Zoellick fue designado presidente del Banco Mundial
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Tras asumir el cargo, lo que puede ocurrir el domingo, según el Financial Times, Zoellick estará a la cabeza de un Banco Mundial en plena crisis de confianza y de identidad.
"No cabe la menor duda de que la institución ha pasado por un período de problemas, y creo que una de las tareas del nuevo presidente será intentar calmar" los espíritus", reconoció el mismo Zoellick.
"Hay mucha ansiedad, frustración y cólera acumuladas", recordó Zoellick en ocasión de su designación el 30 de mayo por la Casa Blanca.
El prolongado escándalo que desembocó en la renuncia de Wolfowitz, acusado de haber favorecido a su compañera sentimental, también empleada en el banco -actualmente en funciones en el departamento de Estado- ha dividido a los funcionarios y manchado la reputación de una entidad que tiene la vocación de ser moralmente intachable.
Esta crisis de confianza se agrega a un cuestionamiento más antiguo y más profundo sobre las misiones de la institución, definidas poco después de la Segunda Guerra Mundial y que hoy parecen superadas.
"Uno de los desafíos de esta función (...) será también tejer lazos con algunos de los nuevos actores", reconoció Zoellick: "Nadie tiene el monopolio" de la ayuda internacional.
Por tratarse de prioridades de su gestión, el futuro presidente del BM ya dio a entender que seguirá concediendo una atención particular a Africa, tierra predilecta de Wolfowitz, a la cual Zoellick consagró como candidato lo esencial de una gira internacional concluida el 19 de junio.
Los países africanos son los primeros beneficiarios de uno de los principales mecanismos de financiación del banco, la Asociación Internacional de Desarrollo (IDA), el destino de cuyos fondos -unos 30 millones de dólares- son objeto hoy de negociaciones internacionales.
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