27 de julio 2006 - 00:00

Confirmado: definen hoy salario mínimo de $ 800

Sería una sorpresa que tras la reunión plenaria de esta tarde del Consejo del Salario Mínimo el valor de ese sueldo difiera mucho de $ 800, como adelantó este diario. Ayer hubo un encuentro de la «mesa chica» que conforman empresarios, sindicalistas y la cartera laboral, que sirvió para que cada sector mostrara sus posiciones. La CGT y la CTA reclaman $ 857, y Hugo Moyano le anunció a Néstor Kirchner en su propio despacho su «inflexibilidad» en la negociación. Los empresarios insistieron en llevar el mínimo de $ 630 a $ 693 y aseguran que no se moverán un peso de esos guarismos. ¿Serán verdad estas intransigencias, o llegado el momento, hoy a partir de las cuatro de la tarde, se avendrán ambos sectores a tocar la melodía que les dicten desde la Casa Rosada?

José Luis Lingieri
José Luis Lingieri
La «mesa chica» del Consejo del Salario pasó ayer a un cuarto intermedio hasta hoy a las 13, sin que las partes se pusieran de acuerdo (ni mucho menos) en el alcance del incremento que deberán otorgar los empresarios y el Estado.

La reunión prevista para la «mesa chica» es previa a la convocatoria al plenario del Consejo, que debería comenzar a sesionar a las 15. Allí debería quedar definido el monto del salario mínimo, que -según todas las versiones- terminaría siendo de alrededor de $ 800, entre incremento a cargo de los empresarios y aumento de asignaciones familiares.

Según expertos como Julián de Diego, el beneficio alcanzaría a alrededor de un millón de trabajadores, buena parte de ellos empleados públicos.

Antes de la reunión en Trabajo, el camionero Hugo Moyano se entrevistó con Néstor Kirchner en la Casa Rosada. Según versiones emanadas desde las cercanías del secretario general de la CGT, éste le habría anunciado al Presidente su decisión de ser «inflexible» en la postura que llevará al Consejo del Salario. La versión apunta, casi sin convicción pero sin dudas, a desactivar el rumor de que ya estaría pactado un aumento a $ 800.

Los sindicalistas, cuya delegación no incluyó a Moyano, insistieron con su reclamo de un mínimo de $ 857; los empresarios respondieron con su oferta de 10% (la suba del Indice de Precios al Consumidor desde el último aumento) sobre los $ 630 actuales y el representante del Ministerio de Trabajo dijo que habrá que considerar «el ingreso total», con lo que abrió la puerta para una suba de las asignaciones familiares que llevarían el salario mínimo de bolsillo a una cifra parecida a la que viene mencionándose. Serían los $ 690 del actual mínimo más 10%, más los $ 120 del salario familiar.

  • Rechazo

    José Luis Lingieri (Obras Sanitarias, por la CGT) y Horacio Meguira, abogado de la CTA, coincidieron (por una vez) en rechazar de plano la propuesta del sector empresarial,no sólo en lo que hace a porcentaje sino también a la intención patronal de que se diferencie a dos regiones del país (el NOA y el NEA), donde la mayoría de las empresas -sobre todo las pymes- no estaría en condiciones de hacer frente al incremento pretendido por los sindicalistas.

    Sin embargo, ambas partes estarían semiconvencidas de que el gobierno ordenaría « cerrar» en $ 800, tal como viene rumoreándose de manera insistente desde el mismo día en que se convocó al Consejo.

    «He llegado a comidas en las que estaba todo cocinado y resulta que el bife estaba crudo; he asistido a representaciones de Shakespeare con afamados actores que se patinaban en el escenario y hacían fracasar la función», dijo irónico Daniel Funes de Rioja, al abogado laboralista jefe de la delegación empresaria que se completó con Horacio Martínez (UIA), Ovidio Bolo ( Cámara de Comercio) y Carlos Enrique Wagner (Cámara de la Construcción). La referencia de Funes de Rioja era en relación con las versiones que dan como «cocinado» el monto del mínimo. En diálogo con este diario, Funes de Rioja agregó que la de ayer fue «una reunión en la que nadie apretó el acelerador a fondo; fue apenas una preliminar que seguirá mañana (por hoy). Creo que todos fuimos a fijar posiciones, no a negociar; eso pasará mañana».

    En base a declaraciones públicas y diálogos privados, podría resumirse así las posiciones de los tres participantes en la reunión de ayer:

  • Los representantes sindicales (José Luis Lingieri y Juan Manuel Palacios por la CGT; Pedro Wasiejko, por la CTA) exigieron un salariomínimo igual a la canasta familiar y, además, idéntico para todo el país sin diferencias regionales.

  • Ayuda

    En caso de que se admita que el NEA y el NOA no pueden pagar el aumento, el gobierno deberá diseñar y aplicar planes de ayuda para esas regiones.

  • Los delegados empresariales insistieron en que sólo están en condiciones de otorgar 10% sobre los actuales $ 630, porcentaje que se corresponde a la suba de la inflación en los últimos trece meses. Además, el aumento debería ser gradual (en tres cuotas mensuales y consecutivas) imitando el criterio aplicado a las subas pactadas en las convenciones colectivas.

  • El gobierno, representado por el jefe de Gabinete de Trabajo, Norberto Ciaravino, dijo que el Consejo venía a «cerrar una etapa de negociaciones, no a abrirla» en obvia referencia a la ronda de convenciones colectivas que -salvo algunas excepciones- ya pactaron nuevos convenios para casi todos los sectores. El funcionario admitió que tenían en mente el valor de la canasta básica, que está en $ 857, pero en ningún momento habló de que ese monto sería el salario de bolsillo.

    Obviamente, la gran preocupación de los empresarios es que -de otorgarse un incremento que sería superior a 30% si se llegara a los $ 800- se dispare una nueva escalada de negociaciones y aumentos salariales. A pesar de esto, ni se les ocurrió -ni se les ocurrirá- mencionar las expectativas inflacionarias que podría generar un aumento como el planteado por la CGT. Saben que ése no es el timbre para tocar, ni el lugar y momento para hacerlo.
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