El Gobierno parece afrontar el dilema popularmente conocido como “manta corta”. Es que cumplir con la meta de acumulación de reservas fijada en el acuerdo con el FMI podría afectar a la actividad: una mayor restricción de divisas para las importaciones ralentizaría el crecimiento de la economía.
Manta corta: advierten que la necesidad de acumular reservas puede resentir el crecimiento
Analistas sostienen que no parece "compatible" cumplir con la acumulación reservas y crecer en torno al 4% como se acordó con el Fondo.
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Esta encrucijada se da en meses que son claves para la liquidación de divisas del agro. De hecho, de acuerdo con la proyección que realizó días atrás la consultora Equilibra, el Banco Central debería comprar “unos u$s1.500 millones netos en el mercado de cambio entre mayo y junio para cumplir la meta de acumulación de reservas del segundo trimestre”. Es que, según explicaron, el stock de reservas netas habría cerrado abril en u$s4.200 millones (u$s1.875 millones más que en diciembre de 2021) y la próxima meta es alcanzar los u$s6.425 millones a fin de junio (u$s4.100 millones más que en el cierre del año pasado).
Pero cumplir ese objetivo, señalan, podría tener consecuencias en el desempeño de la actividad. “Venimos viendo esta incompatibilidad entre el ritmo de crecimiento estipulado en el acuerdo con el Fondo, en torno al 4%, y la acumulación de u$s5.800 millones de reservas internacionales netas”, señaló a Ámbito el economista Lorenzo Sigaut Gravina, quien explicó alguno de los motivos: “Producto de que no hay más restricciones para viajar, el turismo internacional empieza a aumentar el flujo y con eso vuelve el déficit: porque hay brecha y, si bien vienen turistas extranjeros, liquidan las divisas en el mercado informal y hay menos dólares para el Banco Central de lo que deberían liquidarse. Y, por otra parte, crece de a poco el turismo de argentinos en el exterior”.
“Además, la sequía impactó en la oferta de divisas del agro por volúmenes, no por precio (de hecho, después del estallido de la guerra los precios más que compensaron cualquier caída), pero si hubiésemos tenido las mismas cantidades producidas que en 2021, a estos precios internacionales altos, tendríamos muchos más dólares de las exportaciones del agro”, remarcó Sigaut Gravina, quien agregó: “Por último, también el tema energético se complicó y por la guerra los precios de las importaciones se van a disparar este año”.
“Esta es la etapa que estacionalmente deben ingresar más dólares del año, para acumular reservas, y enfrentar las necesidades de dólares en los meses de invierno (importaciones de combustible) y fin de año (actividad económica)”, señaló por su parte Nicolás Zeolla, economista jefe de FIDE, quien de todas formas remarcó: “Efectivamente, están entrando menos dólares que los mismos meses de 2021 y los proyectados por el Gobierno para esta época del año (proyecciones incluidas en el acuerdo con el FMI). Hay que seguir de cerca esta dinámica por las consecuencias sobre la próxima revisión del acuerdo”.
En tanto, al analizar los motivos del menor ingreso de dólares, Zeolla sostuvo que hay razones “tanto de demanda como de oferta”: “Las de demanda, son las conocidas: importaciones de energía, mayor importación de insumos industriales por la mayor actividad económica, y precios de servicios como fletes y turismo. En el caso de la oferta, un aspecto a tener en cuenta es que la cosecha 2021/22 tuvo dificultades climáticas y está ingresando más tarde de lo habitual (soja y maíz). Tiene dos meses de retraso. Es decir, el mayor volumen de dólares del campo no entró, sino que tendría que estar por llegar en los próximos meses de la mano del levantamiento de la cosecha”.
“El BCRA tiene que seguir de cerca oferta y demanda. Por el lado de la oferta, qué pasa con ‘el timing’ del ingreso de divisas en la relación clima/liquidación del sector. Por la demanda, efectivamente, tiene que administrar los dólares que tiene, porque los márgenes para cumplir el acuerdo con el FMI se acortan. La foto de hoy indica que está a u$s2.400 millones por debajo de la meta de reservas del FMI”, subrayó Zeolla.
Impacto en la actividad
Sigaut Gravina señaló, en ese contexto, que “da la sensación de que acumular las reservas internacionales que decía el acuerdo y crecer el 4%, que implica sostener niveles de importaciones muy elevados, no parece ser compatible”. “Y esa incompatibilidad empieza a estar manifiesta. Obviamente, si hay una recesión o empieza a caer el nivel de actividad, hay que importar menos y, con los mismos niveles de exportaciones, se puede acumular las reservas que dice el acuerdo. Pero a costa de crecimiento: crecer menos de 4%, en realidad significa que se está cayendo, porque el arrastre estadístico que dejó 2021 es muy alto”, agregó el economista de Equilibra.
“Hace tiempo que una de las previsiones es que no haya dólares disponibles para solventar un gran crecimiento industrial. La industria, probablemente, se mantenga en términos generales en los niveles que está, sobre todo las más intensivas en insumos importados, porque no hay más dólares. En todo caso, habrá un reajuste de los dólares que ya hay destinados a la importación de insumos, maquinaria y equipos industriales”, analizó al respecto Martín Kalos, director de EPyCA Consultores.
“Por otro lado, obviamente, este año se empieza a tener un gran punto que es el turismo emisivo, que es más importante en término de salida de dólares, contra el ingreso que genera el receptivo. Entonces, se vuelve a tener ahí un déficit que en los últimos años había menguado por los efectos de la pandemia”, agregó Kalos, quien remarcó que, debido a la necesidad de acumular reservas, “va a estar mucho más ajustado el balance cambiario en términos del uso de las divisas para un crecimiento de las actividades productivas”. “Entonces, en ese sentido, es probable que sea una de las puntas que está moderando o aplazando el crecimiento de muchas actividades, porque se ve en el impacto que tiene en planes de inversión o de producción de muchas empresas, que ven esos problemas o demoras para importar”, subrayó.
En ese contexto, una de las alternativas que podría plantear el Gobierno, según explicó Sigaut Gravina, es intentar “flexibilizar la meta de acumulación de reservas internacionales y que, con ese resto que se pueda destinar a importaciones, se acerque un poco más a la cifra de crecimiento estipulada en el acuerdo”. Aunque dependerá, claro, de las próximas reuniones y negociaciones con el Fondo.
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