18 de junio 2007 - 00:00

Cupones bursátiles

Así como hemos conseguido, en la Argentina moderna, que el general Manuel Belgrano creara la bandera dos días antes que la realidad histórica, nos encontramos con otro feriado de Buenos Aires que es un momento clave. Para poder escudriñar qué hacen los otros en el reinicio de la actividad, y volver al circuito recién mañana. En el comentario sobre la rueda del viernes, hablamos de «ventaja de juego» que obtendrán nuestros operadores en el día de hoy: y que no es para nada despreciable. Saber de qué modo arrancarán los otros referentes habituales, con el mecanismo ineludible de ser simples « repetidoras» australes de lo que se genera en el Norte, brinda la buena ocasión de dar partida sabiendo qué les ha sucedido a los colegas: y actuar en consecuencia.

A sabiendas de seguir siendo el vagón de cola de casi todos los listados del ranking bursátil, se proviene de una semana de cierta recomposición. Y con el agregado de atravesar la zona de «ejercicios» de opciones teniendo un rebote bastante pleno y decidido en tales días, en el mercado de contado. Mejor no podía haber resultado la cuestión, después de conocerse que los datos aportados sobre inflación de EE.UU. fueron reciclados como buenas nuevas para acciones, descomprimiendo la escalada de suba de tasas en bonos.

Ya casi era cuestión de exportarles un funcionario con apellido «Moreno» y el asunto lo arreglaban a la maravillosa manera de: dejar que la gente piense lo que quiera y anotar el número que al gobierno le viene en gana. Esa fórmula -que no es de Keynes- debería patentarse para erradicar de raíz al mal y traer felicidad al mundo entero: estadística imaginativa.  


Nuestro mercado, su pobrezade rendimiento en el año, sigue reflejando bastante bien los contrasentidos de un país que se pavonea mostrando sus cuentas globales y con la población rezando para que pueda atravesar el invierno que se viene con energía, gas y combustibles. Hecho que se comenzó a solventar cortando tan vitales elementos para la producción y -téngalo en cuenta el inversor- pegará directamente en los resultados de las sociedades, entre junio y setiembre. Repasar las páginas de los diarios locales impone de una sociedad que observa conflictos de todo tipo, como si se tratara de una zona de «emergencia», mientras los gobernantes no cesan de hablar de los primores de los números.

A qué marco dar razón, cuando se piensa en acciones de Buenos Aires, debe ser bastante complicado para el « estratega» exterior que no vive aquí. Desde adentro, se sabe que el capital de riesgo es pobre, que no hay mucho en dirección a los títulos privados. Y que desde el sistema se están analizando posibles nuevos atractivos para promover entusiasmo. La única ventaja real es saber que somos los más rezagados. (Pero puede que existan buenas razones para ello...)

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