En una compulsa con impacto nacional, el intendente de General Cabrera, Marcos Carasso, se impuso ayer en las internas de la UCR de Córdoba -las primeras en 15 años- y se convirtió en el presidente del Comité Provincia en la estratégica plaza electoral.
Marcos Carasso, nuevo presidente UCR Córdoba
El intendente de Gral. Cabrera ganó con el acompañamiento del oficialismo partidario de Mario Negri y del ahora exjefe del radicalismo Ramón Mestre.
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Carasso fue el candidato del oficialismo partidario, impulsado por el presidente del interbloque de diputados nacionales de Juntos por el Cambio, Mario Negri, y por el exintendente capitalino y actual presidente del radicalismo local, Ramón Mestre.
Poco antes de las 22, desde esa línea interna -Convergencia- aseguraron que se impuso por 58% de los votos sobre el 42% de los sufragios del joven concejal Rodrigo de Loredo (Sumar), extitular de Arsat durante la gestión de Mauricio Macri y yerno del exministro de Defensa Oscar Aguad. De Loredo -quien hasta esa hora no se había pronunciado- se presentó con el respaldo del senador nacional porteño y líder de Evolución Radical Martín Lousteau, quien cosechó un traspié aunque menor al que especulaban en círculos locales.
A la par de la victoria de Carasso, en el Comité Capital fue reelegido el diputado nacional Diego Mestre, hermano de Ramón, por sólo 500 votos -fue la contienda más reñida- sobre Javier Bee Sellares (Sumar).
Pero además de la conducción provincial, también se votaron delegados para el Comité Nacional (se impuso la lista encabezada por Ramón Mestre, y la duda ayer era si Convergencia metía dos o tres delegados de los cuatro en juego), por lo que el resultado en Córdoba inclinará la balanza también en el plano nacional, en materia de la discusión en torno al rol electoral que jugará la UCR en Juntos por el Cambio, con foco sobre todo en las presidenciales de 2023 y en la pulseada con el PRO por la definición de la candidatura presidencial.
Participaron del comicio 30.500 electores, superando el piso necesario (la Carta Orgánica exige un 10% del padrón de afiliados). La participación fue baja y orilló ese 10%.
Tras la falta de acuerdo que derivó en el quiebre de Juntos por el Cambio en Córdoba, en 2019 Negri y Mestre pelearon la gobernación en listas separadas y el radicalismo partido recibió una dura derrota en las urnas a manos del peronista Juan Schiaretti, quien cosechó su reelección por el 57% de los votos.
Con ese peso sobre sus espaldas, ambos caciques apostaron esta vez a la unidad detrás de la candidatura del negrista Carasso. Pero no pudieron esquivar la interna de ayer.
De Loredo cosechó el apoyo de Lousteau, quien bajo la bandera de la renovación también se desmarcó del oficialismo partidario en tierra bonaerense e impulsa para la interna del próximo domingo la candidatura del intendente de San Isidro, Gustavo Posse (ver aparte). Ese día también se batirá en internas la UCR porteña.
La judicialización de la lista de Loredo tras un primer rechazo de la Junta Electoral partidaria (en materia de avales) no impidió finalmente que se presentara en las urnas,marcadas por los protocolos sanitarios. Pero De Loredo no alcanzó a torcer el rumbo del oficialismo partidario local y dejó a Lousteau sin la posibilidad de paladear un triunfo que hubiera significado un espaldarazo para darle mayor volumen a su sector en la toma de decisiones de cara a las candidaturas y sociedades para 2023. “Lousteau era el retador; se hizo la elección porque De Loredo no quiso armar una lista de unidad que había juntado a Negri y a Mestre”, dijeron desde el oficialismo partidario provincial.
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