El presidente Luiz Inácio Lula da Silva dijo que Brasil vive un nuevo «milagro económico», en un ambiente de libertad política, sin inflación y con mejor poder adquisitivo de los trabajadores más pobres.
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«Si nosotros logramos crecer a 5% durante algunos años, Brasil pasará a formar partedel selecto grupo de los países ricos», auguró el mandatario ante una audiencia de empresarios el miércoles a la noche en Brasilia, según informó la agencia «DPA».
A continuación, las principales declaraciones del presidente:
En la época del «milagro económico» registrado durante el proceso industrializador de la dictadura brasileña, el crecimiento estuvo siempre asociado a la reducción de los salarios reales, a la dependencia de las exportaciones y a la inflación elevada.
Parecía una enfermedad, Brasil no sabía crecer sin inflación. Este milagro no es sólo mérito del gobierno, sino también de millones de personas.
En el pasado, nuestro país nunca aceptóla idea de que era posible aumentar la exportación y, al mismo tiempo, expandir el mercado interno, tal como ocurre ahora.
Después de décadas de inestabilidad, Brasil vive hoy un momento favorable, con reservasinternacionales por unos u$s 130.000 millones y un superávit comercial de u$s 47.000 millones anuales.
El programa brasileño de biocombustibles puede ser el «trampolín» que impulsará el salto en el desarrollo del país, ante el gran interés de los países industrializados en ese sector, ante la necesidad de medidas para frenar el calentamiento global.
Por otro lado, el ministro de Economía, Guido Mantega, también pronunció un discurso de tono «triunfalista» el miércoles por la noche a empresarios, siguiendo la misma línea que el presidente. Sostuvo que Brasil vive una etapa de «crecimiento fuerte, sin precedentes en la historia del país», según informó la agencia «Estado».
Entre las principales declaraciones de Mantega, se destacan las siguientes:
Este crecimiento difiere de otros anteriores, porque no se produce con acumulación de desequilibrios en las variables macroeconómicas.
El desafío de las empresas ahora es otro: es saber renovarse, adecuarse mejor a los nuevos y auspiciosos tiempos de Brasil y también aumentar su competitividad internacional.
En la actualidad, la discusión no es más si Brasil va a crecer, sino cuánto va a crecer, si 4%, 4,5% o 5%.
Me atrevo a decir que el ciclo actual de crecimiento es más sólido y duradero que los del pasado.
Brasil avanza vigorosamente, sin presiones inflacionarias, con las cuentas externas en orden y la deuda pública en caída. . Las piezas del engranaje están funcionando armónicamente y están haciendo crecer a la economía. Hay sectores en Brasil que ya crecen a tasas «chinas», como la industria automotriz, el comercio minorista y la construcción civil.
La actividad económica se acelera beneficiandoa la población como un todo. Ya no se puede decir que la economía anda bien, pero el pueblo anda mal. Aumentaron el nivel de empleo y el poder de compra de la población.
Brasil no debe temer la globalización, porque estamos ganando y vamos a ganar más con ella.
Se busca movilizar la actividad privada para actualizar la infraestructura y reducir costos, desde el transporte hasta los financieros y fiscales, para ganar más competitividad en relación con los competidores internacionales.
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