Si Hugo Moyano se fue con sus expectativas muy devaluadas ayer de la paritaria que, presidida por Néstor Kirchner, cerró con los empresarios camioneros, hoy tendrá también una participación muy austera en el Comité Central Confederal que convocó en la CGT. Allí se reunirán los secretarios generales de todos los gremios, desalentados ya por el hecho de que el acuerdo de los camioneros, que iba a ser el convenio «testigo», no superó 19%, repartido en dos subas de 10 y 9%. El primer efecto lo pagaron los «fraternales» (maquinistas de trenes), que anoche cerraban ante Ricardo Jaime una paritaria de 18% (como es obvio, el criterio oficial es evitar que aparezca el número dos en los aumentos de salarios).
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Si éstos fueron los pésimos servicios de Moyano al resto de sus colegas, en la agenda sectorial también llegará hoy con las manos vacías. Durante la reunión que Kirchner mantuvo ayer con la conducción de la CGT (Moyano, José Luis Lingieri, Gerardo Martínez, Andrés Rodríguez, Juan Manuel Palacios, Omar Viviani) ni se mencionó la convocatoria al Consejo del Salario Mínimo.
Tampoco hubo una palabra sobre una actualización de las jubilaciones, a pesar de la presencia de Sergio Massa, el titular de la ANSeS (ese anuncio, inminente, Kirchner se lo reserva para sí, como insinuó ayer Graciela Ocaña en un programa de TV). Menos todavía un aumento de 50% en las asignaciones familiares.
El único punto de la agenda de tratativas con el gobierno que Moyano pudo arrancar ayer a su benefactor personal, el Presidente, fue una mejora en el pago que PAMI realiza a las obras sociales que atienden a los jubilados de su actividad. Los sindicalistas preveían un aumento que llevara esas cápitas de los $ 52 actuales a $ 80. Pero Kirchner dispuso incrementar solamente en $ 10 esa suma, que afecta la atención de 350.000 jubilados. No hubo mucho espacio para la discusión, ni siquiera cuando José Luis Lingieri sugirió que se pagara un plus con los fondos de la Superintendencia de Salud, que él presidió en tiempos de Carlos Menem. «No, es muy engorroso, no lo vamos a hacer», lo cortó, severo, Alberto Fernández. Lingieri bajó la cabeza: desde la estatización de Aguas Argentinas, «Mister Cloro» también es un empleado público.
Con tan pocas conquistas, mejor que el Comité Central Confederal pase rápido hoy para Moyano. No para Kirchner, que conquistó también en este terreno una victoria, aunque sea pasajera. Si se tiene en cuenta que los «gordos» (Oscar Lescano, Armando Cavalieri, José Pedraza, Carlos West Ocampo) hoy no concurrirán -a pesar del asado que les ofreció Luis Barrionuevo ayer-, es probable que la única animación de la reunión de sindicalistas convocada en la CGT la provean los gremios enfrentados en Aerolíneas Argentinas. Allí los ánimos están caldeados, hasta el punto de que en el gremio de pilotos se cruzan solicitadas para acusarse mutuamente de la eventual destrucción de la fuente de trabajo.
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