Las dos ruedas anteriores habían hecho que muchos creyeran que los "buenos tiempos" habían regresado al mercado. Lamentablemente, el repunte no fue más que lo que la tradición suele denominar como una "trampa de osos". Así, de un plumazo, el Promedio Industrial perdió 0,84% para retroceder a los 10.539,97 puntos, mientras el NASDAQ se desplomaba 1,54%. Que algunos inversores están comenzando a preocuparse porque las ganancias de las empresas ya no crecen al ritmo de los trimestres anteriores, que la Fed pueda acelerar el ritmo de incremento del costo del dinero, o que conviene empezar a analizar el incremento de los costos de las materias básicas, es algo que mencionamos en comentarios previos. Pero cuando esto, en lugar de decirlo nosotros, lo dice el segundo hombre más rico del mundo, quien además ha hecho su fortuna gracias a sus inversiones bursátiles -Warren Buffett-, su efecto sobre el mercado es directo y claro: crece el temor a un incremento inflacionario. Es así que ni la baja del precio del petróleo (u$s 47,55), ni la caída en los pedidos de seguro de desempleo, ni los buenos balances de algunas empresas (IBM, Yahoo!, etc, y McDonald's tras el cierre de las operaciones), ni el Beige Book confirmando que la economía sigue expandiéndose, ni la recuperación del dólar frente al euro (u$s 1,3011) y al yen (102,46), alcanzaron para entusiasmar a los inversores. Por el contrario de lo que se habló fue de los desilusionantes números de Motorola, Pfizer, GM y el JP Morgan. Curiosamente, cuando miramos la "gran foto" del mercado vemos que hasta ahora los resultados contables no han sido ni buenos ni malos, sino "mixtos".
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