”, contrapuso.
Por otra parte, la representante de la Mesa del Litio señaló que “la minería es una industria ligada a inversión extranjera”, por lo que consideró que “debe tener como parte inherente a su sustentabilidad el desarrollo de proveedores nacionales y locales”.
“Después la discusión sobre si hay baterías es claramente un camino a explorar, pero con la capacidad de producción que tiene la Argentina de litio, esta discusión termina siendo menor”, aclaró.
Al respecto, Rajzman añadió que “la etapa de mayor valor agregado de la minería es justamente en la etapa minera” y aclaró: “Si uno va a una operación minera, antes de esa exploración y de detectar ese yacimiento y de realizar los trabajos, dimensionar cuánto se puede producir y de construir la planta y toda la inversión necesaria, antes ese material no tiene valor alguno, es un pedazo de tierra sin valor en absoluto”.
“El mayor valor agregado se genera justamente en la etapa minera. Lo cual no quita que no sea un punto de partida para seguir agregando valor y sea la apertura de un montón de oportunidades para los proveedores. Por ejemplo, en el caso chileno, después de muchos años de desarrollo han logrado tener una cadena de proveedores con cierta complejidad, con cierta densidad productiva, y hoy en día el sector de bienes y servicios mineros exporta 400 millones de dólares”, sostuvo y comparó que “Argentina tiene un entramado productivo mucho más denso que Chile en muchos aspectos, pero menor tradición en minería. Entonces, el crecimiento y desarrollo del sector minero es el punto de partida”.
Articulación entre el sector público y privado
Haciendo gala de su rol de exsecretaria de Minería, Royon consideró que “hay una buena relación” entre el gobierno nacional y los provinciales. “Creo que también hay que mirar con atención la constitución de la Mesa del Litio, de la Mesa del Cobre. Argentina y el interior productivo tienen mucho para dar en nuestro país en este tipo de industrias”, apuntó.
En ese sentido, advirtió: “Los gobernadores patagónicos claramente van a marcar una posición política con respecto al desarrollo de los recursos naturales. Porque esta discusión que el cobre, que si hay una refinería, que si el litio, que si hay una batería o un auto eléctrico, termina siendo una discusión como muy ambacentrista si se quiere”.
“En la Industria del Litio hay alrededor de 5.000 puestos de trabajo. Capaz que no parece importante, pero para Salta, Jujuy o Catamarca es fundamental. Hay que tener esa mirada desde el territorio y dar un debate político en torno al desarrollo de nuestros recursos”, agregó.
En tanto, Rajzman acompañó esa idea al señalar: “Si vemos la distribución de la población en Argentina, un tercio de la población está en Buenos Aires, Rosario y Córdoba. Cuando vemos la cantidad de puesto de trabajo que se generan en la Puna, decimos que la minería tiene un aporte a la descentralización y federalización del país”.
“A eso se suman las oportunidades para proveedores, para brindar bienes, servicios a las empresas mineras. Por cada puesto de trabajo en una operación minera hay al menos dos de empleo indirecto”, abundó.
Impulsar la minería para no depender sólo del agro
Por otra parte, Ramírez planteó hablar de la minería “como valor agregado, no como insumo”. “Ya sea tanto con el oro, el cobre o el litio, vos lo que podés dar son valores agregados y sumar a una matriz productiva que hoy por hoy depende únicamente de un sector agroexportador que solamente está dependiendo del tiempo”, planteó y recordó que “una inundación o una sequía traen problemas”.
“Entonces, esta apertura o esta diversificación en la matriz productiva, ya hablando de agronegocios o hablando de la cadena de producción, ya sea automotriz, ya sea de la industria minera, te va a permitir es generar ciertos colchones y no estar dependiendo del clima en un determinado momento”, resaltó
En ese sentido, Rajzman aclaró que “tampoco los esfuerzos en la minería son instantáneos”, al resaltar que “una operación minera es un proyecto de largo aliento, ya que desde el momento que se empieza a explorar hasta que finalmente se pone en operación una mina pasan 10, 15 años”.
“Aún si tuviéramos el proyecto, como nos sucede ahora que tenemos seis, construirlo toma entre tres y cuatro años en escenarios positivos. Hay que dejar de pensar como en el modelo agrícola que nosotros plantamos y al poco tiempo ya tenemos la plantita, sino que la minería es un sector de largo aliento”, comparó.
“Con la minería no nos vamos a salvar, somos un país grande, tiene que ser un sector más, pero es parte de la solución”, insistió a su vez Royon y apuntó: “Hoy el mundo está encarando un proceso de transición energética. Eso es una oportunidad para el desarrollo para la Argentina. Tenemos que saber aprovechar esta ventana de oportunidad y transformar estos recursos en riquezas para dejarle un mejor porvenir a las generaciones futuras”.
La importancia de la infraestructura
Con respecto a la infraestructura, la exsecretaria de Minería consideró que “Argentina lo tiene todo” y enumeró: “Tiene la segunda reserva de gas no convencional del mundo, siendo el gas el combustible de la transición energética; tiene los mejores lugares para producir energía solar y los mejores lugares en la Patagonia para hacer energía eólica, tiene un recurso de altísima calidad”.
“Sin minerales no hay transición energética posible. Argentina tiene litio, tiene cobre, tiene el 80% de su territorio inexplorado, así que tenemos todo lo que necesitamos. Y en esa ventana de transición, la otra ventaja que tenemos es que tenemos la manera de producir tanto minerales como gas con menor huella de carbono”, destacó.
“En la Puna es un desafío la infraestructura energética, tanto de una línea de alta tensión como así también de gasoductos para alimentar la minería y habilitar todos los parques solares que podrían estar inyectando a nuestro sistema”, abundó.
Rajzman llamó a mejorar la infraestructura vial. “Es fundamental la construcción de líneas de trenes que estén en condiciones y con la capacidad para transportar todo el volumen que se va a mover en zonas que no tienen una tradición productiva de esta magnitud, como es el Noroeste o Cuyo, que va a hacer falta dar competitividad a toda la cadena logística”, expresó.
Y consideró que “también tener una buena infraestructura eléctrica va a permitir evacuar esa nueva energía que se genera en la zona de los proyectos”.
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