9 de julio 2019 - 00:01

Devaluar nunca fue la solución

El año pasado el dólar subió más del 100%.
El año pasado el dólar subió más del 100%.

En la Argentina nos volvemos locos cuando el dólar sube y nos volvemos locos cuando el dólar baja.

El año pasado vivimos la devaluación más grande desde la salida de la convertibilidad, el dólar subió más del 100%, perdimos más de u$s30.000 millones de reservas (que fueron sostenidas gracias al crédito del FMI más grande de su historia, préstamos de bancos y swaps chinos), la inflación saltó al 47%, se pulverizó el salario real y entramos en recesión.

Recuperar “cierta” tranquilidad en la moneda nos llevó a un duro y exigente programa monetario que hizo saltar las tasas del 25% al 75% (hoy casi en 60%), profundizando la recesión y haciendo que prácticamente desaparezca cualquier posibilidad de financiación para la actividad productiva. Dicho programa monetario incluso tuvo que ser ajustado en varias oportunidades en función a como se iban moviendo las variables económicas y financieras. En medio de todo esto renunciaron dos presidentes del Banco Central.

Estamos en un año electoral, el riesgo país cerca de los 800 puntos básicos (llegó a superar los 1.000), no sabemos cómo vamos a pagar los vencimientos de deuda después que se termine la asistencia del FMI, el Banco Central tiene que retirar más de $1.200.000 millones que fueron emitidos de forma irresponsable y la economía no puede absorber, pero tenemos 70 días de estabilidad en el dólar y algunos gritan atraso cambiario.

Es verdad que un dólar planchado puede ayudar al gobierno en medio del proceso electoral, pero esta baja se dio mientras el Banco Central le compró al Tesoro en forma directa u$s1.200 millones (que de haber ido al mercado hubieran presionado aún más hacia la baja), bajó más de 10 puntos porcentuales la tasa de política monetaria, hasta compró dólar futuro para ser utilizados en un posible futuro rebote del mismo y dar señales al mercado. Estas medidas ayudaron a morigerar la baja, sin ellas el dólar seguramente hubiera tenido una mayor caída.

El peso y la economía aún están dentro de un esquema de alta debilidad, estabilizar la moneda es una medida necesaria pero no suficiente para superar nuestros problemas, la devaluación del peso no es la única herramienta para evitar el atraso cambiario. El Banco Central tiene muy poco margen para el error y lo sabe.

Estamos siempre en el círculo vicioso de: dólar atrasado, sube el dólar, subió el dólar entonces suben los precios, subieron los precios se atrasó el dólar y volver a empezar. Hay que romper con esta dinámica que nunca nos llevó a nada. El camino es trabajar sobre la inflación y los costos que hacen poco competitiva a nuestra economía, como ser la alta carga impositiva. Tenemos un estado caro e ineficiente que necesita recaudar muchos impuestos para poder ser mantenido. El camino es ajustar por ahí y no por los privados.

Argentina debe terminar de pedir continuamente devaluar la moneda, si que suba el dólar fuera la solución a nuestros problemas con la cantidad de veces que hemos sufrido fuertes devaluaciones hoy deberíamos ser una de las principales potencias del mundo.

(*) Analista financiero

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