Periodista: Pasó Jay Powell por el Economic Club de Washington. La semana pasada visitó el Congreso. Dijo que la FED no esperará a que la inflación baje a 2% para comenzar con el recorte de las tasas de interés. ¿Hay algún apuro en especial?
Diálogos de Wall Street
Powell habla de baja de tasas ya sin tapujos. ¿Para cuándo será, Gordon Gekko? ¿Es factible septiembre como se afirma? ¿No provocará una interferencia con la campaña electoral?
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Las declaraciones de Powell sobre la tasa siguen impactando en los mercados.
Gordon Gekko: No. Es el mensaje estándar desde el punto de vista conceptual. La FED se va a anticipar. Como era su costumbre, aunque con la pandemia hizo una excepción. Se tomó su tiempo, miró para el costado, dejó que la recuperación de la economía se afianzara, aunque la inflación trepaba más allá de su meta de 2%. Recién cuando se aseguró de la solidez del repunte de la actividad, con la inflación merodeando 7% y las tasas de interés en cero, comenzó a subirlas. La idea que machaca es la del regreso de la política monetaria a la normalidad. La pandemia fue un lapsus.
P.: ¿Y cuánto se va a anticipar? Septiembre es la apuesta del consenso. Pero hay una reunión a fin de mes. ¿Podría adelantar la faena al 31?
G.G.: Mi impresión, con la data del lunes, es que podría haber empezado la poda en junio y no se hubiera arrepentido. Cuando Powell fue al Congreso no había visto la caída de la inflación de junio, de ahí, el interés por escucharlo en el Economic Club. Si Powell quería, bastaba una palabra suelta, un guiño, para darle alas a la idea de empezar a fin de mes y ponerla en el tapete. Pero no lo hizo. Así septiembre quedó firme.
P.: No hay urgencia, tampoco.
G.G.: La parsimonia es un activo. Transmite la idea de que la FED tiene las cosas bajo control, bien pensadas. No precisa saltear etapas porque perciba un riesgo que no detectó antes en el radar.
P.: La inflación del primer trimestre constituyó un meteorito no previsto. ¿Ya se arregló? ¿O hace falta chequear más lecturas para tener la confianza que se necesita para bajar las tasas?
G.G.: El primer trimestre fue horrible. Y sorprendió porque rompió la tendencia declinante que venía del año pasado de forma abrupta. Pero el segundo trimestre fue excelente. La inflación al consumidor arrojó cero en mayo y -0,1% en junio. Y su disección mostró un cuadro de descompresión generalizada.
P.: Como para despejar todas las dudas.
G.G.: Y alentar la visión de que lo que se vio en el primer trimestre fue una aberración. La inflación de la vivienda, que es la más recalcitrante, se calmó sobremanera. Subió 0,2% que es la cifra más magra desde agosto de 2021. La inflación núcleo del segundo trimestre, anualizada, calzó justo con la meta de 2%. La FED puede querer procesar más data, siempre es mejor, pero si se lo escucha a Powell, y a todos los demás, está claro que ya se sacaron la espina que tenían clavada.
P.: Y a los halcones, a los pocos que quedaban como Kashkari o Bowman, no se los escucha últimamente.
G.G.: Si son data-dependientes, la data los tiene que haber tranquilizado. Por otra parte, el mercado de trabajo ya no es lo que era. Es una dinámica de pinzas. Menos inflación y más desempleo.
P.: Todavía se crea empleo con generosidad.
G.G.: Si no fuera así, la baja de tasa ya estaría en vigencia. Pero una gama amplia de indicadores laborales – búsquedas y vacantes, contrataciones, empleos a tiempo completo, variaciones salariales – apunta en una misma clara dirección. Todo se debilita. El empleo crece y la FED no tiene urgencia. Sin embargo, como el desempleo también aumenta, la reticencia a intervenir, la preferencia para postergar la decisión hasta después de las elecciones, se canceló. Dado que la inflación ya no quita el sueño, una baja de tasas preventiva tiene pleno sentido. Lo bueno de hacerlo en septiembre y no a fin de mes es que la FED tendrá acceso a dos rondas extra de indicadores sensibles (como inflación y empleo) para maniobrar sobre seguro.
P.: ¿Cómo juega la política? La campaña se encendió antes de lo previsto con la debacle de Biden en el debate y ahora el atentado contra Trump. ¿Recortar las tasas en septiembre no provocará la ira de los republicanos?
G.G.: Se lo planteó a Powell, Mike Lawler, diputado republicano de Nueva York, en el Congreso. Con sutileza. Una FED independiente, dijo, ¿no teme que se interprete la baja como una acción políticamente motivada, apenas un mes y medio antes de una elección?
P.: ¿Y qué respondió?
G.G.: Que no. Hay una larga historia de antecedentes. Si es lo que se precisa, la FED no se va a atajar por la votación. Si Trump piensa que va a ganar la elección, arrancar la gestión en enero con un par de recortes de tasa frescos no le van a venir nada mal. Criticará porque no va a dejar pasar la oportunidad para armar revuelo, pero en el fondo la campaña se la está haciendo Biden con sus metidas de pata reiteradas.
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