1 de febrero 2011 - 00:00

Acordaron Dilma y Cristina mantener consulta ante una eventual devaluación

Acordaron Dilma y Cristina mantener consulta ante una eventual devaluación
«El esquema de consultas bilaterales permanentes sobre la política monetaria, que funcionó perfecto durante la gestión de Lula da Silva, permanecerá inalterable con el Gobierno de Dilma Rousseff. Esto implica que cualquier movimiento con respecto al valor del real será informado en tiempo y forma. Así nos lo confirmó Guido Mantega, y con esto nos basta».

Un ministro del gabinete de Cristina de Kirchner contaba ayer así, en la sobremesa del almuerzo de honor a la presidenta brasileña en el Palacio San Martín, lo que unos minutos antes, un par brasileño había explicado a los locales sobre el tema que más preocupa de la relación bilateral: una eventual devaluación del real.

El ministro argentino hacía referencia al mecanismo de intercambio de información sobre los movimientos de las monedas de ambos países, que está vigente de los primeros acuerdos de alianza estratégica que Néstor Kirchner firmó en 2005 con Luiz Inácio Lula da Silva y que fueron ratificados y profundizados luego con Cristina de Kirchner a comienzos del año pasado. Según estos, la valoración de las monedas domésticas forma parte de la información que ambos países deben intercambiar mutuamente para las políticas conjuntas comerciales.

Obviamente, se reconoce en Buenos Aires, no se espera que el ministro de Hacienda, Guido Mantega, consulte sobre la oportunidad de una devaluación o no de la moneda del país vecino; pero sí que hagan intercambio oportuno de información para preparar la situación interna si eso llegara a ocurrir. En el mismo sentido, desde la Argentina, se afirmaba ayer que una pérdida del valor del real contra la moneda norteamericana está lejos de ocurrir, al menos en un porcentaje importante. En teoría, el interlocutor que deberá tener Mantega en estas consultas tendrá que ser directamente el ministro de Economía, Amado Boudou.

Sobre el tema habló también el canciller Héctor Timerman, que aseguró que «es una preocupación la subvaluación de las monedas» y que «no es un tema nuevo, sino que lo venimos discutiendo en distintos foros internacionales y en el G-20 desde hace mucho tiempo».

Más allá del capítulo monetario bilateral, todo fue alegría en la primera visita oficial de Rousseff como jefa de Estado al país. La sucesora de Lula fue recibida con honores de Estado, pero con la intención local de mezclar cuestiones estratégicas, políticas, energéticas, comerciales y económicas; con la decisión de profundizar la comunicación personal entre ambas presidentas (ver aparte).

Solemnidad

El momento más solemne fue cerca de las 14.15; cuando ambas llegaron al Palacio San Martín, donde las esperaban los gabinetes casi a pleno e invitados especialmente designados por delegados de ambos Gobiernos. «Para nosotros es un altísimo honor» que Dilma Rousseff haya elegido a la Argentina en su primer viaje al exterior como presidenta de Brasil, señaló la presidente argentina en el momento del brindis.

La visita «es la reafirmación de un compromiso que iniciaron otros presidentes que nos precedieron, Kirchner y Lula, dos hombres que revirtieron históricamente lo que era una permanente diferencia entre ambos países», para constituir «por primera vez una relación absolutamente diferente», agregó.

A su turno, Rousseff señaló que con Cristina son «las primeras mujeres electas por el voto popular» en sus respectivos países y destacó el compromiso de ambas con la región para «garantizar el cambio».

Potencial

Sostuvo además que su país y la Argentina representan el gran potencial productivo de América Latina y afrontan el desafío de formar «un polo» que tendrá un «rol estratégico» para la región y en el mundo. La visitante mostró una «inmensa alegría de estar aquí en la Argentina» y aludió al legado de Néstor Kirchner, a quien calificó como «compañero, amigo y un valiente líder». En su discurso, ratificó que los dos países seguirán «trabajando por la consolidación de Unasur, instrumento que debe servir para consolidar la unidad de América del Sur».

Por otra parte, aludió al papel que tocará a la presidente argentina en el G-77, en especial en cuanto a la política de los dos Gobiernos de «combatir el proteccionismo de los países más ricos».

Finalmente, Rousseff brindó por un «futuro común para brasileños y argentinos, un futuro de inclusión, prosperidad y paz». Luego, Cristina completó asegurando que «ni las feministas podían haber imaginado que dos mujeres iban a conducir la Argentina y Brasil».

El próximo encuentro entre Cristina de Kirchner y Rousseff tiene motivo y lugar, pero por ahora no día definido. Será en los próximos meses, cuando en Brasilia, la Argentina inaugure formalmente su embajada en la capital del país vecino. Se especula con que en menos de dos meses el edificio esté totalmente terminado y en condiciones de albergar un acto de este tipo. La nueva sede diplomática está desplegada en el predio originalmente designado por los diseñadores de Brasilia, y está ubicada entre las embajadas de Colombia y Chile. Como estuvo décadas desocupada pero con el paso cortado para la práctica informal del «fulbito», el predio se llamó hasta ahora «Polideportivo Juan Domingo Perón».

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