¿La economía volvió a caer en abril o tuvo un leve rebote?: las diferencias entre las proyecciones privadas

Los primeros datos sectoriales de abril dan mayoría de variaciones positivas versus marzo. Sin embargo, la magra producción del agro y el estancamiento de los salarios llevaron a estimaciones más pesimistas.

La producción de acero cayó en abril en términos mensuales, aunque la metalúrgica en su conjunto registró una suba.

La producción de acero cayó en abril en términos mensuales, aunque la metalúrgica en su conjunto registró una suba.

Equilibra proyectó que en el cuarto mes del año la economía se contrajo 0,8% respecto de marzo. Según Gonzalo Carrera, economista de la consultora, fueron dos los factores principales de esta merma: la caída en la producción agropecuaria por condiciones climáticas desfavorables, y retrasos en las decisiones de consumo y producción debido al cambio en el esquema cambiario y al deterioro en los salarios reales.

En efecto, la actividad del agro se hundió un 4% mensual. Paralelamente, el promedio del resto de los sectores dio como resultado una merma del 0,5%.

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"La situación post nuevo régimen cambiario tardó en estabilizarse, ya que hubo saltos tanto para el dólar exportador como para el importador en abril, y las paritarias para los salarios privados formales no superaron en 2%. Es lógico que se posterguen decisiones de producción", profundizó Carrera.

De cara a mayo, el especialista resaltó la estabilización en el valor del dólar y la desaceleración de la inflación que vienen anticipando la el sector privado, aunque fue cauteloso a la hora de pronosticar una recuperación significativa dado que el Gobierno sostiene la decisión de utilizar a los salarios como ancla para evitar recalentamientos en los precios. "Seguro el agro va a crecer mucho porque la cosecha se está levantando, pero no veo una gran reactivación del consumo", acotó.

Otras consultoras avizoran una leve mejora en la economía de abril

Por el contrario, otras consultoras estimaron una mejora para abril. EcoGo proyectó un tenue rebote del 0,8% versus marzo, traccionado fundamentalmente por el comercio y la construcción.

"Ya despejadas las dudas con respecto al esquema cambiario y con una inflación que viene mostrando buenas señales, la actividad debería recuperar el sendero de crecimiento", pronosticó hacia adelante el analista de la entidad, Luciano Patrucco.

En el mismo sentido, desde LCG también ven en los primeros datos privados de abril una tendencia a la mejora mensual, "en parte como efecto rebote y consecuencia de la calma financiera posterior al cambio de régimen cambiario (buena recepción de salida parcial del cepo y tranquilidad por los montos desembolsados por el FMI)".

Actividad económica: los datos adelantados de abril dan algunas señales positivas

Respecto de los indicadores vinculados al consumo, LCG registró avances tanto en el consumo masivo como en las transacciones de bienes durables. Dentro del primer grupo se destacó el crecimiento en las importaciones de bienes de consumo (+15%) y de los préstamos prendarios (+5,5%) y personales (+4,4%), mientras que el segundo grupo exhibió un alza del 12%.

También relevó datos favorables en el sector de la construcción, como los de las escrituras en la Provincia de Buenos Aires (+17,5%) o los despachos de cemento (+10,9%), y en la industria manufacturera, como los de la producción automotriz (+11,9%) o metalúrgica (+0,3%). Los únicos números negativos estuvieron en el consumo industrial de energía eléctrica (-1,3%) y en la molienda de oleaginosas (+18,5%).

"Esperamos un crecimiento mensual leve para abril, relacionado con la baja que dejó marzo. Para adelante, continuamos proyectando un sendero de crecimiento, pero un poco más débil y errático, manteniendo disparidades entre sectores. Para 2025 estimamos un crecimiento en torno al 5% anual, apalancado en un arrastre de 2,7 puntos porcentuales que dejó el último trimestre 2024", adelantaron en la consultora.

En Econviews coinciden en que los datos de abril muestran señales alcistas, aunque creen que "la actividad va a seguir floja en los próximos meses". "El proceso electoral, el tipo de cambio apreciado y el estancamiento de los salarios reales seguirán limitando el dinamismo. El crecimiento del crédito en pesos y las medidas orientadas a movilizar los ahorros 'bajo el colchón' podrían aportar cierto impulso al consumo", expresaron al respecto.

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Por su parte, la sociedad de bolsa Facimex señaló en un informe que en abril la amplia mayoría de los indicadores sectoriales mostraron subas mensuales, lo cual sugiere que "marzo habría sido una (breve, pero fuerte) pausa que no altera nuestra expectativa de crecimiento de 5,5%". Según sus mediciones sin estacionalidad, resaltaron incrementos en la fabricación de autos (+16%), en los despachos de cemento (+14%) y en los préstamos al consumo (+9%), aunque también hubo algunos retrocesos, como los de la producción de acero (-2%) o las ventas minoristas (-2%).

Con una tónica similar, recientemente se conoció que el Índice de Producción Industrial (IPI) de Orlando Ferreres arrojó un incremento mensual del 1,2% el mes pasado, aunque no alcanzó a compensar el deterioro de marzo. "Hacia adelante seguimos esperando que la industria expanda su nivel de actividad, aunque los riesgos se han incrementado: la recuperación salarial se detuvo en los últimos meses, afectando la recuperación de la demanda que anticipamos; a su vez, las últimas bajas arancelarias a las importaciones, junto con el contexto cambiario, podría perjudicar a sectores puntuales", advirtió la consultora.

La actividad económica se desplomó en marzo

La economía se contrajo un 1,8% mensual en marzo según el INDEC, en medio de una creciente inestabilidad en los mercados financieros y la aceleración de la inflación. Se trató de la primera caída en casi un año y la más profunda desde diciembre de 2023, mes afectado por la primera devaluación del Gobierno de Javier Milei.

El retroceso respecto de febrero se dio en medio de los cuestionamientos, tanto desde el FMI como de muchos economistas, al "crawling peg" del 1% mensual que venía aplicando el Banco Central (BCRA) para el precio del dólar, que estaba profundizando persistentemente el atraso cambiario. En ese marco, el mercado dejó de creer en la sostenibilidad de la política cambiaria.

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