Impuestos sobre soja ya en 56%. Más quejas

La Bolsa de Cereales abonó ayer la protesta del campo por las retenciones a exportaciones de granos, mientras el agro clama que el gobierno lo escuche. Un informe indica que la presión impositiva sobre la soja, el maíz y el trigo ya es similar a la que se aplica a productos perjudiciales para la salud: por cada $ 100 exportados de soja, el Estado se queda con más de $ 56. Peor aún cuando el Banco Mundial acaba de recomendar mayor inversión en el agro en Sudamérica si no se quiere frenar el crecimiento. Son habituales las quejas en privado contra Roberto Lavagna y Miguel Campos por el maltrato a productores. Pero no es lógico pensar que en un año electoral un gobierno como el de Néstor Kirchner vaya a reducir retenciones y privarse de más de $ 30 millones diarios en recaudación, que ni siquiera comparte con provincias.

«La soja cosechada tiene una carga impositiva de 56,4% y el maíz de 38,1%, una cuantía elevadísima aun para años de buenos precios.» La Bolsa de Cereales de Buenos Aires se sumó con este dato al debate que por estos días intenta determinar si la actividad agrícola dejó de ser rentable en el país.

La incidencia de los impuestos sobre la actividad agropecuaria está en el centro de la discusión, ya que los productores agropecuarios reclaman la eliminación de las retenciones a la exportación. Y aunque el gobierno sigue manifestando, a través de varias fuentes, una decidida postura para mantener ese impuesto, entidades y analistas continúan presentando trabajos en los que intentan demostrar cómo los impuestos golpean en la actividad agrícola.

La Bolsa de Cereales de Buenos Aires se sumó ayer con un análisis que habla de la «presión fiscal en el agro pampeano». Indicó que dicha presión se manifiesta más en la soja (56,4% sobre el precio), luego siguen el girasol (45,9%), el trigo (39,7%) y el maíz (38,1%).

«La campaña agrícola 2004/'05 se inició con un humor que ha ido cambiando en el sector agrícola pampeano. Se tenía la sensación de cierta rentabilidad para los cuatro cultivos principales e, incluso, muy buena expectativa para alguno de ellos en particular (el girasol). Desde mayo del año pasado a la fecha, han ido mermando los precios. La presión tributaria, que resultaba tolerable con valores altos, resulta difícilmente sostenible por el nuevo horizonte observado para el momento de cosecha», afirmó el Departamentode Estudios Económicosde la entidad. El análisis mostró todos los impuestos que afectan directamente a la unidad productiva y consideró los costos, rindes y precios promedio a los que accede cualquier productor de la zona núcleo de cada cultivo.

Deducidos los gastos de comercialización, costos directos, gastos de estructura y costos impositivos (tasa vial, inmobiliario) de los Ingresos Brutos de cada hectárea, se genera un resultado negativo para el trigo y el maíz recolectados este año.

Por lo tanto la Bolsa de Cereales concluyó que el gobierno no sólo se verá afectado por la menor recaudación generada por retenciones, sino que los productores de cereales no pagarán Impuesto a las Ganancias correspondientes a este ejercicio.

Para la soja, la situación aún es diferente: la carga impositiva es todavía similar al resultado neto por hectárea, y continuará siendo el grano que mayores beneficios genere al fisco.

• Gravamen alto

«Si se tiene en cuenta que la presión tributaria actual para la economía argentina es el equivalente a 27% del PBI, el gravamen total al sector granario es inusitadamente alto. Los resultados netos después de ganancias, como porcentajes del valor de la tierra, son inferiores a los esperados por el inversor, y no alcanzan a cubrir el costo de amortización normal para el recurso», destacó la Bolsa de Cereales.

El trabajo de los cerealistas indicó que «al margen de pequeñas variaciones en la participación relativa de cada uno, queda claro que el principal componente son los derechos a la exportación (63%-70%) seguidos por el Impuesto Inmobiliario y el Impuesto a las Ganancias (sólo en soja y girasol)».