Apenas vuelta a recuperar la frontera de los 2.200 puntos, de inmediato la lucha debió formalizarse nuevamente por retenerla. Cambiaron las condiciones, la intención alcista encontró limitaciones de todo tipo y el escenario varió de manera radical. Empezando por lo que llegaba del exterior y donde -por más incentivos que se inyecten-el Dow mostró su pesadez, con otro cierre en blanco. El mapa regional obró en consecuencia, quedando el Bovespa con una sobria baja de 0,41 por ciento. Y ya a Buenos Aires se le hacía dificultoso poder delimitar lo suyo, en sentido contrario. A esto se le sumó una pérdida de energía en los negocios y en órdenes de compra, como para tener que soportar de entrada una caída a pique que llevó el mínimo intradiario a los 2.187 puntos (provenía de un cierre anterior de 2.209). El nivel de máxima nunca pudo quebrar el techo previo y el cierre solamente mostró una ligera mejora sobre lo más bajo del día. En definitiva, se sufrió un retroceso a los 2.193 puntos, que significó 0,7% de porcentual. En este caso, más que los referentes habituales.
El contenido al que quiere acceder es exclusivo para suscriptores.
Las que llevaron adelante el trascender la frontera de los 2.200 puntos, el lunes, ayer actuaron como lastres de la gama ponderada. Tanto Tenaris como Pampa y Macro trabajaron con signos negativos. Y se agregó, para mal, la plaza de G. Galicia, con 1,22 por ciento de rebaja. Entre las clásicas bursátiles, la acción de Ledesma tuvo buen pasar y con 3,3 por ciento de aumento.
En tanto, Polledo -relacionada con Metrovíasencabezó los aumentos, por segundo día. El volumen negociado sufrió una caída importante, a solamente $ 56 millones, en tal caso con actitud ortodoxa: de ir en dirección de los precios. Lo más remarcable, que por enésima vez se volvió a pagar dos veces por el mismo terreno, en un mercado que va y viene (como un subte, entre dos terminales cortas). Y la Bolsa, con molinetes.
Dejá tu comentario