La Resolución 336 de la Secretaría de Energía, dependiente del Ministerio de Hacienda, confirmó el diferimiento para después de diciembre del 22% del monto de las facturas emitidas entre el 1 de julio y el 31 de octubre de 2019. Los miles de millones de pesos de deuda generada por este diferimiento, más sus intereses, será cargada a cuenta del Estado nacional (en carácter de subsidio).
Diferimiento del gas, un truco para que las tarifas sean impagables siempre
Lo que no se pague de gas ahora será abonado en diciembre. Los miles de millones de pesos de deuda generada por este diferimiento, más sus intereses, será cargada a cuenta del Estado nacional en carácter de subsidio. Más beneficios para las empresas.
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Respecto del impacto en los usuarios, lógicamente lo que no se pague ahora será abonado en cinco cuotas mensuales a partir del mes de diciembre, asegurándose así las distribuidoras y transportistas ingresos permanentes durante todo el año. Desde el Observatorio OETEC volvemos a denunciar esta enésima estafa en favor de las empresas y en detrimento de la viabilidad económica del Estado argentino y la seguridad energética ciudadana.
A fines de marzo de 2018, el ENARGAS avaló y aprobó la dolarización de las tarifas y, con ello, los contratos firmados por las distribuidoras. El dólar disparó y las tarifas con los precios del gas en boca de pozo dolarizados se tornaron impagables. La solución de las empresas para no cargar con los costos de la mega-devaluación, en un contexto hiperinflacionario y de destrucción del mercado interno, fueron tres cuotas (más intereses) para diferir el 25% de las facturas de invierno del año pasado, avalado por el Ejecutivo a través de la Resolución 97 de junio de 2018. Pero el dólar no paró de subir ni el país de bajar.
En octubre, la segunda solución de las empresas para desprenderse de los mayores costos del caos económico macrista fueron las célebres 24 cuotas (Resolución 20 de octubre de 2018). El exministro de Energía Javier Iguacel aceptó y pretendió que los usuarios se hicieran cargo de esta nueva deuda. Ante el rechazo generalizado, dio marcha atrás. En reemplazo de los usuarios, el Estado nacional se hizo cargo, con intereses y todo.
Como las tarifas siguen siendo impagables, los precios del gas dolarizados y sujetos a la cartelización de parte de un puñado de productoras que hasta imponen precios de importación para la demanda de invierno, el Estado vuelve a hacerse cargo de las barbaridades autorizadas por el ENARGAS y del caos energético de Cambiemos. La Resolución 336 del 21 de junio de 2019 establece que “la medida propuesta se aplicará con carácter excepcional, en las facturas emitidas a usuarios residenciales a partir del 1º de julio de 2019 y hasta el 31 de octubre de 2019, e implicará un diferimiento de pago del veintidós por ciento (22%)".
Asimismo, estableció que "los montos objeto del diferimiento se recuperarán a partir de las facturas regulares emitidas desde el 1º de diciembre de 2019 y por cinco (5) períodos mensuales, iguales y consecutivos".
¿Quién se hará cargo del diferimiento y sus respectivos intereses? El Estado nacional, es decir, indirectamente la ciudadanía toda. Así, figura de hecho en la citada normativa: "Que el costo financiero de este diferimiento, computado entre las fechas de vencimiento de pago original de las facturas y las de vencimiento de las facturas en las que se incluya cada cuota de recupero, será asumido por el Estado Nacional en carácter de subsidio".
En cuanto a los intereses, se lee: "Que a los efectos de neutralizar el referido costo financiero se calcularán y abonarán intereses en forma mensual sobre los saldos acumulados a cada mes, conforme a la metodología que se determine y con los controles previos correspondientes".
Achatados
Pagaremos precios del gas achatados en invierno, porque la diferencia será diferida en los períodos de menor consumo, de forma tal que las tarifas sean impagables siempre. Ni las productoras ni las transportistas ni las distribuidoras se harán cargo de aquella decisión de 2018, en tiempos de Juan José Aranguren, de la que ellas participaron y que el ENARGAS aprobó. Por el contrario, no sólo no perderán un centavo, sino que además les aseguraremos siempre un ingreso estable, con costos que se les han venido abajo por la abismal caída de la demanda y la fortísima desaceleración en la expansión de la red domiciliaria.
Así es muy fácil ser el ENARGAS, protegiendo a los más poderosos, castigando a los usuarios por la dolarización tarifaria y con el Tesoro nacional cubriendo el desfasaje y los intereses de las cuotas o los diferimientos a futuro. No llegará a las facturas el enésimo premio a las empresas del sector, pero nos haremos cargo todos y todas vía el Estado nacional.
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