El ganado en pie trepó 3,9% en el Mercado de Liniers pese a que la oferta rozó casi 11 mil cabezas y el índice de novillo se ubicó en 2,545. La mayor oferta no frenó las subas de precios sustentadas en el mayor interés de los habituales compradores. Los frigoríficos demandaron rápidamente los lotes de calidad y pagaron por ellos alzas que variaron entre 1% y 3% en novillitos, terneros, vaquillonas y novillos. Y pese a que los animales de pobre terminación -hay muchos, por liquidación motivada por la incertidumbre a mediano y largo plazo en el sector, según indican los operadores- recortaron sus valores promedio, el índice habitual que marca la tendencia mostró alzas considerables.
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«La demanda se volcó únicamente hacia los vacunos de calidad especial, que son los que proveen la carne que consume el habitante medio de la ciudad. El ganado de peores condiciones no atrajo el interés de los compradores porque tiene menos rendimiento», explicaba didácticamente uno de los operadores.
Un ganadero, que habitualmente mandaba hacienda a Liniers, indicaba ayer a este diarioque «no hay carne, no hay hacienda ni pasturas, pero ahora que comienza el frío, los campos se achican y deberían aparecer animales para la venta. Lo que ocurre es que como las miradas del gobierno están sobre el mercado concentrador, los productores prefieren vender directamente en sus zonas y en las ferias regionales».
En las provincias, el precio de Liniers suele ser el referente al que habitualmente se le restan $ 0,10 por kilo vivo. Pero las presiones sobre el valor del novillo y los cierres de exportación distorsionaron las ventas directas en las diferentes regiones. Los supermercados desaceleraron sus compras y los frigoríficos recortaron abruptamente la demanda ante la imposibilidad de exportar tras la medida dispuesta por el secretario Miguel Campos.
De hecho, empresas como Swift o Friar, de Santa Fe, ya recortaron personal, concedieron vacaciones forzosas o analizan directamente cerrar las plantas ante la falta de mercados.
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