20 de octubre 2001 - 00:00

Preocupa la caída en los commodities

Preocupa la caída en los commodities
Los commodities no están atravesando su mejor momento y a la flojedad de metales, cereales y fibras de los últimos tiempos hay que añadir la pésima performance de todo el complejo cárnico que registró precios no vistos en casi un año.

La recesión global determina poca demanda de materias primas de todo tipo y bajos precios. Todo esto se refleja en los futuros del CRB (Commodity Research Bureau) que continúan declinando a paso firme.

El USDA confirmó la semana anterior cifras de producción elevadas en los EE.UU., dando prácticamente por concluida la incertidumbre que se generó respecto a lo que iba a acontecer en su próxima campaña agrícola de soja y de maíz. El informe resultó también, en líneas generales, desfavorable en lo atinente a los escenarios de producción globales, particularmente en soja.

Si bien es cierto que recién comienza la campaña en Sudamérica, antes en Brasil que en nuestro país, las expectativas con respecto a las futuras producciones de la región son buenas.


Soja

A los dos millones de incremento en la producción de los EE.UU. de setiembre a octubre, hay que añadir 900 mil toneladas de incremento de la campa-ña brasileña de este año, cuya producción se ubica ya en 38,4 mill/t, y un aumento de 500 mil en la de la Argentina, que pasó de 26 mill/t a 26,5 millones, tal como manifestaba la agregaduría agrícola en nuestro país.

Para la próxima campaña, el USDA avizora una producción en Brasil de nada menos que 41,5 millones de toneladas y para nuestro país de 27 millones. Esta cifra deberá ser necesariamente revisada en el media-no plazo, pues en caso de no poder implantarse maíz en tiempo, algunas áreas intentarán ser sembradas con soja lo que provocará una mejora productiva adicional. En general, la expectativa de siembra de esta región determina hoy un incremento del orden de 8% a 11% en Brasil y de 4% a 7% para nuestro país. El crecimiento de la región durante la presente campaña resultó ser de 9,75 mill/t o de 16% con respecto a 2000, en tanto que el de la próxima temporada registra un incremento de 3,75 mill/t. o de 5,4% con respecto a la de este año. Esta campaña mundial está resultando ser muy similar a la de otros años, caracterizada por un incremento en la producción de soja, aumento en el consumo y en el nivel final de los stocks.

Tomando como comienzo de la serie el año 1951, se consigna que en 18 de las últimas 24 temporadas en las que el informe de producción de soja estadounidense de octubre superó al de setiembre, el resultado final de la campaña de enero excedió al revelado en octubre en un promedio de 2,2%.
Este año hay que tomar en cuenta que pudo existir algún ligero daño por heladas que no se reflejaron en este informe que tomó la situación de cultivos imperante al 1 de octubre, antes de estos eventos.

En su estimación mundial de oleaginosas, el
USDA incrementa la producción de soja, pero introduce pocos cambios en las producciones de otras semillas.

La producción mundial de colza alcanzará los 36,7 mill/t, contra 37,4 del año anterior y 42,4 de 1999.

La baja productividad se atribuye a la mala cosecha de Canadá que baja de 7,12 mill/t de 2000 a solamente 4,8 mill/t en esta campaña. La cosecha mundial de girasol alcanzaría los 21,99 mill/t, contra 22,84 de 2000 y 27,16 de 1999. La ex URSS cae en algo más de 2,4 mill/t en esta temporada, y su cosecha alcanzará solamente los 5,4 mill/t, en tanto declinan ligeramente los
EE.UU. e incrementan su producción la CEE, Europa del Este y la Argentina, que pasaría de 3,19 mill/t del año anterior a 3,7 mill/t en el 2001, siempre y cuando el clima permita una implantación a tiempo. La semilla de algodón y el maní experimentarán, por su parte, incrementos productivos importantes.

El primero pasará de 33,41 mill/t a 36.22 mill/t, en tanto el maní saltará de los 31,17 alcanzados durante 2000 a 33,59 mill/t en esta campaña.

En maíz, el USDA también sorprendió con sus buenas cifras de producción en los
EE.UU.

Proyección

La demanda proyectada es también alta y bastante optimista tomando en cuenta la posibilidad de una desaceleración importante de la economía, una baja pronunciada en los precios de las carnes y un encarecimiento en los gastos de transporte como consecuencia de mayores costos por el conflicto bélico recién iniciado. Domésticamente, el programa de uso de ethanol va a ser continuado y hasta fortalecido por las autoridades de los EE.UU. que seguramente incentivarán aun más el uso de este tipo de combustible.

Se proyecta que en pocos años más, 60% del consumo americano de petróleo provendrá del exterior lo que fortalece esta idea.
El maíz no está pudiendo ser sembrado en nuestro país al ritmo deseado y, dado el grado de anegamiento de muchas regiones, es posible que veamos un cambio en la intención de siembra de este producto a soja, allí donde las rotaciones lo permitan. De lo que sí estamos seguros es que el número del USDA referido a nuestra campaña 2001/'02 en maíz, de 15,5 millones de toneladas requerirá ser revisado hacia abajo en el informe del mes entrante, reflejando la poca actividad de siembra de este mes y los bajos rendimientos esperados en caso de poder implantarse tardíamente.

Una cifra de producción argentina por debajo de los 15 mill/t, que hoy no resulta nada pesimista, determinará una caída del saldo exportable de nuestro país al orden de los 10 mill/t.

Los datos semanales del
USDA consignaban que ya se alcanzó a cosechar 57% del área correspondiente a soja en los EE.UU., contra 40% de la semana anterior y 63% del promedio histórico. El maíz se encuentra recolectado en 37% contra 29% de la semana anterior y 44% del promedio.

Además, ya se lleva implantado 80% del área correspondiente a trigo de invierno, contra 70% de la semana anterior y 71% del promedio, con los cultivos ya emergidos en 55%.

La semana concluida contó con una serie de ingredientes particularmente desagradables.

Las continuas lluvias en los 60 distritos bonaerenses anegados determinan demoras apreciables en la implantación de granos gruesos, además del perjuicio en los cultivos de trigo ya implantados. Estos factores determinaron un sostenimiento general de precios en el MAT en todos los productos a excepción de la soja que puede implantarse más adelante.


Esto asociado a un mercado flojo en Chicago que no terminó aún de digerir las pesadas cifras de producción de la cosecha americana y a serios interrogantes sobre la evolución futura de la demanda mundial.

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