Una vuelta a caminar sobre el alambre, ese precario intento de equilibrio que así como ofrece rebotes, también los convierte en frustradas incursiones que carecen del debido sustento. Esto, dicho sobre mercados rectores que se anotaron con caídas de 2 por ciento en Wall Street, dispersando esto sobre la operatoria general. Buenos Aires no tuvo mayores chances frente a tal escenario, cuando apenas había procurado un leve repuntar y la esperanza de jugar las últimas dos ruedas ganando terreno, ya ganado antes y perdido después. Ahora lo volvió a perder, clavándose en 547 y más cerca del cierre de fin de año que de las cumbres abordadas en una zona de enero.
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En un caudal muy reducido, de donde quedaron unos 14 millones de pesos para las acciones, con casi 20 millones de pesos en los certificados, la preeminencia vendedora hizo brechas de alguna magnitud y con varias entre tres y cuatro por ciento de caída.
El Merval clásico acusó 1,9 por ciento de merma, mientras la resistencia vino otra vez en Burcap y con un nivel casi neutro.
De 10 por ciento de aumento que se llegó a verificar en enero, no más de 4 por ciento es lo que queda ante la rueda final de hoy: y con perspectivas poco halagüeñas, como es un escenario mun-dial muy volátil y tendiente a lo flojo, con recinto porteño carente de apoyo de demanda y un repliegue de los institucionales. Como para clausurar el primer período, todos en la trinchera.
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