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Alienta Kirchner tribu juvenil para limitar a los moyanistas

Néstor Kirchner, José Ottavis, Hugo Moyano, Juan Cabandié
Logró amontonar pedazos dispersos, incluso antagónicos, del universo de la juventud K: ató a La Cámpora de Andrés «Cuervo» Larroque, la JP que comanda Juan Cabandié, la filial bonaerense de José Ottavis y a grupos territoriales como el MUP de Federico Martelli y Peronismo Militante de Héctor «Gallego» Fernández en un único frente juvenil.
Tiene previsto, así como el 23 de agosto compartió escenario con el clan Moyano, padre Hugo y hijo Facundo, ponerse al frente del lanzamiento de ese sub-45, del que también participarán funcionarios como Diego Bossio y Mariano Recalde, programado para el próximo 14.
Orador principal
Al igual que el show de la JS, la juntada se planea en el Luna Park y Kirchner, impulsor y padrino de la fusión, será el orador principal.
Como un demiurgo, el patagónico quiere ordenar las piezas para que el nicho ju-venil no quede desequilibrado entre un frente sindical, uniforme y con «caja» cobijado por Moyano, y varios formatos de JP política y territorial, desperdigados y con mando descentralizado.
El encuentro del 14 puede alumbrar, sin perder las identidades, un núcleo para que los diversos campamentos operen en sintonía. El mensaje se transmitió a través de Larroque, mandamás de La Cámpora y funcionario de la Jefatura de Gabinete, y está en pleno proceso.
El avance de Moyano, que además de treparse a la cima del PJ bonaerense y consolidar su Corriente Sindical, accionó el ala juventud de los gremios, con su hijo Facundo al frente, obligó a Kirchner a irrumpir como árbitro para el acercamiento entre los grupos de base.
Hubo, en otros tiempos, chispazos entre Cabandié, Ottavis y Marian Gras, directora de Juventud -que además ordena el Movimiento Bicentenario- que ni siquiera la intervención, casi desde el anonimato, de Máximo Kirchner logró amortiguar. Ahora, el ex presidente se hizo cargo él mismo de la costura.
Ayer los referentes de cada grupo unificaron criterio con el objetivo de reunir, en el Luna, más de 15 mil dirigentes y militantes juveniles. En la numerología callejera, pretenden superar la convocatoria del clan Moyano que no llegó a los 10 mil.
Universitarios
Además del aporte de la JP -la bonaerense movilizó, semanas atrás, 4 mil personas a la quinta de Olivos, donde los recibió Kirchner durante 45 minutos- y los grupos territoriales, la organización espera nutrirse de la rama universitaria, la JUP, sello sin jefatura definida.
El pulseo remite, de ma-nera inevitable, a los 70 cuando se toreaban la JP y la JSP, expresiones de la tendencia y la ortodoxia. Los métodos son, claro, diferentes, pero como entonces, ambas vertientes se cuadran tras la conducción del PJ.
Hay, sin embargo, un ma-tiz relevante: la versión sindical, aunque se alinea tras los Kirchner, está tercerizada a través de Moyano. La identificación primaria de ese grupo es el camionero, en un segundo escalón aparece «el modelo» y recién en el tercer estadío figuran la Presidente y su esposo.
Los formatos juveniles, con jefaturas puntuales, veneran al matrimonio K, aunque algunos, como el MUP y Peronismo Militante, preceden la llegada pingüina al poder. En general, no tienen intermediarios aunque hay obediencias laterales, o nexos, en algunos ministros como Aníbal Fernández y Oscar Parrilli.
Un caso diferente son las JP provinciales que responden, ante todo, a los gobernadores.
El intento por unificar a la juventud kirchnerista replica también el fenómeno que se registra en el peronismo en general ante la embestida de Moyano, potenciada por su coronación al frente del PJ bonaerense a raíz del ACV que postró a Alberto Balestrini.
Sin embargo, la JP se animó -incentivada por el ex presidente- a un movimiento desafiante ante la expansión moyanista, actitud que hasta ahora, salvo rabietas secretas, no tomó el poder territorial que encarnan los intendentes.
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