Cerca de ¿festejar? nuevo aniversario

Entramos en la segunda quincena del mes que para muchos es el más temible del año y no de la mejor manera. Un trimestre para el Citigroup peor de lo que la mayoría de los inversores esperaba (no hablamos del que ya pasó, sino de las proyecciones para el que está comenzando) y el precio del petróleo que en su carrera alcista marcó un nuevo récord histórico (cerró en u$s 86,13 por barril, tras alcanzar un pico intradiario de u$s 86,22) acercándose peligrosamente al máximo en valores constantes de 1980 (según el método de ajuste, éste varía entre u$s 96 y u$s 101 por barril). Lo del banco no es en realidad una noticia demasiado llamativa, ya que de alguna manera es la simple continuación de lo que venimos viendo desde la semana pasada (a pesar del balance del Citi -y los desilusionantes números de Mattel y Eaton-, la rueda arrancó ganadora). Lo del petróleo tampoco es sorpresa, pero en la medida en que los grandes fondos de inversión son los que están "dándole gas" a la suba (la crisis en Turquía por el asunto kurdo es por ahora incidental), resulta por lo menos curioso el paso al costado que dieron frente a lo bursátil, permitiendo que el Dow retrocediera ayer 0,77 por ciento y cerrara en 13.984,8 puntos. Con este escenario por detrás (al New York Empire States Index casi ni se le prestó atención) no debe sorprender que mientras el sector energético subía 1 por ciento, otro tanto es lo que retrocedían las empresas de transporte, y lo peor pasó por las financieras, que perdieron casi 2 por ciento en promedio. El viernes se cumplen 20 años del mayor crac en la historia bursátil norteamericana. No es que esto tenga nervioso a nadie, pero cuesta no pensar que como entonces, el Dow viene de marcar una seguidilla de nuevos récords, que el mercado crediticio está pasando por un muy difícil momento y que tenemos un presidente en la Reserva Federal sin demasiada experiencia.

Tal vez lo peor de lo sucedido entonces no sean las coincidencias, sino que seguimos sin saber a ciencia cierta por qué el promedio industrial se desplomó 23 por ciento en una sola rueda. Para hoy, Johnson & Johnson y luego del cierre Intel, IBM y Yahoo! prometen hacerse del centro del escenario.