Uno de los compositores nacionales contemporáneos de mayor prestigio dentro y fuera del país será interpretado por los dos principales organismos sinfónicos, mañana en el CCK y el jueves próximo en el Teatro Colón.
Con menos de una semana de diferencia, dos de las principales orquestas de nuestro país iniciarán sus temporadas oficiales con obras de Esteban Benzecry, uno de los autores argentinos más reconocidos y de mayor trascendencia internacional. Mañana a las 20, la Orquesta Sinfónica Nacional abrirá su serie anual de conciertos en la Sala Sinfónica del CCK con el estreno mundial de su "Ciclo de canciones para soprano y orquesta", con la japonesa Ayako Tanaka como solista y dirección de Pablo Boggiano (en un programa que se completa con obras de Mendelssohn y Rimsky-Korsakov). Y la Filarmónica de Buenos Aires ofrecerá el jueves 2 de marzo a las 20 en el Teatro Colón el díptico sinfónico "Madre Tierra", que se escuchará por primera vez completo en el continente, bajo la dirección de Enrique Arturo Diemecke. Dialogamos con Benzecry.
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Periodista: ¿Qué lo llevó a elegir poemas de mujeres latinoamericanas para el ciclo de canciones?
Esteban Benzecry: Esta obra tuvo una génesis particular. La mayoría de mis obras recientes han nacido de encargos institucionales, pero ésta nació como una sola canción de regalo de bodas a la soprano de coloratura Ayako Tanaka y el director Pablo Boggiano, con quien tengo una amistad y un largo vínculo musical ya que lleva varios años difundiendo mi música. Esta canción para canto y piano se llama "Del encuentro al camino", y su letra fue escrita por mi esposa, Fernanda Caputi. Creo que el título lo dice todo. Luego de esta primera canción me surgió la idea de componer un ciclo de canciones para canto y piano destinado a Ayako. Y luego Tanaka y Boggiano me encargaron la versión orquestal de este ciclo. La serie se completa con los textos "Paz'', de Alfonsina Storni, "Quiero ser", de Ana Lía Berçaitz, ''La noche'', de Gabriela Mistral, y ''Altar de la existencia" (extracto del texto quechua "Qachwa de wayllacha" traducido al español).
P.: ¿Hay alguna temática común entre los textos?
E. B.: Si se quiere encontrar un hilo conductor a estas canciones, que también se pueden programar separadamente, es la presencia de la naturaleza, les interrogaciones sobre la existencia y Latinoamérica presente a través de una visión y voz femeninas. Ayako tiene un voz exquisita, delicada, llena de variedades de matices que contrastan entre las sutilezas y el gran virtuosismo, su voz me inspiró para explotar al máximo el lirismo, el virtuosismo, los registros extremos agudos que pasan de la más delicada canción de cuna, "La noche", al virtuosismo salvaje de "Altar de la existencia".
P.: ¿Cuál es el origen y la historia detrás de "Madre tierra"?
E. B.: Fue escrita en el 2013, se trata de un Díptico sinfónico cuyos movimientos son "Pachamama" ("Madre Tierra" en las lenguas quechua y aymara) y "Ñuke Mapu" ("Madre Tierra" en lengua mapuche). La escribí por encargo de Radio France, y fue estrenada hace dos años por la Orchestre National de France. Solamente su primer movimiento había sido interpretado en Argentina, en mayo del 2015, en el concierto inaugural de la Sala Sinfónica del CCK. Está dedicada a mi madre.
P.: ¿Qué significa el hecho de que las dos orquestas más importantes de su país abran sus temporadas con obras suyas?
E. B.: La apertura de una temporada es un momento muy importante, y esto para mí es un gran honor, fue algo inesperado para mí y una casualidad que ambas orquestas me hayan escrito antes del verano avisándome la programación de obras mías.
P.: ¿De qué manera es recibido su lenguaje tan sudamericano en otras partes del mundo?
E. B.: Trato de ser fiel a mi voz interior, por lo general en los circuitos de la música sinfónica mi música es muy bien recibida como un aporte renovador. Como compositor sudamericano debería ser considerado de lo más natural que mi música tenga una identidad sudamericana, sin embargo en el mundo de la música académica poco se conoce de estas raíces por culpa de nosotros mismos que, en lugar de estar orgullosos, la consideramos anacrónicas e imitamos a los europeos. No sé si mi música será considerada la políticamente correcta para ciertos festivales de música contemporánea que se rigen por la moda, sin embargo, quizás esto esté despertando un interés particular en mi música que cada vez se programa más.
P.: ¿De qué manera lo enriquece el intercambio con intérpretes y directores?
E. B.: Estos intercambios se dan mayormente cuando se trata de un estreno, y en los primeros ensayos uno descubre la criatura que en las partituras ya se apreciaban vagamente como ecografías, siempre es muy enriquecedor y es el momento de corregir o mejorar ciertas cosas, antes y luego del estreno la vida del compositor es muy solitaria. Las obras son como hijos que toman vida propia.
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