22 de julio 2009 - 02:25

Ácidas estocadas entre Obama y las empresas de salud

• El demócrata dijo que la reforma sanitaria está «más cerca que nunca». Privados advirtieron: «No se equivoquen»

Ácidas estocadas entre Obama y las empresas de salud
 Washington - Barack Obama denunció a quienes se oponen a una ambiciosa reforma sanitaria, una de sus principales promesas de campaña que a la vez se convirtió en la esperanza de los republicanos de propinarle al demócrata una sonora derrota. Al hablar en la Casa Blanca, Obama acusó a quienes quieren ganar «rédito político antes que ofrecer un alivio a los estadounidenses».

«Estamos más cerca que nunca antes de la reforma que la gente estadounidense necesita», se esperanzó Obama.

El sector privado de salud tampoco ahorra frases confrontativas contra el intento de Obama, que se propone un aumento impositivo para extender la cobertura de salud a al menos 30 millones de estadounidenses de los 50 millones que carecen de seguro sanitario. «No se equivoquen. El 77% de los norteamericanos está satisfecho con su cobertura médica», fue un mensaje dirigido a los legisladores por Karen Ignagni, presidente de una asociación que agrupa a empresas de seguro médico (AHIP), citado ayer por The Washington Post.

Obama pareció hacer caso omiso a las encuestas que marcan una baja en su popularidad -otro sondeo, publicado ayer en USA Today, confirmó que la popularidad descendió a 55%, y el rechazo creció a 41%, 16 puntos más desde enero- y habló otra vez en público en defensa de la legislación. «Yo sé que hay algunos en esta ciudad que declaran abiertamente su intención de bloquear la reforma. Es un guión conocido aquí en Washington. Preferirían ganar rédito político antes que ofrecer alivio a los estadounidenses que han visto las cuotas de sus seguros médicos aumentar tres veces más rápido que sus sueldos».

El presidente demócrata se propone crear un sistema mixto estatal y privado que, según estimaciones, implicará comprometer fondos por hasta u$s 1 billón en 10 años para reemplazar al régimen desregulado vigente que, en términos generales, garantiza cobertura sanitaria a quien puede pagarla.

Acuerdo

Por lo pronto, uno de los legisladores clave en este proceso, el senador demócrata Max Baucus, anunció ayer que el comité financiero de la Cámara alta alcanzó un «acuerdo» sobre varias de las «cuestiones mayores» en el debate sobre la reforma, aunque prefirió no dar detalles. «Fue un buen día», agregó el senador Kent Conrad, también del oficialismo.

Dando cuenta de las previsibles dificultades de las negociaciones, el vocero de la Casa Blanca, Robert Gibbs, dijo: «Vamos a tener que volver aquí después del descanso de agosto y tendremos todavía trabajo por hacer».

Los republicanos afirman que el proyecto de Obama seguirá inflando hasta niveles aún más exorbitantes el déficit fiscal estadounidense. Esa prédica, sumada a la supuesta amenaza a la libertad individual para elegir la propia cobertura y el fantasma de la suba de impuestos están haciendo efecto en la base electoral de Obama.

La encuesta de USA Today especificó que un 47% de los estadounidenses sigue apoyando las medidas económicas del presidente, y apenas un 45% está de acuerdo con las características de la reforma sanitaria, cuyos detalles todavía no son conocidos.

Sin embargo, The Washington Post aclaró que la encuesta citada por Ignagni, que fue publicada por The New York Times en junio, estipula que el 72% de los estadounidenses está de acuerdo con un plan de seguro de salud estatal, contra el 20% que se opone.

Los demócratas tienen un antecedentes algo traumático acerca del intento de reforma sanitaria. En 1994, durante el primer Gobierno de Bill Clinton, éste encargó a Hillary que lleve adelante un plan de salud estatal, proyecto que naufragó estrepitosamente y que fue objeto de crítica hacia la senadora por Nueva York en la anterior campaña presidencial.

Limitaciones

En la asociación AHIP argumentan que el plan estatal «llevaría al punto de partida los esfuerzos para mejorar la calidad del sistema de salud. Finalmente limitaría las opciones y el acceso».

Alan Sager, profesor de Administración y Política de Salud de la Universidad de Boston respondió al diario de la capital norteamericana que «las empresas prometen elección, innovación, muchas cosas, pero nos dan muy poco».

En el lapso transcurrido desde el intento de los Clinton, la situación empeoró en cuanto a la cantidad de personas sin ninguna protección, en tanto que se dispararon las cuotas mensuales, como citó ayer Obama.
Agencias ANSA y Reuters

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