Como se esperaba, la del viernes fue una sesión acotada como parte de las celebraciones del Día de Acción de Gracias. En donde, si se quiere, tuvimos una sorpresa, fue en que el mercado no subió tanto como se podía llegar a prever. De hecho, no sólo el promedio industrial arrancó del lado perdedor y tardó casi una hora en cambiar de signo, sino que, cuando sonaba la campana para retirarse del recinto, mostraba, con el Dow en 9.782,46 puntos, una variación de apenas 0,03%, cuando históricamente lo que se conoce popularmente como el "black friday" presenta una ganancia de 0,42%. Si bien esto no alcanzó a opacar el 1,7% que trepó el promedio industrial durante esta corta semana, y mucho menos el 2,2% del S&P 500 o 3,5% del NASDAQ, de todas formas no alcanzó para evitar que el Dow cerrara noviembre con una baja de 0,19% (claro que más que baja esto puede haber sido una cuestión de arbitrajes ya que el NASDAQ y el S&P ganaron 1,45% y 0,71% respectivamente). Para el que quiera preocuparse, por encima de la "señal" que mandaron las acciones está el cierre del dólar, que en u$s 1,2 por euro quedó marcando un mínimo histórico frente a la moneda europea. Tal vez esto sirva a las empresas exportadoras o a las que generan la mayor parte de sus ganancias en el exterior, pero al mismo tiempo alimenta el temor de una suba de precios y de tasas. Sólo esperemos que la desidia que vivimos en el mercado en la última rueda no haya reflejado los números que conoceremos en horas, sobre el que suele ser el día más activo de ventas en todo el año (el mote de "viernes negro" es porque es el día en que salen contablemente del "rojo").
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