24 de octubre 2001 - 00:00

Cavallo quiere negociar con Brasil con dólar a 1,91 real

Pedro Malan y Domingo Cavallo
Pedro Malan y Domingo Cavallo
Domingo Cavallo propuso un real de 1,91 por dólar, la cotización de diciembre del '99, como referencia para el comercio entre la Argentina y Brasil y dejar definitivamente de lado el acuerdo de San Pablo el 9 de octubre pasado basado en la aplicación de salvaguardias. La propuesta de colocar ese valor a la moneda brasileña fue incluida en el texto que envió el Ministerio de Economía al gobierno de Fernando Henrique Cardoso, vía la embajada de Brasil en Buenos Aires; y que, tal como adelantó Ambito Financiero el viernes pasado, significaba la rebeldía de Cavallo a lo firmado en San Pablo.

El ministro de Economía desconoció lo acordado en la ciudad brasileña e insistió con la necesidad de crear un mecanismo de bandas cambiarias a partir de reembolsos y aranceles. Ayer se conoció que dentro de esta propuesta, además se pedía a Brasil que tomara como valor de referencia del real el de diciembre del '99 (1,91 real por dólar), con lo cual el país vecino estaba obligado a aceptar la aplicación de aranceles diferenciales o directamente reembolsos, por el monto que separa esa cotización con la actual (aproximadamente 2,8 por dólar).

La propuesta fue rechazada por el gobierno brasileño, que además protestó privadamente contra el Ministerio de Relaciones Exteriores argentino que dirige Adalberto Rodríguez Giavarini que de todas maneras aclaró públicamente que la posición de Cavallo no es la propuesta oficial de la Argentina sino que se mantiene vigente la intención de lograr un acuerdo sobre la base de las salvaguardias. Este se basaba en la aplicación de un mecanismo similar a los que permite la Organización Mundial de Comercio (OMC) y que acepta crear aranceles o cupos diferenciados para los sectores afectados por una decisión económica. Los dos países se habían comprometido en San Pablo a enviarse mutuamente los borradores para redactar la medida, pero la sorpresiva decisión de Economía congeló la posibilidad. De esta forma los dos países no pudieron cumplir con su palabra de tener ya cerrado el acuerdo, con lo que además entre en un cono de sombra la pro-mesa de tener ya protegidos los primeros sectores afectados por la devaluación del real antes de diciembre de este año.

• Bandas cambiarias

Cavallo no sólo desconoció lo firmado basado en las salvaguardias, sino que además volvía al criterio descartado en San Pablo por Brasil de las bandas cambiarias y con un valor del real extremadamente bajo para la cotización actual de la moneda brasile-ña. A priori parecería una quijotada de Cavallo. Sin embargo se supo que antes de lanzarse a la embestida contra lo firmado una semana antes tuvo el apoyo de la Unión Industrial Argentina (UIA), que además logró encolumnar milagrosamente detrás del ministro de Economía a la CGT y a prácticamente todos los bloques de legisladores nacionales, representados por Jorge Remes Lenicov (PJ), Carlos Raimundi (Frepaso) y Horacio Pernasetti (UCR). Lo llamativo es que tanto los sindicalistas como los políticos piden la cabeza del ministro de Economía, paralelamente a que le prestan su apoyo en el tema Brasil. Aparentemente la necesidad de no enfrentarse con la entidad que dirige Ignacio de Mendiguren pudo más que todas las contiendas políticas.

Cavallo fundamentó su rebel-día y la necesidad de fijar el precio del real en 1,91 por dólar al convencerse de que la estrategia del principal negociador brasileño en este conflicto, el embajador plenipotenciario de Brasil José Botafogo Gonçalves, es la de «empantanar» la mesa de negociaciones. La jugada del brasile-ño, según Economía, se basa en la tesis de la «imposibilidad» de demostrar que existen daños por la caída del real. Los fundamentos de Botafogo, preparados por la embajada brasileña en Buenos Aires, son que en realidad desde diciembre del '99 (cuando el real estaba en 1,91 por dólar), las importaciones no sólo no subieron sino que tuvieron una caída sustancial. Unicamente habría no más de cinco sectores donde se podría determinar un daño (línea blanca eléctrica y no eléctrica, calzado, papel y siderurgia), mientras que el resto de los rubros incluso se habrían visto favorecidos. Incluso la teoría brasileña se atreve a especular sobre los fundamentos de la macroeconomía, al asegurar que lo verdaderamente negativo para el comercio bilateral es la recesión y la caída en la actividad; con lo cual el tipo de cambio sería una cuestión marginal.

Cavallo, que en realidad tenía esta información sobre la teoría de Botafogo en el momento de firmar el acuerdo en San Pablo, encontró en la UIA el apoyo suficiente como para renegar de la salida de las salvaguardias.
Incluso asegura que así como su embestida fue la que provocó que Brasil aceptara negociar un acuerdo en San Pablo, su rebeldía actual puede hacer que el gobierno de Fernando Henrique Cardoso vuelva a sentarse a discutir un mecanismo de bandas cambiarias. Algo que para los negociadores del país vecino por ahora es «imposible e impensable», según Botafogo. El negociador favorito de Cardoso llegará mañana a Buenos Aires para comenzar las discusiones oficiales.

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