Fernando Marengo, chief economist en blackTORO, firma especializada en Global Wealth y Asset Managment, entiende que la Argentina está "mucho más cara" en dólares que hace un año atrás.
Fernando Marengo: "Lo que ocurra con el dólar no depende de voluntades sino de la situación macro del país"
El economista habló sobre el encarecimiento de Argentina en dólares, la nueva compra de divisas confirmada por Caputo y el desequilibrio de la balanza comercial.
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Marengo: "Los países que experimentaron procesos de estabilización exitosos se encarecen en términos de dólares".
Sin embargo, también asegura que esto no necesariamente debería ser tomado como una advertencia. "Los países que experimentaron procesos de estabilización exitosos se encarecen en términos de dólares; Argentina no fue ni es la excepción", argumenta el ex socio de Estudio Arriazu Macroanalistas.
Por eso, a días del comienzo de julio, un mes donde desaparece la reducción a las retenciones, mientras que se incrementa la salida de divisas por importaciones y consumos en el exterior, Marengo considera que lo que suceda con el tipo de cambio dependerá exclusivamente de la situación macroeconómica del país, y no de "la voluntad de nadie".
Respecto de la última novedad en materia de acumulación de reservas -compra de divisas en bloques-, el profesor de IAE Business School piensa que es una "buena noticia" que el Gobierno tenga dólares para mostrar capacidad de repago y para evitar aproximarse al piso de la banda cambiaria.
A continuación, la entrevista completa con Fernando Marengo en Ámbito.
Periodista: ¿Cómo analiza la estrategia del Gobierno de comprar dólares en bloque de forma bilateral sin pasar por el MULC?
Fernando Marengo: Siempre que se compra dólares es emitiendo una deuda. Ahora está esto de que las reservas son alquiladas, pero cuando el Banco Central (BCRA) compra dólares, emite pesos. Hay otro pasivo que emite el BCRA. La única forma de acumular reservas que sean genuinas es con superávit fiscal. Si no, siempre la acumulación de dólares es contra un pasivo, contra una deuda. Creo que el Gobierno salga a comprar en bloque es una buena noticia, desde el punto de vista, primero, de que el Gobierno tenga dólares y muestre poder de repagar la deuda para ayudar a que baje el riesgo país; y lo segundo, para no dejar que el tipo de cambio se aprecie demasiado. Porque si el tipo de cambio se acerca a la banda inferior, digamos, te volvés más caro en dólares y el techo de la banda te queda 40% arriba. En una economía como la argentina, que usa el dólar como unidad de cuenta, es un riesgo importante.
P.: ¿Advierte una dinámica de tensión en el tipo de cambio a partir de julio o piensa que es administrable?
F.M.: Claramente, la Argentina está en dólares mucho más cara que un año atrás. Ahora, la flexibilización de los controles de capitales y la apreciación del tipo de cambio real, medido al contado con liquidación, evidenciaron una vez más que lo que ocurra con este no depende de la voluntad de nadie sino de la situación macroeconómica del país. Los países que experimentaron procesos de estabilización exitosos se encarecen en términos de dólares. La Argentina no fue ni es la excepción. En la medida que el país logre explotar la producción de aquellos sectores en los cuales hay ventajas comparativas, el proceso de apreciación del tipo de cambio se profundizaría. Por ello, resulta menester el avance rápido y profundo en las reformas estructurales para reducir al mínimo el costo argentino y reducir los costos de la transición.
P.: ¿Registra atraso cambiario o, como dice el Gobierno, el dólar se encuentra en equilibrio de mercado?
F.M.: Lo que ocurra con el tipo de cambio no depende de la voluntad de nadie sino de la situación macroeconómica del país. La Argentina está mucho más cara en dólares que un año atrás. En tanto la economía avance sobre sectores con ventajas comparativas, el proceso de apreciación podría sostenerse. Pero eso exige avanzar con reformas estructurales.
P.: En mayo, las personas humanas compraron u$s1.954 millones, según el BCRA. ¿Ese ritmo en junio puede haber aumentado? ¿Se hace sostenible ese ritmo?
F.M.: La compra de dólares para atesoramiento del mes de mayo fue muy elevada por dos motivos. Uno, por la flexibilización del cepo. Seguramente hay gente que tenía demanda insatisfecha y decidió hacerla en ese momento. Lo segundo que muestra es que el dólar es unidad de cuenta en la Argentina. Entonces, creo que claramente hay que tener cuidado con los movimientos cambiarios abruptos en Argentina. En cuanto al déficit de turismo y la demanda de dólares para atesoramiento: las cifras muestran que el déficit causado por la fuerte demanda de viajes al exterior fue financiado en gran medida con dólares propios (“dólares del colchón”), lo que no impacta en reservas. Por su parte, el gran crecimiento en el atesoramiento, posible a partir de la flexibilización de los controles de capitales, demuestra cómo la divisa americana sigue cumpliendo la función de unidad de cuenta en el país.
P.: ¿Hay margen para continuar con la desaceleración de la inflación? ¿Hasta dónde?
F.M.: ¿Margen para que siga bajando la inflación? Sí, definitivamente hay margen. Digamos, acá hay dos cosas que son distintas. Primera: los costos argentinos, que Argentina es cara, y para eso hay que hacer las reformas estructurales. Ahora, la inflación es variación de precios. Y si uno ve, por ejemplo, qué es lo que está pasando con inflación mayoristas —que es una canasta distinta a la minorista, no anticipa a la minorista—, en el último mes se vio deflación de precios, una fuerte caída en precios importados. Creo que mucho de la inflación y de la apreciación del tipo de cambio real es por el ajuste del precio relativo de las tarifas que estaban retrasadas y hay que ajustarlas. ¿Hasta dónde? La inflación tiene que ir a niveles razonables para una economía como cualquiera de nuestros vecinos.
P.: ¿Usted ve que esa desaceleración se refleja en la mejora del poder adquisitivo? ¿En qué lo nota?
F.M.: A ver, los indicadores de salario real, tanto privado como registrado como no registrado, las jubilaciones, los planes sociales, todos muestran que vienen creciendo por arriba de la tasa de inflación. La inflación es un impuesto que se le aplica a los asalariados y a los tenedores de pesos. Entonces, con la reducción de la tasa de inflación se está reduciendo ese impuesto. Así que sí, claramente la baja de la inflación se nota en la mejora del poder adquisitivo. Además, hay un segundo componente: cuando baja la tasa de inflación, bajan también las tasas de interés. Y cuando bajan las tasas de interés, hay más posibilidad de acceder al crédito. Ten presente que cada vez que alguien va a tomar un crédito se compara el costo de la cuota contra el ingreso de la persona. El costo de la cuota es la combinación del precio del bien por la tasa de interés. Cuando la inflación es más baja, la tasa de interés es más baja, con lo cual baja el costo promedio de la cuota, y hay más gente que puede tomar crédito.
P.: ¿Un mayor gasto del sector privado que derive en desequilibrio externo necesariamente es negativo para la economía?
F.M.: Inmediatamente debiéramos preguntarnos si un desequilibrio externo, producto del mayor nivel de gasto privado, es malo. La respuesta es que no necesariamente. Depende fundamentalmente de dos cuestiones: en qué se está gastando y cómo se financia el desequilibrio. El mayor gasto puede estar explicado por mayor demanda de bienes de consumo o en inversión. Claramente no es lo mismo, y la inversión es necesaria en Argentina. Canadá tuvo déficit en cuenta corriente casi todo el siglo XIX. Australia y Nueva Zelanda están en déficit hace 70 años, producto de la inversión para aumentar y eficientizar sus economías.
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