26 de octubre 2004 - 00:00

Cuota Hilton complica a funcionarios de gobierno

Miguel Campos
Miguel Campos
La presencia de Néstor Kirchner en San Lorenzo, Santa Fe, no logró desenredar el escándalo generado por la distribución de la Cuota Hilton de carnes vacunas. Por el contrario, podría provocar un efecto dominó de renuncias desde el Ministerio de Economía hasta la Secretaría de Agricultura.

Kirchner
advirtió ante legisladores nacionales de la provincia que el problema en la distribución de la Cuota para el período 2004/2005 es «una cuestión del ministro Lavagna», con lo que dio a entender que la puja que enfrenta a Miguel Santiago Campos, secretario de Agricultura, con los principales frigoríficos del país -especialmente el Consorcio ABC, el más perjudicado por el último reparto-deberá resolverse ahora en el Palacio de Hacienda. Y la Cuota Hilton, las 28.000 toneladas de cortes de alto valor que ingresan en la Unión Europea con el pago de mínimos aranceles, es una brasa caliente para Lavagna, que intentaría cargarle «las culpas» (de una distribución cuestionada) a Campos, hombre que llegó a la cartera luego de doce años de ejercer el cargo de agregado agrícola en Brasil, y que arribó al despacho de Paseo Colón por sugerencia del gobernador bonaerense, Felipe Solá. Claro, desde hace meses tampoco Solá está interesado en apadrinar a Campos. Tiene, como es notorio, otros problemas. Campos, mientras tanto, debió absorber el reproche de empresarios santafesinos (Miguel Gorelik fue el más altisonante) que le anunciaron demandas penales en su contra por el nuevo modo de reparto de la Cuota (es cierto, los perjudicados de hoy eran acusados otrora de beneficiarse con un reparto muy restrictivo).

• Proyecto

Kirchner, quien la semana pasada había tomado conocimiento de los cuestionamientos sobre la distribución de esta cuota de carnes durante una reunión con el senador Carlos Reutemann, le habría pedido ayer a la titular de la Comisión de Agricultura de la Cámara de Diputados, María del Carmen Alarcón, que elabore un proyecto de ley con el fin de clarificary estipular muy claramenteun esquema de distribución de esta cuota que Europa le concede al país. Esta decisión, que llegó a Miguel Campos, provocó que éste avisara a los diputados de la comisión que preside Alarcón, que hoy no se hará presente como estaba comprometido. Campos consideraría, además de su endeble situación, que la discusión que se iba a dar en la Cámara baja -a la que no eran muy proclives los legisladores de Córdoba y La Pampa-poco aportaría cuando la cuestión ya llegó a Presidencia.

• Enfrentamientos

El secretario ya tuvo enfrentamientos con los diputados (José María Díaz Bancalari estuvo a punto de pedirle la renuncia en su última visita al Congreso) y también cruzó reproches con el subsecretario de alimentos, Claudio Sabsay, el hombre de Lavagna en Agricultura. Fue cuando Sabsay le propuso enfrentar la ola de amparos judiciales que distorsionó el reparto de la Cuota en detrimento de los grandes frigoríficos y también de la provincia de Santa Fe. «No quiero ir preso», adujo Campos, ante la mirada comprensiva de Lavagna, presente en la reunión.

• Guerra política

La pelea por las exportaciones de carnes amenaza con estallar en una guerra política que también puede cruzar a ministros y funcionarios del gobierno. Es que hombres como Aníbal Fernández tuvieron que ver con este negocio (el ministro del Interior fue ministro de la Producción de Eduardo Duhalde, manejó el tema a través del cuestionado Haroldo Lebed) y ahora se los presume, sin demasiados indicios, relacionados con los beneficios que obtuvieron en el nuevo reparto algunos frigoríficos del conurbano sur de la provincia de Buenos Aires.

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