24 de marzo 2006 - 00:00

Kirchner a Chirac: "No voy a bajar la vista para que nos visite un presidente"

Era previsible: tras la rescisión del contrato de Aguas Argentinas, se desataría una batalla legal con Suez, la empresa francesa y principal accionista de la privatizada. Lo que está sorprendiendo son los niveles que se alcanzaron en los enfrentamientos a sólo 72 horas del anuncio. Ya la disputa es entre gobiernos, con alusiones directas de Néstor Kirchner a Jacques Chirac. No hay nada que pueda hacer ceder la tensión existente en las relaciones entre los dos países ahora que se desató el conflicto. Hasta un fiscal ayer quiso prohibir la salida del país de ejecutivos franceses, pedido que fue rechazado inmediatamente. Pero es una clara muestra de lo que está sucediendo y es más que preocupante.

Néstor Kirchner eligió otro acto en el Gran Buenos Aires (ahora en San Isidro) para embestir contra el grupo Suez por Aguas Argentinas.
Néstor Kirchner eligió otro acto en el Gran Buenos Aires (ahora en San Isidro) para embestir contra el grupo Suez por Aguas Argentinas.
Néstor Kirchner acentuó ayer el conflicto diplomático con Francia a raíz de la rescisión del contrato de Aguas Argentinas, al afirmar no estar dispuesto «para que nos visite un presidente a bajar la vista y permitir que se contaminen las aguas que toman los argentinos».

Las declaraciones se produjeron a los tres días de la reestatización de la prestación de agua y cloacas en Capital Federal y 17 partidos del conurbano bonaerense, que prestaba Aguas Argentinas, cuyo operador y accionista mayoritario era el grupo francés Suez. Kirchner se refirió en particular a la visita que hará en abril el presidente Jacques Chirac a algunos países de Sudamérica, entre los que no está incluida la Argentina.

Sin embargo, la relación bilateral ya se venía deteriorando, y aun antes de la rescisión de la concesión, el premier francés había decidido no pasar por nuestro país.

Kirchner dijo: «No estoy dispuesto para que nos visite un presidente o que una cancillería se quede tranquila, a bajar la vista o a que se contaminen las aguas que toman los argentinos».

Durante un acto que encabezó en una escuela de San Isidro, Kirchner dijo que no quiere que los habitantes del conurbano estén «sin agua y sin cloacas, como si fuera un bien inalcanzable».

«No estamos dispuestos a aceptar cualquier precio y cualquier tarifa», puntualizó Kirchner. También sostuvo tener «mucho respeto por el pueblo de Francia y por la nación francesa, pero no estoy dispuesto para que nos visite un presidente a bajar la vista y permitir que se contaminen las aguas que toman los argentinos».

Kirchner respondió así al portavoz del
ministro de Relaciones Exteriores de Francia, Jean Baptiste Mattei, quien reclamó al gobierno argentino «medidas adecuadas» para que Aguas Argentinas termine sus actividades «en condiciones satisfactorias», y expresó el deseo de que funcionen los mecanismos de arbitraje de protección de las inversiones.

• Piedra

Por su parte, el canciller Jorge Taiana dijo que «en enero de 2005, en el propio gobierno francés se reconoció que el tema de Aguas Argentinas era una piedra en el zapato». «Dicha calificación pone en evidencia que la medida asumida por la Argentina mal puede ser calificada de repentina» (esta expresión también fue formulada por Mattei).

El canciller recordó que «el tema ha sido materia de preocupación del gobierno argentino desde hace más de dos años» y que «la voluntad de nuestro gobierno siempre fue seguir dialogando con la empresa concesionaria a pesar de los incumplimientos del contrato y la insuficiente prestación del servicio».

De todas formas, resultó llamativo que Kirchner acusara directamente a la empresa de suministrar agua contaminada. Esta acusación tiene alto impacto en la sociedad europea y en particular en España y en Francia, ya que Aguas de Barcelona y Suez eran las principales accionistas de la prestadora local.

Según expertos legales, restaque se determine cuál es la población afectada, si todavía sigue siéndolo y desde cuándo recibe el producto con nitratos en una proporción mayor que la aceptable (45 miligramos por litro).

Un alto contenido de ese elemento en el agua es especialmente peligroso para los lactantes, porque en éstos los nitratos se convierten en nitritos y esto deriva en una mala oxigenación de la sangre, enfermedad que se denomina metahemoglominemia y eventualmente puede producir la muerte.


El agua con elevado nivel de nitratos fue suministrada por la empresa durante el verano a unos 300.000 usuarios de la zona sur del conurbano, cuando para satisfacer la demanda se pusieron en servicio pozos que estaban en reserva y que tenían una presencia de nitratos superior a la aceptable.

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