Habrá que aplaudir a este equipo de Magnano que anoche se consagró campeón en el Premundial de Neuquén (Copa de las Américas). Habrá que remontarse a mucho tiempo atrás -y será difícil conseguirlo-para encontrar un plantel de tantas figuras, de un juego de tanta jerarquía y de marcadas diferencias con el resto (por lo menos de los que disputaron este Premundial).
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Argentina fue campeón indiscutible. Basada en infinidad de variables -individuales y colectivas-a partir de un notable Ginóbili, de la capacidad de manejo de Pepe Sánchez (o su reemplazante, Victoriano), de un Wolkowyski que fue de menor a mayor, de la fortaleza de Oberto a la hora de definir en los dos tableros, en la potencia de Nocioni y Sconochini y el inestimable aporte de Scola y Paladino (a quienes Magnano dio minutos para confundirlos en el equipo titular). Un escalón apenas por debajo, pero de la misma incidencia que el resto, se podrá encontrar a Gabriel Fernández, Gutiérrez y Farabelo.
Los partidos resultaron un mero trámite. No podía estar ausente en la nómina Brasil, al que ayer despachó en la final por un categórico 78 a 59 (23-6, 37-22 y 64-33). A la sazón, el mismo equipo que lo había llevado por única vez a un suplementario en la fase regular.
El tercer puesto quedó en manos de Canadá, que superó a Puerto Rico por 102 a 95 (32-25, 60-46 y 75-65). En el partido que definió el tercer puesto, los canadienses sacaron diferencias decisivas durante los primeros 25 minutos, aunque al promediar el tercer segmento, Puerto Rico comenzó a achicar distancias, pero no le alcanzó.
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