6 de junio 2007 - 00:00

Cupones bursátiles

Y el peligro chino apareció de nuevo. No están muy dispuestos los afamados "brokers" en darle importancia, pero nosotros nos ocupamos de tener al lector de esta columna bien informado. Más que nada, porque nos preocupa hondamente que se produzca un descalabro y una salida descontrolada de tal mercado. El hecho que se produjo a la altura de estos escritos es que la Bolsa de China decayó más de 8 por ciento el lunes a la madrugada.

Poco sucedió en consecuencia, respecto de los otros mercados, más que ver una atonía de saldos en el Dow y algunas bajas en la región nuestra. Podrá ser que después del primer rebaje se produzca un repunte, lo que no sale de los arquetipos clásicos de los mercados. Siempre hay gente pujando por ingresar en Bolsas donde los puntos máximos se mejoran a diario y los rendimientos suelen ser de película. Pero, es otra luz amarilla y si ahora no se pasa a la "roja" -la terminal-, tampoco hay que confiarse demasiado. Lo otro, la semántica difundida acerca de que no afectará la "economía real" o que pasará inadvertido por otros "índices del mundo es -ni más ni menos-que desconocer la globalización que impera. Sabemos que China les habrá de pegar a todos; lo único desconocido es saber cuánto, cómo y en qué magnitud resultará la afectación.

Ahora puede que ingresemos al corazón del ejercicio y un momento de máxima definición. Esto de China quizá se vuelva a emparchar, como en febrero, o no. Y si no es ahora, será más adelante el momento de la decantación profunda. Sean chinos, japoneses, ingleses o americanos: lo bueno que las leyes básicas del mercado funcionarán siempre. Según idiosincrasias y gobernantes, se las tratará de un modo u otro. Pero, a la larga, no se pueden sostener rendimientos excepcionales y presiones que se siguen sumando.  

Nos imaginamos, y es difícil hacerlo teniendo como mercado más habitual el argentino, que el monstruoso moverse de los negocios chinos seguramente tendrá nuevas oleadas de inversores que -acaso-se convierten en las primeras "víctimas" de un reflujo. Y esa avanzada es la que va consiguiendo detener las primeras bajas importantes, por simple imperio de ser una corriente todavía generosa de demanda.

Pero, es indudable que en toda región del mundo actúan "los vivos", los más suavemente llamados pícaros, y que deben estar saliendo masivamente de un mercado que ha dejado tanta "crema" a sus fieles. Pensar que Occidente no habrá de sentirlo es una bella postal y que -en definitivamejor que se concrete. Pero, tenemos nuevas serias, y razonables, dudas al respecto. No pierdan de vista a Shanghai.

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