22 de octubre 2020 - 00:00

Georgieva, igual que Lagarde: no quiere obra pública en año electoral

Se compromete el apoyo ante el board para un nuevo acuerdo, pero el organismo no hará concesiones en cuanto a la reducción del déficit.

KRISTALINA GEORGIEVA.jpg
Foto: Noticias Argentinas

El romance técnico/macroeconómico/político entre Martín Guzmán y Kristalina Georgieva nuevamente está en un buen momento. Luego de la tormenta desatada la semana pasada por el discurso de apertura de la Asamblea de Otoño del FMI donde la directora gerente del organismo se detuvo específicamente a analizar el caso argentino describiéndolo como dramático, una larga conversación el martes pasado puso nuevamente las cosas en su lugar. Y dejó claro en Buenos Aires que el apoyo al país ante el board del Fondo para que se le apruebe el posible acuerdo Facilidades Extendidas Relowded, será incondicional. Y, algo importantísimo: que las propuestas que figuran en el Presupuesto 2021 que el Ministerio de Economía presentó como “plan económico”, serán respetadas. Y tomadas como válidas y posibles como base para el posible acuerdo. Sin embargo, desde Washington también fueron terminantes. Las metas que figuran en ese proyecto de ley que el Congreso seguramente aprobará, son innegociables. Y deberán ser cumplidas por el Gobierno de Alberto Fernández a rajatabla. Especialmente el capítulo más complejo de todos: la reducción del déficit fiscal del 8% (o más) de este año, al 4/4,5% de 2021. En este punto, no habrá concesiones. Martín Guzmán asumió el compromiso, y en el estreno de su nuevo empoderamiento le dejó claro al resto del Gabinete y de la política nacional, que esa meta fiscal es innegociable. Y que los números del Presupuesto no se discuten, salvo a la baja.

Poniéndole contenido al concepto: los gobernadores, especialmente los oficialistas, que piensan en aumentar sus partidas para obras públicas en la discusión legislativa de la ley para autorizar gastos en 2021, deberán esperar otro momento. Eventualmente, si hay una mejora en la actividad económica del próximo ejercicio por encima de lo proyectado (5%), se verá si hay más fondos. Pero megaproyectos (o miniproyectos) de obras públicas, quedarán para mejores temporadas. El propio ministerio lo dejó claro en las últimas horas en algunos “Zoom” con legisladores y ministros de economía de provincias (oficialistas y opositoras), a los que se les recordó la situación fiscal del país, y que la prioridad será cumplir con la reducción del desequilibrio fiscal para convertir “las cuentas públicas en sustentables”. Esto, en un 2021 de campaña electoral, representa lluvia ácida para algunos gobernadores cercanos al Gobierno. La misma sequedad en el mensaje de Economía se transmitió ante la idea de la posibilidad que el Ejecutivo comience a compartir algo del impuesto País, retenciones a la soja o cualquiera de las alternativas aplicadas por el Gobierno nacional para mejorar la recaudación. Guzmán fue claro. No podrá compartir en 2021 un sólo peso, más allá de lo que figure en el Presupuesto, y sólo ante una milagro recaudatorio se podría pensar en otras alternativas. El ministro dejó claro que el FMI mirará de cerca durante 2021 el cumplimiento de ese déficit fiscal del 4%; además de la distancia que haya entre la recaudación y la inflación, un viejo berretín de los hombres de Washington que ven en esta brecha la más importante para mantener superavitaria para la reducción de la fiebre del déficit fiscal.

Curiosamente, y en términos historicistas, Georgieva repitió con el Gobierno de Alberto Fernández las mismas restricciones que la francesa Christine Lagarde le impuso dos años atrás al Gobierno de Mauricio Macri. Fue cuando el país cayó en el incumplimiento más rápido de la historia del Fondo, al no poder lograr las metas comprometidas en el stand by firmado en mayo de 2018 y debió renegociar (y ampliar) el acuerdo en septiembre de ese año. En la renegociación de las metas, el entonces ministro de Economía, Nicolás Dujovne, firmó que se lograría el déficit cero, para lo cual congeló toda la obra pública en marcha y proyectada para el resto de la gestión Macri.

El tiempo pasó, pero las restricciones a la obra pública continuarán, al menos hasta que el país muestre dominio sobre sus números fiscales. Con este panorama, el FMI aprobaría las cláusulas que figuran en el proyecto Presupuesto 2021.

Dejá tu comentario

Te puede interesar