Cristina tomó contacto con el equipo de Obama y fijó con Lula postura para reunión del G-20
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La presidente Cristina de Kirchner junto al mandatario estadounidense George W. Bush en la recepción oficial que dio inicio a la cumbre del G-20.
Si bien no hubieron declaraciones oficiales, se sabe que el encuentro con su par brasileño tuvo como objetivo coordinar una estrategia común con vistas a la cumbre.
Cristina buscará pedir la reforma de las instituciones financieras internacionales y plegarse a la idea impulsada por Lula y los demás miembros del BRIC (Brasil, Rusia, India y China) y Francia, liderando la opinión de otros países europeos, también interesados en relanzar el sistema económico mundial.
Brasil ha declarado oficialmente que considera que el comienzo de la solución a la crisis debería pasar por una reforma de las instituciones financieras internacionales, de modo que se les dé voz y voto a los países en desarrollo. "Se debe aumentar la transparencia de los mercados por medio de instrumentos universales", pero también "reconocer la necesidad de aumentar la participación de los países en desarrollo en los órganos decisorios" de la economía mundial, dijo el portavoz de la presidencia brasileña, Marcelo Baumbach.
Por su parte, Francia, que ocupa la presidencia rotatoria de la Unión Europea (UE), lidera el esfuerzo a favor de nuevas regulaciones y una mayor supervisión de los mercados financieros. El presidente francés, Nicolas Sarkozy, y otros líderes europeos quieren también poner en marcha un sistema que permita detectar con antelación posibles desequilibrios en los mercados financieros.
Sin embargo, ayer en declaraciones desde Wall Street, Bush alertó que resulta poco probable que la cumbre adopte importantes decisiones vinculantes además de recordar que la crisis no fue una falla del sistema de libre mercado.
EEUU, Gran Bretaña, Canadá y Australia temen que un exceso de celo regulador estrangule el libre mercado y frene las expectativas de crecimiento futuro.
El mismo, Dominique Strauss-Kahn, director gerente del Fondo Monetario Internacional trató de reducir las expectativas en declaraciones recientes, al afirmar que resulta poco probable que la cumbre produzca un cambio radical en la forma en la que se gobierna la economía global.
Escribe: Sabrina Mauas (Enviada Especial)


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