14 de junio 2002 - 00:00

Analizan la calidad de cosecha récord de soja

El cultivo de soja en la Argentina podría alcanzar los 30 millones de toneladas, convirtiéndose de esta manera en la principal actividad agraria del país. Las estimaciones surgen de un estudio elaborado por el INTA Marcos Juárez, provincia de Córdoba que, de cumplirse, podrían fortalecer la posición del país en los mercados internacionales como productor del cultivo.

Un grupo de técnicos del INTA de la localidad cordobesa trabaja en los resultados referidos a la madurez de los cultivares de soja de los grupos II al IX que permitirá elaborar una serie de recomendaciones para el manejo de la oleaginosa.

«Estamos procesando la información de una campaña excepcional por la oferta de variedades y evaluando unos 80 tipos, de los que 74 son de soja RR (resistente a los herbicidas) que pertenecen a los grupos II a IX de madurez», explicó el ingeniero Héctor Baigorri, coordinador de la red nacional de evaluación de soja del organismo oficial. El profesional adelantó que, según los datos que se manejan en el INTA Marco Juárez, «hay novedades importantes que van a permitir incrementar la productividad de los testigos que se están recomendando hasta la campaña pasada».

La red actualiza cada año la caracterización de los cultivares disponibles en el mercado de semillas, por lo que es meritorio el aporte de los criadores de semillas, consideró Baigorri. «Estamos hablando de un cultivo que cubre más de 11 millones de hectáreas en el país, con posibilidad de llegar a las 30 millones de toneladas que determinan que el complejo soja sea el rubro más importante de las exportaciones de la Argentina», explicó.

Por eso, la investigación que se desarrolle en este cultivo es fundamental y uno de los elementos importantes es la oferta varietal. «Contar con variedades que nos permiten incrementar la productividad y mejorar el comportamiento sanitario -que es muy difícil combatir con manejo y control químico-es clave para un cultivo como la soja.»


Sequía

En la última campaña hubo pocas zonas afectadas por estrés hídrico (exceso de humedad), concretamente en el centro y norte de Santa Fe con más de 70 días de sequía, y donde sólo hubo un temporal en abril. «Esa zona ha sido muy castigada, pero en general hemos tenido a nivel nacional una buena campaña y se cubrieron las expectativas en la mayoría de las zonas de producción», explicó Baigorri. Según el ingeniero, en circunstancias como las actuales donde la toma de decisiones debe ser lo más precisa posible, es fundamental detectar en función de la zona los grupos de madurez y variedades convenientes y su manejo. «De este modo se puede lograr la mayor productividad además de una adecuada diversificación de riesgo en función de las condiciones ambientales de la soja», añadió.

En la medida en que la siembra directa permitió crecer en escala y sembrar en zonas muy distantes con lotes más baratos, la información obtenida es cada vez más valiosa para maximizar la productividad de cada ambiente.

Por eso, también recomendó que, a pesar de que la situación económica haga atractivo -por el costo del glifosato-un herbicida para «romper» la siembra directa (suspenderla), hay que tener en cuenta «decisiones que se van a tomar que afectarán al costo de una labor puntual».

Además, Baigorri destacó que el impacto se sentirá en la productividad de la soja y en todos los otros cultivos de la rotación, por lo que resultará clave hacer muy bien las cuentas y tratar de ponerse al tanto de toda la tecnología disponible. En este sentido, el ingeniero recordó que hay técnicas de manejo de cultivo que son de costo cero y que permitirán aumentar la productividad.

La EEA INTA Marcos Juárez es responsable de la preparación de los ensayos de la Región Pampeana Norte y del análisis conjunto de los resultados correspondientes a los grupos de madurez II al VII.

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