11 de junio 2002 - 00:00

Misión cumplida: Menem se vio con Bush pero no hablaron de Duhalde

George Bush ofreció un agasajo en la Casa Blanca a los miembros de la internacional de fuerzas conservadoras
George Bush ofreció un agasajo en la Casa Blanca a los miembros de la internacional de fuerzas conservadoras
«Estoy muy contento de que esté aquí, en Washington. Sé que va a visitar a mis padres el fin de semana. Ellos están viniendo desde Japón. Mamá me llamó y me contó de su visita. Espero que su hermosa esposa esté bien y siga peleando por la Argentina.» Estas fueron las palabras que le prodigó George W. Bush a Carlos Menem, anoche, en la Casa Blanca, donde el presidente de los Estados Unidos ofreció una comida en agasajo a los titulares de partidos políticos que participan de la reunión de la Unión Demócrata Internacional (UDI).

Bush presidió la comida, al cabo de la cual se dirigió hasta la mesa del riojano y lo saludó como se cuenta al comienzo de la nota. En la mesa principal, junto al dueño de casa, se ubicaron los jefes de Estado presentes, entre ellos el primer ministro de Australia y el de Portugal. En la tercera mesa se sentó Menem y hasta allí fue el presidente de los Estados Unidos a saludarlo al terminar la reunión. Son detalles intrascendentes si no fuera porque menemistas y duhaldistas libran una batalla simbólica en torno al éxito internacional que protagonizan sus jefes. Si fuera por lo sucedido anoche, Menem ganó un par de tantos en este torneo (aunque no hubo foto: se prohibió la entrada de cámaras por razones de seguridad). No sólo porque se reunió con Bush antes que Eduardo Duhalde. También porque el gobierno desairó al Partido Republicano pidiendo que el PJ se desafilie de la UDI, de la que ese partido forma parte y es en esta oportunidad anfitrión. Es curioso que Carlos Ruckauf no haya hecho nada por impedir ese gesto, precisamente en un momento en que Duhalde y su equipo buscan el apoyo norteamericano en el FMI.

• Visión distinta

Diego Guelar, el embajador argentino (como otros diplomáticos, repite sede: también representó a Menem en Washington), entendió las cosas distinto que Ruckauf. Anoche, después de la reunión en la sede gubernamental, el riojano salió a recorrer las calles de Washington en el auto de Guelar, quien le propuso el restorán Sequoia para comer junto al Potomac. Menem y Guelar se habían visto la noche anterior, en el café Milano, adonde el diplomático llegó vestido de smoking, solitario, después de haber participado de una recepción en la Embajada de Israel. A Menem le había llamado más la atención la presencia de Michael Jordan en la mesa de al lado y el saludo afectuoso de Peter Romero (encargado de asuntos latinoamericanos durante la gestión de Madeleine Albright), también habitué de la casa.

«El ingreso del Partido Justicialista a la IDU es tan auspicioso que me he propuesto no hablar de fútbol en estos días.» Con esta humorada John Haghe, representante del Partido Conservador británico, saludó el ingreso de los peronistas en esa liga conservadora, por la mañana de ayer. Menem, que encabezó la delegación al congreso que sesiona en Washington, festejó la broma: «Nos vemos en las semifinales, aunque el Mundial lo vamos a ganar los argentinos».

El encuentro se realiza en el segundo subsuelo del hotel JW Marriott, ubicado a 200 metros de la Casa Blanca. Menem tuvo ayer allí su intervención durante esa asamblea multipartidaria en la que se aceptó la incorporación del PJ, que estará representado por Ricardo Romano. Durante su discurso, el ex presidente anunció que, si llega al poder, propondrá la creación de una fuerza internacional especializada en la lucha contra el terrorismo. Fue en el marco de una breve intervención en la que Menem caracterizó el momento actual como una crisis producida por la amenaza internacional del terrorismo, que se hizo presente en los atentados del 11 de setiembre del año pasado. La iniciativa es parte de un programa sobre seguridad internacional que Menem expondrá en un instituto especializado en esa materia y al que contribuyó centralmente su asesor Mario Baizán (antiguamente era Carlos Corach el encargado de proveer ese soporte técnico al ex presidente).

Trajes oscuros, camisas blancas, corbatas discretas, ésa es la estética de los conservadores que asisten a esa cumbre en la que la defensa de la libertad y la economía de mercado es un bajo continuo incesante. Inauguró el congreso y la temática el vicepresidente de los Estados Unidos, Dick Cheney, la primera figura del gobierno norteamericano con quien se encontró Menem. Hoy verá a John Maisto (segundo del Consejo de Seguridad Nacional) y a Glenn Hubbard (asesor económico de Bush Jr., quien manifestó especial interés en hablar con el riojano sobre la situación económica de la Argentina).

Sobre el tema el ex presidente comenzó a producir algunas improvisaciones ayer: insistió con la necesidad de dolarizar pero también propuso «iniciar un 'New Deal' con un gran plan de infraestructura para sacar a la Argentina de la recesión». Como se sabe, el «New Deal» fue la política que llevó adelante Franklin

D. Roosevelt para enfrentar la depresión de los '30 y tuvo un tono pasablemente populista, a la norteamericana. ¿Será compatible con la dolarización una política que supone más gasto? Esta pregunta circuló anoche entre los que acompañan a Menem, quien recibió el halago de muchos participantes de la cumbre, sobre todo de Francisco Flores, el presidente de El Salvador, que acaba de adoptar la dolarización y lo señaló públicamente como «mi maestro».

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