Se estaba poniendo bastante molesto el ir y venir de un índice, que parecía querer llevarse las ruedas por delante y, después, debía conformarse con apenas lamer fugazmente la golosina de los 1.300 puntos afirmados. Lo hizo el viernes, con la única fórmula que tienen los mercados para imponer una tendencia alcista: con dinero por delante.
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Subir a más de $ 92 millones de efectivo, retornar a la zona del alto ritmo, permitió barrer de la superficie todo lo que estaba a la venta y quedarse con la potencia necesaria, para subir al Merval a los 1.325 puntos. Bastante más allá del número redondo, al que costaba superar, y dando una señal a los más dubitativos: como para que las filas vendedoras no se fueran poblando de más adherentes.
Cada funcionario que paseó por Casa de Gobierno, salió hablando de la urgencia de «la gran noticia». Hasta el gobernador Solá se sumó al trencito, y el ambiente está ciertamente tan convulsionado, como tenso por la espera.
La fuerte carga tomadora, desatada el viernes, pareció darle el marco optimista a lo que vaya a aparecer: aunque, en tanto, el desarrollo de ese día resultó en sí mismo una «gran noticia». Una semana que se inicia con tremenda carga de adrenalina, mientras los operadores esperan sacar partido bursátil de semejante revuelo.
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