El ministro de Economía, Roberto Lavagna, se reunirá hoy con el secretario de Finanzas, Guillermo Nielsen, para definir cómo se implementará el mecanismo para la compra de 0 km e inmuebles con los bonos que los ahorristas que opten por el canje recibirán por sus depósitos.
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Inicialmente, el gobierno había analizado la posibilidad de aplicar un impuesto de 25% sobre el valor de la unidad, en el caso de los autos, a quienes decidieran utilizar este mecanismo y también un cupo para controlar el volumen de operaciones. Incluso se pensaba permitir la aplicación de los títulos para sólo una parte del costo del vehículo y el resto se debería concretar en efectivo.
Si embargo, en los últimos días se estuvieron analizando distintas alternativas que incluía una disminución o eliminación de ese gravamen adicional.
• Bonos por dinero
De todas formas el problema principal se centra en cómo transformar esos bonos en dinero concreto por parte de quien lo reciba. En el anterior esquema de compra con certificados de plazos fijos, que funcionó hasta el 15 de abril pasado, el depósito del comprador se transformaba en una cuenta a la vista para el vendedor a través de los redescuentos que el Banco Central otorgaba a la entidad financiera que inter-venía en la operación. Con la limitación a esta política, la forma de convertir el depósito en efectivo es a través de la emisión. En este punto, el problema es que el FMI sigue muy de cerca la política monetaria del gobierno y las posibilidades de liberar fondos por este sistema son muy pocas.
Por eso, el encuentro de hoy de Lavagna y Nielsen estará centrado en el mecanismo de la operatoria pero no en la forma de financiarlo que surgirá del programa monetario que defina el gobierno.
Las automotrices siguen aguardando una definición, aunque ya plantearon que la forma para que el mecanismo funcione tiene que permitir que las terminales puedan tener disponibilidad de los fondos que se les acredite por la venta de un 0 km y no nuevos bonos. El equipo económico había pensado en habilitarlos en usos como el pago de impuestos, pero esto no tiene el apoyo del sector privado ya que el Estado les debe más de $ 1.000 millones y buena parte de ese dinero está en los bonos que recibieron por el Plan Canje.
La semana pasada, algunas empresas analizaban la posición a adoptar en caso de que el gobierno intentara darles a cambio nuevos títulos. La idea de las empresas sería, entonces, la de negarse a la venta de autos por este sistema mientras junio marcha a convertirse en el peor mes de la historia para el sector.
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