9 de febrero 2007 - 00:00

Sin apuro

Néstor Kirchner señaló ayer que no tiene apuro ni acepta «presiones» para aprobar la venta de 50% de Transener al fondo Eton de EE.UU. Paradojas: el fondo en cuestión es presidido por Dirk Donath, uno de los empresarios a quien se le pidió que se saque una foto con Kirchner al tocar la campana en Wall Street en su último viaje a Nueva York, y de estrecha relación con los Clinton, con quienes el matrimonio Kirchner se siente identificado. No alcanzaría para que aprueben la operación.

Julio De Vido
Julio De Vido
Néstor Kirchner criticó públicamente ayer la actitud de la Embajada de EE.UU. que habría manifestado preocupación en una nota al ministro de Planificación, Julio De Vido, por las trabas que impondría el gobierno a la adquisición de parte de la eléctrica Transener por un fondo de inversión de ese país.

Kirchner advirtió que para aprobar la venta de acciones de Transener «no nos apura nadie y menos los fondos de inversión», y aseguró que el gobierno dará los pasos correspondientes para hacerlo porque «la Argentina no es una republiqueta».

«Acá se siguen todos los pasos que corresponden. Esto que quede absolutamente claro. Así como nosotros no interferimos en la soberanía de ningún país, acá en la Argentina nosotros no vamos a aceptar apuros, ni aprietes de ninguna naturaleza», enfatizó el primer mandatario.

Kirchner respondió así a la nota de la embajada estadounidensecuya existencia trascendióayer. Consideró que «es una falta de respeto» la supuesta «inquietud de una embajada por alguna licitación, una venta de transporte de electricidad, más precisamente Transener, por la intervención que debe tener Defensa de la Competencia».

  • Falta de respeto

    Insistió en que la actitud le parece «una falta total de respeto, en esta Argentina en la que hoy se decide con cristalinidad. La Argentina no es una republiqueta, y quienes tienen la responsabilidad de hacer circular esas versiones que tengan la calidad de manejarse como corresponde».

    La situación de Transener suscita conflictos desde 2003, cuando el grupo Pérez Companc vendió sus activos, entre ellos la participación en la eléctrica, a Petrobras. A pocos días de traspasar el mando, el presidente Eduardo Duhalde llegó a un acuerdo político con la empresa brasileña por el cual ésta se comprometió a vender las acciones de Transener y el gobierno aprobó la venta de Pérez Companc.

    En ese momento se apeló al carácter estratégico de la eléctrica, al operar las redes de alta tensión que vinculan a las generadoras con las distribuidoras en todo el país. Hasta entonces en Citelec -la compañía controlante de Transener- las acciones estaban repartidas entre la inglesa National Grid y Pérez Companc por partes iguales.

    En 2004, National Grid vendió su parte al grupo Dolphin, fondo de inversión encabezado por Marcelo Mindlin, de una fluida relación con el gobierno de Kirchner. El fondo después incrementó su participación en el negocio eléctrico adquiriendo las acciones de Edenor y de algunas generadoras eléctricas.

    Un año después, luego de que se aprobara una recomposición tarifaria para Transener, la Secretaría de Energía presionó a Petrobras para que cumpliera el compromiso de vender las acciones. Finalmente, en agosto de 2006, tras un proceso de selección entre interesados, Petrobras anunció la venta de 50% de las acciones de Citelec a EP Prime Rose Spain, subsidiaria del fondo Eton Park de EE.UU.

    La operación se cerró por u$s 54 millones, de los cuales el comprador pagó un porcentaje, quedando el resto para abonarse luego de la aprobación de los organismos regulatorios. Ese acuerdo sigue vigente actualmente, aunque Petrobras no se retiró de Transener.

  • Dictamen

    Ahora la Comisión de Defensa de la Competencia debería emitir dictamen considerando uno previo del Ente Regulador de la Electricidad (ENRE), que no queda claro si ya fue elevado debido a que voceros de ese organismo dijeron ayer que no podían informar el estado del expediente.

    El dictamen, que se conocería en los próximos días, rechazaría la operación por considerar que EP no está consustanciado con la actividad energética; pero, a menos que medie otra negociación política, el gobierno no podría imponer a Petrobras la venta a determinado interesado, ya que se trata de una operación entre empresas privadas.

    Según se sabe, la empresa cordobesa Electroingeniería, que participó en la selección realizada por Petrobras, estaría dispuesta a igualar la oferta de EP en sociedad con ENARSA, sin que por ahora se sepa si la empresa estatal va a desembolsar dinero y en qué proporción.

    De este modo, si Defensa de la Competencia rechaza la venta a EP se abren varios escenarios posibles.

    Petrobras podría tomarse más tiempo para concretar el compromiso de vender, EP podría iniciar acciones judiciales y trabar todo el proceso, o la brasileña cedería a la presión oficial y le vendería a Electroingeniería.
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