31 de marzo 2023 - 09:05

La inflación en Europa bajó en marzo, pero el BCE seguiría con las subas de tasas

La inflación en la zona del euro experimentó en marzo un retroceso mayor de lo esperado, y ascendió a 6,9% interanual, gracias a una fuerte caída en los precios de la energía. Sin embargo, la inflación subyacente experimentó un leve aumento, para pasar de 5,6% en febrero a 5,7%.

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La inflación en la zona del euro experimentó en marzo un retroceso mayor de lo esperado, y ascendió a 6,9% interanual, gracias a una fuerte caída en los precios de la energía, anunció este viernes la agencia europea de estadísticas Eurostat.

En febrero, ese indicador había frustrado expectativas al registrar 8,5%, después de haber alcanzado un preocupante tope de 10,6% en octubre pasado. Para marzo, la mayoría de los analistas de mercado estimaba una inflación de 7,1%.

Sin embargo, los datos de Eurostat muestran que continúan las presiones en el segmento de los alimentos, que incluye el tabaco y las bebidas alcohólicas.

Según la agencia, en marzo el segmento de alimentos registró un aumento de 15,4%, frente a un 15,0% en febrero. Lo mismo ocurrió con el segmento de servicios, que avanzó 5,0% en marzo luego de un 4,8% en febrero.

Sin embargo, los precios de la energía, que habían impulsado la fuerte inflación de los últimos meses, retrocedieron en marzo un 0,9%. En febrero en cambio habían subido un 13,7%, de acuerdo con Eurostat.

Este retroceso parece estar relacionado con las medidas de contención adoptadas en los países del bloque, pero también a la superación gradual del invierno boreal y sus bajas temperaturas.

Sin embargo, la inflación subyacente experimentó un leve aumento, para pasar de 5,6% en febrero a 5,7%.

El equipo de expertos de la consultora Oxford Economics señaló que tanto el 5,7% del núcleo de inflación como el 15,4% del segmento de alimentos son un récord para esos renglones específicos.

De las principales economías del bloque, todas experimentaron sensible retroceso: Alemania pasó de 9,3% en febrero a 7,8% en marzo; Francia cayó de 7,3% en febrero a 6,6% en marzo, e Italia pasó de 9,8% a 8,2%. En España, a su vez, la reducción de la inflación interanual fue drástica, pasando de 6,0% en febrero a 3,1% en marzo.

Incluso en los países bálticos, que venían de casi un año de inflación próxima o superior a 20%, experimentaron retrocesos en el reajuste de precios: Lituania registró 15,2%, Estonia 15,6%, y Letonia el 17,3%.

En paralelo, se conoció que la tasa de desempleo de los 19 países que adhieren al euro se mantuvo en el 6,6% en febrero en comparación con enero. Esto significó un nivel menor al esperado, ya que los analistas proyectaban que se ubicaría en 6,7%.

¿Qué hará el BCE?

Estos dato alimenta la expectativa de una menor actualización de las tasas de interés por parte del Banco Central Europeo, expectativa que ya era alta luego de que se desatara la crisis financiera que ocasionó la caída de algunos bancos, principalmente en Estados Unidos pero que generó la desestabilización del sector en Europa.

Sin embargo, desde Oxford Economics señalaron que el enfriamiento del índice general no será suficiente para impulsar un cambio en la política monetaria del Banco Central Europeo (BCE), por las presiones de la inflación subyacente.

En ese sentido, esperan una nueva suba de las tasas de interés de referencia del BCE, "hasta que una demanda más frágil, junto con la relajación de los precios de la energía, alivie las presiones subyacentes sobre los precios".

Por su parte, Bert Colijn, del banco ING, destacó que "si bien marzo ha visto una gran caída en la inflación, la inflación subyacente sigue siendo una preocupación para el BCE".

En su visión, el "potencial de que la inflación subyacente se mantenga más rígida de lo esperado será la razón principal por la que el BCE seguirá subiendo a corto plazo" sus tasas.

Para Colijn, ese 5,7% de aumento en el núcleo de inflación "es una señal de que la lucha contra la inflación no ha terminado".

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