Promete el gobierno cambiar el INDEC. Nada dice sobre Moreno
En medio de las críticas por el aumento de la inflación, el gobierno promete -hace rato que promete- un nuevo sistema de medición de los precios. Estará listo a partir de enero. La intención es que este mecanismo arranque con el próximo gobierno de Cristina de Kirchner, si ésta gana las elecciones. Habrá -dicen- una menor ponderación de la medicina prepaga (lo anunció este diario) y de los colegios privados, que amenazan con acelerar su aumento el año próximo. Además, se modificaría la manera de medir el precio de alimentos para "hacerlo más acorde con las tendencias del consumo actual", según explican los funcionarios que están a cargo del nuevo sistema. Claro que, aun considerando aceptable que haya otro esquema de medición, nada se dice sobre la intervención del INDEC por parte de Guillermo Moreno. El problema, en definitiva, pasa no sólo por la forma de medir los precios y bajarlos a los gritos, sino por la manipulación a la hora de ingresar los datos en el organismo. Alberto Fernández insistió ayer en defender lo indefendible. Aseguró que los números del INDEC son creíbles y, de paso, les echó la culpa a la medios y a la oposición por tergiversar las expresiones de Martín Redrado en Londres. Causó sorpresa también en este enjambre la aparición de Hebe de Bonafini, líder de las Madres de Plaza de Mayo, quien comparó los métodos de Moreno con los empleados del INDEC a los que utilizaba la dictadura. Algunos quisieron leerlo como una señal de Cristina Kirchner y su intención de prescindir del secretario de Comercio Interior. Si es así, sería bueno que sea ella quien lo haga público en vez de hablar a través de terceros.
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Guillermo Moreno
Dentro de los alimentos, también habrá otra forma de calcular el ítem de la carne, dándoles más importancia a cortes populares, reduciendo otros como el lomo, y agregando carnes como el pollo y el cerdo, que para economía reflejan hoy más la demanda interna que los cálculos vigentes hasta enero de 2006.
También se eliminará casi al mínimo la importancia del turismo al exterior, que actualmente tiene una ponderación para el INDEC de casi 40%. El cálculo incluiría, además, una mayor importancia de los hoteles, pasajes y restoranes de zonas menos centrales para el turismo local; más cerca de las listas de acuerdos de precios de Moreno, que luego fueron las que obligatoriamente tuvieron que tomarse como válidas en el primer trimestre del año.
Otras reformas que incluirá el nuevo método de cálculo de la inflación desde enero será que los juguetes nacionales volverán a tener importancia, habrá una reducción en la ponderación de los colegios privados (además de modificar los establecimientos, eliminando los más caros del sistema educativo) y de los cines y teatros en el rubro esparcimiento.
Desde Economía defienden el próximo mecanismo afirmando que, técnicamente, éste no garantizaría precios más bajos ya que los costos de los productores locales de bienes (que ahora tendrán más importancia) aumentaron en los últimos meses más que los importados. Obviamente, esta interpretación puede ser válida, pero también es cierto que las empresas locales son más influenciables que las internacionales y los importadores.
Otra defensa que plantean desde el gobierno es que la metodología nueva ya fue avalada por técnicos españoles y que en los próximos días será también observada por funcionarios públicos, responsables de la medición de estadísticas de Estados Unidos. Incluso, se entusiasman, el nuevo IPC podría ser avalado por el FMI, obviamente cuando el francés Dominique Strauss-Kahn asuma como director del organismo y demuestre que efectivamente tiene una visión diferente sobre la Argentina.




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