El peor día de los mercados: el riesgo-país, en 2.003 puntos
Desde aquellos días del gobierno de Raúl Alfonsín, que precipitaron su caída adelantando el traspaso del gobierno, no se vivió una jornada financiera como la de ayer en la Argentina. En aquellos días los saqueos a los supermercados llamaban más la atención porque el público medía precios contra sus salarios y reaccionaba. Con precios quietos ahora pero destrozados los mercados financieros, el efecto sobre el público tardará más pero si se llega al default, será peor que en 1989. Esto porque la escalada de quiebras de empresas, multiplicación sin parar de los intereses que no se podrán abonar, créditos internos que no habrá para las empresas y externos que no tendrá el país, el fisco sin ingresos dado que al nivel de tasas de ayer se impone como más barata una multa de la DGI (3%) que pagarle a un banco. Fue una jornada de números temibles. Y ni siquiera, para un gobierno que no reacciona, le queda la esperanza de un rebote que suele sobrevenir siempre a una estrepitosa caída. Porque no se avizora mejor futuro y políticos duros para dolarizar, casi única salida. Veamos ayer:
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Por eso en el sistema financiero las tasas interbancarias cerraron a 26% para las entidades de primera línea. El viernes esta tasa estaba en 17% anual. Los bancos de segunda línea debieron pagar hasta 30% anual por dinero a 24 horas para cubrir sus necesidades de caja.
La suba de tasas castigó al precio del dólar futuro que a fin de noviembre cotizó a $ 1,05 y a un año a $ 1,50.
En las casas de cambio, la brecha entre la compra y la venta se amplió debido al nerviosismo del público. La divisa se compraba a $ 0,998 y se vendía a $ 1,008.
La demora en el anuncio de las medidas sumó dudas al mercado que se reflejaron en los títulos públicos que soportaron una fuerte presión de venta que no cedió en todo el día. Las operaciones se hacían con una diferencia entre precio vendedor y comprador de hasta 5% que impedían especular con operaciones intradiarias. Es decir entrar y salir en el día. Cada operación era seguida por otra que se hacía a menor precio. Los operadores definieron el movimiento como de «liquidación», es decir no era una simple tendencia vendedora.
El gran temor era el canje de deuda que muchos temían que no fuera voluntario. Para sumar nervios se conoció la renuncia del subsecretario de Financiamiento, Julio Dreizzen. El funcionario era uno de los negociadores de la reestructuración de la deuda. (Ver nota vinculada)
Al cierre el principal título de la deuda externa que nació hace cinco meses con el megacanje, el Global 2008, perdió 11% y ahora vale sólo u$s 50,02 dólares, es decir la mitad de su valor nominal. Su rendimiento es de más de 30% anual y así y todo no atrae a los inversores. Las otras dos series del megacanje, el Global 2018 y el 2031, perdieron 6%. Pero estos títulos son de largo plazo y no son alcanzados por el próximo canje de deuda.
• Récord
Los títulos Brady también sucumbieron. El FRB, el más corto de los títulos porque vence en pocos meses, soportó una notable pérdida de 14,27% que lo dejó al cierre en u$s 54,50 y una tasa de retorno de 40%. El Par y el Discount tuvieron caídas menores de 4,78% y 2,33% porque tienen una garantía de los Estados Unidos por 33% de su valor.
En la Bolsa se produjo una baja que es récord para la actual gestión de gobierno. El Merval de las acciones líderes cerró en 219,54 puntos que equivalen a un retroceso de 8,67% pero con pocos negocios: $ 10,72 millones. Al cierre subieron 14 papeles, 43 bajaron y 6 quedaron sin cambios.
La caída de la Argentina arrastró a Brasil que cerró con un riesgo-país de 1.191 puntos (+5,5%). El volumen de la deuda de la Argentina hace que su riesgo sea más alto que el de Nigeria o el de Ecuador, un país que declaró el año pasado la moratoria unilateral de su deuda externa y después dolarizó su economía.
El país de menor riesgo es Corea, que soportó en 1997 una situación similar a la Argentina, pero hizo un ajuste en serio con déficit cero y aprovechó el blindaje que le dio el FMI. Hoy su riesgo-país es de 155 puntos.
En Brasil, la Bolsa perdió 3,43% y el dólar cerró estable en 2,72 reales.
En la Bolsa de Nueva York, el Dow Jones cayó 2,89% y el NASDAQ perdió 3,92%. Boeing fue uno de los papeles que más influyó en la baja ya que perdió la licitación para desarrollar aviones de guerra por u$s 200 mil millones. General Motors, a su vez, pagó con una baja en los precios la venta de Direct TV a su competencia. Los papeles de McDonald's también bajaron porque cayó su rentabilidad.
Tantas dudas hicieron que los inversores se refugiaran en los bonos del Tesoro que subieron de precio y su renta a 30 años bajó a 5,25%. El rendimiento del título a 10 años bajó a 4,474%.
El mercado, entretanto, aguarda datos clave como la primera estimación del tercer trimestre de crecimiento de la economía que se sabrá mañana y el desempleo de octubre, que se conocerá el viernes.
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