Las reservas del Banco Central superaron ayer los u$s 30.000 millones, y fue Néstor Kirchner el encargado de dar a conocer la novedad desde Casa de Gobierno: «Llegamos a u$s 30.010 millones, lo cual sigue dándole la solvencia y dinamismo a la Argentina, y esto es muy importante», aseguró.
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Alcanzar este nivel fue posible debido a las compras récord de dólares que este año llevó adelante el Banco Central. En total, hasta el 10 de noviembre lleva adquiridos u$s 11.353 millones, 17,3% más de los u$s 9.677 millones que había comprado durante todo 2005. La gran diferencia fue que este año la autoridad monetaria prácticamente no contó con la ayuda del Tesoro. Las compras de divisas desde el Palacio de Hacienda con dinero del superávit fiscal no llegaron a los u$s 500 millones.
El objetivo inicial del gobierno había sido recuperar los u$s 9.500 millones que se habían utilizado el 3 de enero pasado para cancelar la deuda con el FMI. Pero esto ya se había alcanzado hace más de un mes. Ahora se estima que antes de fin de año las reservas podrían acercarse a los u$s 32.000 millones. En 1998, habían tocado un máximo de u$s 35.000 millones.
La entidad que preside Martín Redrado dejó claro que continuarán las compras, porque la acumulación de reservas es parte de la política anticíclica de cobertura ante posibles shocks externos. Claro que también es clave para sostener el dólar por encima de los $ 3,10 y, de esta manera, procurar que se mantenga la competitividad de la economía (aunque encarece la compra de bienes industriales importados, por ejemplo). La noticia encontró a Redrado en Australia, donde participó de la reunión de gobernadores del G-20, por lo que su lugar al frente del BCRA está siendo ocupado de manera temporaria por el vicepresidente de la institución, Miguel Pesce.
Las compras del Central, a su vez, generaron la necesidad de una fuerte absorción de al menos una parte de los pesos emitidos para evitar mayor presión inflacionaria. Estos son algunos puntos destacados ayer por el BCRA a través de un comunicado:
En lo que va del año, a través de distintos mecanismos, junto con un sector público superavitario, se generó una contracción monetaria de casi $ 20.000 millones. Esto, sin contar la absorción provocada por la política de encajes.
La estrategia de esterilización, que incluyó más emisión de Lebac y Nobac, no resintió demasiado el resultado cuasi fiscal positivo (estiman en la institución que llegaría a los $ 1.500 millones este año).
El superávit cuasi fiscal se explica por los ingresos provenientes del elevado nivel de reservas y del cobro de asistencia por iliquidez que más que compensan los egresos, principalmente vinculados a los pagos de interés por los títulos que emite el Banco Central y las primas que paga por las operaciones de pases que pacta.
La política de acumulación de reservas -remarca Redrado- no es exclusiva del Central. En la última década, con los países del sudeste asiático a la cabeza, el nivel subió 200% en la última década. «A diferencia de lo que ocurrió en el pasado, cuando el aumento de divisas se explicaba por un crecimiento del endeudamiento con el exterior -agregan en el BCRA-, la acumulación de reservas que tiene lugar en los últimos años es consecuencia de un superávit de cuenta corriente.»
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