Se conocieron más detalles ayer de lo que es la situación judicial que enfrenta la Argentina en Nueva York por el default. Concretamente se confirmó que el juez Thomas Griesa apuró los sentencias contra el país y en 15 días por ejemplo se conocieron sentencias registradas por u$s 278 millones sólo pertenecientes al estudio Drier LLP. Se suman estos casos al anticipado por este diario el lunes con u$s 35 millones aproximadamente para el Banco Arner SA.
El contenido al que quiere acceder es exclusivo para suscriptores.
¿Por qué el giro de Griesa? Simplemente que comenzó a considerar que, a cinco años de la cesación de pagos, se estaban demorando resoluciones, lo que en parte fue la estrategia que adoptaron los abogados de la Argentina pertenecientes al estudio Cleary Gottlieb. Está claro que cualquier juicio que iban a iniciar acreedores contra el país por el default iban a tener una sentencia en contra, por el simple hecho que se incumplió el pago. Lo que esperaba el gobierno es que esas sentencias se demoren lo máximo posible, algo que sirvió hasta diciembre último cuando Thomas Griesa anticipó a los abogadosde la Argentina el giro que iba a adoptar.
La misma estrategia adoptó el gobierno con los juicios que se están desarrollando en el CIADI, tribunal arbitral de inversiones bajo la órbita del Banco Mundial. Se estima que existen u$s 13.000 millones en reclamos de empresas afectadas tras la salida de la convertibilidad con la pesificación y la cesación de pagos. La estrategia oficial es la misma: demorar al máximo las resoluciones.
Por lo pronto en lo que se refiera a juicios de bonistas trascendió que el gobierno argentino apelará todas las decisiones con el fin de seguir postergando definiciones. La contracara en este caso es el mayor costo que puede llegar a tener eventualmente al buscar completar la salida total del default llegando a un arreglo por 100% de la deuda en cesación de pagos. Hay que recordar que en la oferta a bonistas cerrada en marzo de 2005, la aceptación fue de 76,15%.
Búsqueda
Del otro lado, los acreedores siguen a la búsqueda de activos de la Argentina en condiciones de ser embargados. El ex secretario de Finanzas Alfredo Mac Laughlin era partidario de lanzar un bono en los mercados internacionales (algo que tendría un menor costo financiero para el país que hacerlo en la plaza local dado que son más líquidos y confiables). Sostenía que no había posibilidad de que los fondos que recibiera el país de inversores pudieran ser capturados. La provincia de Buenos Aires, de hecho, logró hacerlo de la mano de Merill Lynch y teniendo juicios pendientes en Estados Unidos. Pero por el momento el sucesor de Mac Laughlin, Sergio Chodos, se muestra más temeroso y evita lanzar papeles en el exterior. De hecho tiene previsto colocar u$s 500 millones más en BONAR VII en la plaza local en febrero. Así, si bien no lograron capturar activos argentinos, la presión de los fondos buitre se sigue haciendo sentir.
Dejá tu comentario