Las lluvias del los últimos días defraudaron a casi toda el área agrícola, pero en particular a las regiones que más lo necesitaban. Es que los eventos pronosticado del jueves último, como los del fin de semana y el de este martes, fueron una desilusión para los productores que esperaban con ansias las precipitaciones para cambiarle la cara a esta campaña agrícola.
A pesar de la falta de lluvias, el agro aportaría más de u$s32.000 millones en la campaña 2024/25
Los últimos tres eventos climáticos prácticamente no dejaron milímetros en las zonas en donde más agua se necesitaba. El trigo podría perder potencial de rendimiento y hay temor por la siembra de maíz, sin embargo ingresarían más dólares que en la campaña pasada.
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Ahora, la performance productiva esta en riesgo y las principales entidades bursátiles pronostican una probable caída de rendimientos.
Hasta la semana pasada, la entidad rosarina destacaba que “deberían llover entre 15 y 20 mm. para asegurar lo sembrado en maíz y evitar que el trigo siga perdiendo potencial de rendimiento” ya que en la actualidad, la superficie en condición de sequía es mayor a la registrada un año atrás.
Los relajamientos privados a los que pudo acceder Ámbito indican que la situación de déficit se complejizó en el centro y oeste de Entre Ríos y casi la totalidad de Santa Fe, donde las reservas muestran mayormente valores de sequía. En realidad, si se traza una línea vertical en la zona centro, a la altura de Bragado o Junín, todo lo que queda marcado hacia el oeste es una región que necesita imperiosamente agua. Y la necesita pronto.
La falta de agua en la región es muy seria y se agrava hacia el oeste. Allí, si se comparan las reservas de agua en el suelo (para el 1er metro) y con la referencia del consumo de una pradera de gramíneas, hace una año la sequía abarcaba al 42% del área, mientras que ahora se extiende sobre el 54% de la región núcleo.
¿La campaña esta en peligro?
La Bolsa de Cereales de Buenos Aires informó en su último Panorama Agrícola Semanal que "el avance de las labores de siembra de maíz alcanza el 7,1%, gracias a la implantación de lotes en el centro y sur de Santa Fe, sudoeste de Entre Ríos y noreste de Buenos Aires". Sin embargo, para completar el cronograma de siembra de las 6,3 MHa, será fundamental contar con más precipitaciones y monitorear la evolución de las poblaciones de Dalbulus maidis.
Sólo en la zona núcleo faltan sembrar 810.000 ha. para lo cual se necesitan entre 15 y 20 mm. para asegurar las emergencias y que nazca bien el maíz. En general, el norte bonaerense es la zona mas afectada pero lo positivo de la situación es que aún hay tiempo para implantar el cereal, ya que prácticamente no hubo casos de achaparramiento en la región.
En cuanto al trigo, la bolsa porteña destacó que la condición del cultivo cayó 5,4 p.p. no solo debido a la falta de lluvias, sino también por acción del aumento de las temperaturas, que aceleraron tanto el crecimiento como el desarrollo del cereal. Los sectores mas afectados se ubican sobre el margen norte y oeste del área agrícola.
En este sentido, la entidad rosarina detalló que “hay 50.000 ha malas y casi 200.000 ha regulares” y destacó además que se necesitan al menos 15 a 20 mm para que el trigo siga en carrera de buenos rindes en el este y para que cese el deterioro en el oeste.
La Niña se hará sentir durante la campaña gruesa
En las últimas horas, la Bolsa de Comercio de Rosario realizó una estimación de rendimientos para la campaña 2024/25 y advirtió que “con condiciones climáticas normales, la producción de granos superaría los 143 millones de toneladas, un 9,3% más que en la temporada pasada”. Se trata de una proyección que se basa en los modelos más básicos, pero en realidad la BCR realizó otro trabajo -mucho mas realista- en la que se asumen rindes más ajustados frente al déficit de humedad actual.
En cuanto a la primera estimación, el crecimiento está impulsado por una fuerte intención de siembra de soja, que cubriría 17,7 millones de hectáreas, un 8% más que el año pasado. Sin embargo, el maíz, que enfrentó desafíos climáticos y fitosanitarios, reduciría su área sembrada en un 21%. Indudablemente, las hectáreas que abandona el cereal, pasarían a la oleaginosa.
Estas estimaciones se basan en condiciones climáticas normales, pero con la realidad actual, sin dudas habrá recortes y cambios en las estrategias productivas. La falta de lluvias obligará semana tras semana a reconsiderar los planteos agrícolas, con lo cual -según la estimación realista- la producción nacional total caería a 128,8 millones de toneladas, un 2% por debajo de la campaña previa.
Desde la entidad advirtieron que “se trata de un escenario conservador, basado en que el suelo no es capaz de expresar su máximo potencial como consecuencia de la escasez relativa de agua”. De esta manera, las mayores caídas de rendimiento se registrarían en los cultivos de soja y maíz, cuyas proyecciones de producción se reducirían un 6,6% y 4,4%, respectivamente. En el caso de la soja, la producción caería a 49,6 millones de toneladas, mientras que el maíz alcanzaría 47,6 millones de toneladas. Otros cultivos también experimentarían ajustes significativos en sus rindes, lo que afectaría las expectativas de producción global.
Impacto productivo en los ingresos del agro
Si el escenario climático cambia -algo que es muy poco probable- las exportaciones de granos, aceites y subproductos podrían alcanzar el tercer volumen más alto de la historia. Según el trabajo realizado por la BCR “se espera que las exportaciones alcancen 101,5 millones de toneladas” que a valores actuales, generarían un ingreso de u$s 35.500 millones.
Por otro lado, bajo un escenario ajustado por déficit hídrico, el valor de las exportaciones se reduciría a 32.600 millones de dólares, lo que representaría un incremento del 6% respecto a la campaña pasada, pero un 1% por debajo del promedio de los últimos tres años.
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